Taiwán devora a Ciudad Juárez y sus recursos

Javier Arroyo | 28 junio, 2023

Las transnacionales Inventec, Foxconn, Wistron y Pegatron destacan en el boom constructor y reconfiguran el espacio urbano juarense con sus grandes naves, por primera vez de varios niveles, para duplicar o triplicar su capacidad instalada

Nadie dice no a las inversiones, la dinámica del capital transnacional se impone de nuevo y otro boom industrial somete a Ciudad Juárez a un crecimiento no sustentable que agudiza los atávicos rezagos en infraestructura y deteriora las condiciones de vida de gran parte de sus habitantes.

En el discurso de los Gobiernos locales se celebra, en el análisis macroeconómico se habla incluso del nuevo “mexican moment” lleno de oportunidades, pero en Ciudad Juárez se sufren las desigualdades generadas por un modelo económico que aún se sustenta en el uso intensivo de mano de obra y en su expansión que devora recursos finitos como la tierra y el agua.

Los tigres asiáticos son los más agresivos. Los gigantes taiwaneses Inventec, Foxconn, Wistron y Pegatron destacan en el boom constructor y reconfiguran el espacio urbano juarense con sus grandes naves, por primera vez de varios niveles, para duplicar o hasta triplicar su capacidad instalada.

Nada más en esas cuatro empresas se demandarán 28 mil plazas laborales para los próximos cuatro años, de acuerdo con Roberto Mora Palacios, director del Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP), instancia que trabaja en una actualización del Plan de Desarrollo Urbano Sostenible para la ciudad.

Sergio Collins, el presidente de Index Juárez, señala que la proyección del organismo que aglutina a la mayoría de las plantas industriales en esta frontera, es de entre 15 mil y 18 mil empleos para los siguientes 18 meses en al menos ocho grandes proyectos distintos.

Esa necesidad de corto plazo es casi del tamaño del déficit que ya arrastra la industria manufacturera de exportación actualmente en Juárez, la misma ciudad que inauguró el modelo de industrialización fronteriza hace más de cinco décadas. Faltan trabajadores, pero eso no los detiene. Como ya ha ocurrido en el pasado, irán por ellos a otros estados del sur del país cuantas veces sea necesario.

De acuerdo con la sección Juárez de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), el mercado industrial en esta frontera es de casi 71 millones de pies cuadrados, ofertados entre 475 y 500 edificios. Las naves se dispersan por distintos rumbos de la ciudad. Index reporta 20 zonas industriales y 25 parques formal y espacialmente definidos.

Pero la vacancia, que mide los edificios que están disponibles, es prácticamente de cero. Eduardo Cinco Cetina, con 20 años como bróker industrial y actualmente responsable en Juárez de este sector para la AMPI, ubica ese indicador en 0.69 por cierto, lo que corresponde a 2 edificios. Si se consideran naves en construcción, se habla entonces de una tasa de disponibilidad de 5.65 por ciento, lo que también es demasiado baja.

Precisamente por la nula disponibilidad y ante lo que viene, el 2022 cerró su último trimestre con 2 millones 897 mil pies cuadrados en construcción, el equivalente a 280 mil metros cuadrados. Esas cifras de AMPI corresponden a 15 naves o espacios arriba de 100 mil pies cuadrados o 10 mil metros cuadrados de construcción.

Se impone el mercado global

La tendencia del nearshoring define las inversiones. Se trata de acercar los centros de producción al mercado estadounidense y garantizar la cadena de suministro.

La nueva dinámica económica fue definida por una conjunción de factores: la pandemia de Covid-19, el encarecimiento de la mano de obra en China, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y ese país, la guerra entre Rusia y Ucrania y el incremento en el costo del transporte desde Asia.

La relocalización de las cadenas globales de valor conviene no únicamente a los grandes capitales norteamericanos. También los tigres asiáticos ven la oportunidad de expansión desde la ubicación privilegiada de una frontera como Ciudad Juárez. Desde aquí pueden acceder a los beneficios de 14 tratados de libre comercio que México tiene con 50 países. Así evaden los altos aranceles que Estados Unidos les impone cuando producen y distribuyen desde su territorio.

