Piden acabar con “manía del crecimiento” para frenar los impactos a la sociedad

Javier Arroyo | 28 junio, 2023

Jorge Arturo Salas Plata y Elvira Maycotte Pansza exponen críticas al crecimiento expansivo y sugieren decir no a las inversiones que agotan los ecosistemas y ahondan las desigualdades sociales

La inversión a ultranza es un dogma que no debe admitirse, advierte el profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), Jorge Arturo Salas Plata Mendoza.

“Todo mundo lo dice, desde la gobernadora, el presidente municipal, los diputados, todo mundo habla de la inversión y la inversión, están metidos en esta falsa concepción de que la inversión es la solución para todo”, señala el doctor en Ingeniería y Ciencias del Medio Ambiente por la Universidad de Texas en El Paso (UTEP).

El académico afirma que “metiendo a la ciudad en un crecimiento expansivo, insostenible y no sustentable, pues no vamos a poder más que seguir viendo el deterioro de nuestros recursos”.

Salas Plata ha estudiado la ciudad y sus recursos ambientales durante tres décadas. Observa cómo de nueva cuenta la dinámica económica genera una enorme presión inmobiliaria en Ciudad Juárez, con grandes expansiones en producción industrial y subsecuentes impactos ambientales, por lo que se manifiesta en contra de lo que llama “la manía del crecimiento”.

“Tienen una manía por la inversión económica, es una manía por la inversión y por el crecimiento expansivo y no están pensando en los impactos de la sociedad, de la crisis medioambiental”

Jorge Arturo Salas Plata Mendoza

Integrante del Cuerpo Académico de Estudios del Agua de la UACJ.

Frente al boom industrial que en Juárez impulsa la apuesta por el nearshoring para acercar la producción al mayor mercado del mundo y garantizar la cadena de suministro, considera que prevalece el gran mito o dogma de una economía capitalista que justifica la inversión a ultranza.

“Tanto el mundo de la política durante los procesos electorales, como en el mundo empresarial y de los gobernantes y las instituciones públicas, ese es el discurso: hay que buscar inversión local, regional, nacional, internacional, etcétera. Y esto refleja que todos los economistas que están detrás de este paradigma, pues desconocen los fundamentos de la economía ecológica”, expone el doctor Salas Plata. Explica que, bajo la economía ecológica, las ciudades o los municipios son ecosistemas físicos que tienen sus limitaciones en cuanto a recursos naturales, por lo que no se pueden hacer crecer por decreto.

Agrega que cuando se aplican los criterios de inversión a ultranza, creyendo que la inversión es la panacea a todos los problemas, eventualmente se supera la capacidad de carga de estos ecosistemas y se empiezan a tener serios problemas de sobrevivencia. En Juárez, el ejemplo más fehaciente es el déficit del agua, explicado así por el especialista:

“Nuestro acuífero es como una tarjeta de crédito. Si nosotros depositamos ahí menos de lo que extraemos, pues entonces vamos a tener un déficit y es lo que sucede con el agua. Cada vez tenemos un déficit mayor”.

Además, como resultado de la sobreexplotación y el abatimiento del acuífero, se acaba la primera capa de agua dulce, se busca mayor profundidad, se remueven las aguas fósiles y entonces se tienen problemas de calidad por presencia de metales como el arsénico.

Lo más lamentable, considera el profesor de tiempo completo de la UACJ, es que, bajo la lógica del capital, cuando en Juárez llegue el colapso, se presente la hora cero y no se garantice el suministro de agua para la industria, las empresas se irán igual que como llegaron, buscando otro lugar barato para producir. Cree que el hecho de que hoy haya miles de familias en la ciudad sin servicio “es una prueba de este colapso que ya inició desde hace tiempo”.

“Aquí lo hemos visto históricamente, de la noche a la mañana se van, incluso a veces con toda su maquinaria. No tienen la vocación, no es su vocación pensar en el futuro de la población, su niñez y su juventud. Simplemente se van a buscar otros escenarios para seguir invirtiendo”, reflexiona el también exfuncionario federal en organismos operadores de agua, durante 18 años.

