Nadie dice no a las inversiones, la dinámica del capital transnacional se impone de nuevo y otro boom industrial somete a Ciudad Juárez a un crecimiento no sustentable que agudiza los atávicos rezagos en infraestructura y deteriora las condiciones de vida de gran parte de sus habitantes.
En el discurso de los Gobiernos locales se celebra, en el análisis macroeconómico se habla incluso del nuevo “mexican moment” lleno de oportunidades, pero en Ciudad Juárez se sufren las desigualdades generadas por un modelo económico que aún se sustenta en el uso intensivo de mano de obra y en su expansión que devora recursos finitos como la tierra y el agua.
Los tigres asiáticos son los más agresivos. Los gigantes taiwaneses Inventec, Foxconn, Wistron y Pegatron destacan en el boom constructor y reconfiguran el espacio urbano juarense con sus grandes naves, por primera vez de varios niveles, para duplicar o hasta triplicar su capacidad instalada.
Nada más en esas cuatro empresas se demandarán 28 mil plazas laborales para los próximos cuatro años, de acuerdo con Roberto Mora Palacios, director del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), instancia que trabaja en una actualización del Plan de Desarrollo Urbano Sostenible para la ciudad.
Sergio Collins, el presidente de Index Juárez, señala que la proyección del organismo que aglutina a la mayoría de las plantas industriales en esta frontera, es de entre 15 mil y 18 mil empleos para los siguientes 18 meses en al menos ocho grandes proyectos distintos.
Esa necesidad de corto plazo es casi del tamaño del déficit que ya arrastra la industria manufacturera de exportación actualmente en Juárez, la misma ciudad que inauguró el modelo de industrialización fronteriza hace más de cinco décadas. Faltan trabajadores, pero eso no los detiene. Como ya ha ocurrido en el pasado, irán por ellos a otros estados del sur del país cuantas veces sea necesario.
De acuerdo con la sección Juárez de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), el mercado industrial en esta frontera es de casi 71 millones de pies cuadrados, ofertados entre 475 y 500 edificios. Las naves se dispersan por distintos rumbos de la ciudad. Index reporta 20 zonas industriales y 25 parques formal y espacialmente definidos.
Pero la vacancia, que mide los edificios que están disponibles, es prácticamente de cero. Eduardo Cinco Cetina, con 20 años como bróker industrial y actualmente responsable en Juárez de este sector para la AMPI, ubica ese indicador en 0.69 por cierto, lo que corresponde a 2 edificios. Si se consideran naves en construcción, se habla entonces de una tasa de disponibilidad de 5.65 por ciento, lo que también es demasiado baja.
Precisamente por la nula disponibilidad y ante lo que viene, el 2022 cerró su último trimestre con 2 millones 897 mil pies cuadrados en construcción, el equivalente a 280 mil metros cuadrados. Esas cifras de AMPI corresponden a 15 naves o espacios arriba de 100 mil pies cuadrados o 10 mil metros cuadrados de construcción.