Agrega que siempre prevalece la lógica del beneficio a corto plazo, sin que los Gobiernos piensen en darle viabilidad a la ciudad.

“Tanto el Estado, como la iniciativa privada, están casados con esta idea de invertir, invertir, invertir. Someter a Ciudad Juárez a un crecimiento expansivo que ya no tiene su contraparte en cuanto a recursos naturales, porque no solo es el agua, que ya se agota, sino también hay estudios donde la contaminación atmosférica es muy grave”, advierte el especialista.

La escasez de agua se acentúa en el suroriente de la ciudad. Los habitantes requieren del servicio de pipas para abastecerse del vital líquido.

Propone Salas plata decrecimiento planificado

Salas Plata considera que los Gobiernos pueden actuar como ya lo hacen en otras partes, incluso en El Paso, Texas, donde la ciudad niega autorizaciones de nuevos desarrollos residenciales o industriales para permitir el equilibrio del acuífero.

“Incluso ellos que están en el centro y que son el prototipo y el mejor ejemplo de economía capitalista, han avanzado un poco en otro tipo de criterios de tipo ecológico en el que hay que preservar el recurso”, añade. El académico asegura que allá no ve que tengan una confusión o alguna fijación respecto a lo que quieren para la ciudad, como ocurre en Juárez, donde se repite históricamente el discurso de convertirla en polo de desarrollo, cuando eso ya no es posible por falta de recursos.

“En el Valle de Juárez ya sabemos que hay mucha contaminación de los suelos. Entonces somos un ecosistema que se colapsa por el crecimiento económico al que ha sido sometido la ciudad y que contraviene principios fundamentales de ecología en el sentido de que en el ecosistema sus recursos son fijos y el agua no la podemos fabricar”, destaca.

Por eso, insiste en que es urgente empezar a decir que no es cierto. Que la inversión como la concebimos no es la solución de los problemas de Juárez. Es más –señala– es la inversión como se tiene concebida, la que está generando tantos desequilibrios para Juárez en materia de movilidad y transporte.

Fraccionamientos como el Sierra Vista están alejados de la mancha urbana.

“Esto no puede ser. ¿Cómo es posible que hablemos de un Ciudad Juárez que es un gran polo de desarrollo cuando tenemos tanta marginalidad? Hay que empezar a atender a esos sectores y bajar el ritmo de la inversión. Y que en todo caso estemos atendiendo los rezagos porque hay muchas colonias que carecen de servicios”

Asegura que la alternativa que ya se aplica a nivel internacional con éxito, es el concepto de decrecimiento planificado, lo que no significa que no haya inversión, sino que se fijen tasas de crecimiento más bajas para acercarse al ritmo que marca la naturaleza. Para Salas Plata, se trata de atemperar el crecimiento y evitar para la ciudad las desigualdades y contradicciones.

Pide Maycotte instrumentos para distribuir riqueza

Frente a la marginación, la exclusión y pobreza que en Ciudad Juárez ha dejado la dispersión urbana asociada históricamente al expansionismo industrial, es necesario hacer un alto y decir no al mismo tipo de inversiones, dice la urbanista Elvira Maycotte Pansza.

“No se trata nada más decir no. ¿Nos convendrá, o nos convendrá hacer una pausa? Ver en qué punto estamos en todos los aspectos y decir, a lo mejor no es necesario”, plantea la doctora en Arquitectura y Ciudad. Maycotte Pansza es docente de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y se especializa en temas de vivienda, espacio público y calidad de vida.

“Pareciera que cuando uno levanta la mano y dice no, Ciudad Juárez ya no más. No lo decimos porque no queramos que venga inversión, no lo decimos porque no queramos que Juárez florezca, claro que no. Lo hacemos porque hemos visto lo que ha traído consigo, que no se ha capitalizado la llegada de esas inversiones”

Elvira Maycotte Pansza

Urbanista

En 2019, Maycotte participó en un estudio sobre vivienda abandonada en el suroriente, problemática que se derivó del boom constructor registrado en Juárez entre 2004 y 2007, cuando la ciudad estuvo en el primer lugar nacional de construcción de vivienda económica durante cuatro años consecutivos. El último censo contabilizó 24 mil 818 casas abandonadas, nada más en esa zona.

La investigadora de la UACJ considera que ante los nuevos desarrollos habitacionales que se proyectan para acompañar la inversión en la industria, ya se deberían analizar instrumentos o alternativas para dispersar la riqueza en la zona y evitar impactos sociales negativos.

“Que lo que se quede aquí no nada más sea recurso económico para ciertas personas, sino que se distribuya. Que haya lo que en un momento llamamos justicia social”, sugiere. Lamenta que la ciudad ponga el suelo y a las personas trabajadoras pero la riqueza no se quede aquí.

“No ha habido instrumentos para que haya riqueza que se quede aquí. Riqueza económica, pero también riqueza en cuanto a calidad de vida, no ha habido esos instrumentos. Y por eso vivimos todavía lo que empezó hace 20 años y el rezago que ocasionó”, explica Maycotte.

Señala que aquí se replica lo que ocurre en todo el mundo, que lo económico juega un papel adverso para la sustentabilidad.

“La sustentabilidad –dice la profesora– es social, es económica y también ambiental. Pero lo económico está prevaleciendo, porque es lo que se ve, es lo que se luce, es lo que se inaugura”.

Viviendas abandonadas la problemática derivada del boom constructor registrado en Juárez entre 2004 y 2007.

Debe pagarse deuda histórica con suroriente

La especialista considera que la bonanza puede no durar por cuestiones macroeconómicas, pero los daños ambientales y sociales ahí se quedan, como ya ocurre en el suroriente, con niños y adolescentes excluidos de los espacios educativos, convertidos en usuarios de cristal o metanfetamina. Se aflige cuando recuerda que, en un estudio realizado con niños, se les pidió dibujar su colonia y plasmaron un cuerpo en el suelo en medio de un charco. Una persona de pie con una pistola. Ese es su contexto.

“Es una tristeza ver el futuro de los juarenses, niños, jóvenes, de esa manera. Allá viven cerca de 400 mil habitantes, la tercera parte de la población juarense. Nuestros niños están allá”, señala Maycotte Pansza. También está convencida de que existe una deuda histórica que la ciudad tiene con todos los habitantes del suroriente, orillados a habitar viviendas en espacios carentes de equipamiento.

Afirma que las juventudes que viven en el suroriente y sí cuentan con algún espacio educativo, claman hoy para que no se reproduzcan las mismas condiciones que las hacen atravesar grandes llanos o baldíos en donde se les asalta o se les agrede cuando caminan rumbo a la escuela.

“Escuchar a jovencitas decir que temen, que han sido perseguidas, creo que sacaría a muchas personas de esa burbuja, porque ante el interés de desarrollar todavía bajo ese modelo disperso, se están llevando la vida de muchas personas”, reclama.

La investigadora ha intensificado sus críticas contra el modelo de dispersión urbana desde que, en diciembre de 2022, se aprobó en sesión de Cabildo la eliminación del Polígono de Actuación Talamás, un instrumento de planeación que imponía candados a la construcción de vivienda en la llamada Zona Periurbana de Ciudad Juárez, precisamente en el suroriente. La norma revocada incidía en la densificación y exigía factibilidades de espacios educativos y de cobertura de transporte por parte de las autoridades correspondientes, antes de que se pudiera autorizar cualquier desarrollo.

En ese escenario, la doctora en Urbanismo y Ciudad por la Universidad de Colima, cree que la influencia de los promotores industriales y de vivienda es tan grande como los predios que acaparan en el suroriente y ahora quieren desarrollar a cualquier costo.

Investigación: Javier Arroyo

Fotografía y video: Christian Torres | José Zamora

Edición: Guadalupe Salcido

Corrección: Jorge López Landó

Diseño: Regina García

Desarrollo web: Raúl Granados