Todos quieren estar más cerca del mayor consumidor del mundo, mientras que el propio Estados Unidos intenta depender menos de China. Además de la geopolítica global, prevalece una búsqueda permanente de la reducción de costos

Forbes publicó en enero de este año que, atraídos por el nearshoring, un grupo de inversionistas de China, Taiwán, Japón y Corea del Sur, sacó 44 fábricas, líneas de producción y centros de distribución de Asia para trasladarlos e instalarlos durante 2022 en Monterrey, Saltillo, Ciudad de México, Tijuana, Guadalajara y Ciudad Juárez

El medio especializado citó un estudio elaborado por Market Analysis para informar que, al cierre del año pasado, las nuevas empresas en el territorio mexicano generaron una absorción bruta de 8.55 millones de pies cuadrados para sus naves

Por eso, la edificación es frenética en esta frontera. Norte Digital recorrió las cuatro construcciones más emblemáticas de origen taiwanés. De acuerdo con distintos jefes de cuadrillas, suman más de 2 mil trabajadores los que ahí se emplean. También los han tenido que traer de fuera porque esa fuerza laboral en la industria de la construcción es otro hueco en Juárez.

Según el presidente de la delegación local de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Jorge Bermúdez Espinoza, hasta un 60 por ciento de los trabajadores en el sector vienen de otras ciudades y estados de México. Uno de los jefes de grupo consultados en el proyecto de Pegatron, la megaplanta de cuatro niveles y 66 mil metros cuadrados que se erige en el cruce de Ramón Rayón y Miguel de la Madrid, calculó que, en esa obra, el porcentaje llega a 95.

Para Bermúdez Espinoza, el momento debe de aprovecharse hoy porque “este boom no lo volvemos a tener en diez, quince años o veinte, quién sabe”, por lo que considera que urge trabajar en “la infraestructura necesaria para recibir a esa industria”. Dice que se debe de buscar “cómo sí tener agua, cómo sí tener el drenaje, cómo sí tener la luz”.

En su planta actual, Pegatron tiene apenas mil empleados, pero en su expansión pretende otras 3 mil plazas laborales, 500 de ellas al nivel de ingeniería, según las declaraciones de su presidente John Hsu, cuando arrancó la obra de 200 millones de dólares en el sur de la ciudad, muy cerca del Libramiento Independencia. La planta taiwanesa atenderá la demanda de computadoras y sistemas eléctricos para automóviles en el mercado estadounidense.

Los trabajadores requieren dónde vivir y las empresas como J9 que son subcontratadas por emporios de la talla de Jianxing Construction Mexico Management, corporativo de origen chino, han llenado casas en renta con varios empleados de la construcción que comparten el mismo espacio. Como las constructoras locales no se dan abasto, también trabajan aquí, subcontratadas, algunas firmas de la capital del estado.

“Hay empresas que vienen a trabajar en construcción y servicios y están pidiendo viviendas para que vivan al menos de 10 a 15 personas porque no hay espacios dónde rentarle casa a cada una de las personas”, confirma Gildardo Muñoz, presidente de la sección Juárez de AMPI.

Ese fenómeno, sumado a la demanda por los flujos migratorios internacionales, una contracción en la vivienda nueva del tipo económico en los últimos cinco años, el aumento en el costo de la tierra y los materiales de construcción, el incremento en el financiamiento, además del comienzo de la explosión laboral en la industria, encarecieron las propiedades y sus rentas.

“Se disparó estos últimos años, 25 o 30 por ciento el valor de la renta, por la demanda y la oferta de trabajo que van de la mano. Y ese es un ejemplo muy claro, no hay vivienda”, señala el representante de AMPI.

Pegatron

Ubicación: Ramón Rayón y Miguel de la Madrid

Ocupación: 66 mil metros cuadrados

Pisos: Cuatro niveles

Avances de la obra: 95%

Empleados: Mil

Nuevas plazas: 3 mil

$200 mdd De Inversión

Van por diez mil viviendas al año

La presión inmobiliaria crece. La Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) proyecta que atender la nueva demanda derivada del nearshoring, requiere de entre 9 mil y 10 mil viviendas nuevas por año, empezando este 2023.

La mitad, entre 4 mil 500 y 5 mil, deberán ser del segmento de interés social o vivienda económica. En 2022, la Canadevi únicamente construyó y ofertó entre 800 y 900 de ese tipo, por lo que su producción se multiplicará hasta seis veces.

Esa cantidad de vivienda económica requiere de al menos unos 8 nuevos fraccionamientos, indica Alfredo Arce, el presidente local de Canadevi. Sin embargo, en la mancha urbana, donde están más consolidados los servicios y la infraestructura, no existe tierra barata. El metro cuadrado que hace cuatro o cinco años compraban los desarrolladores a costos de entre siete y diez dólares, hoy lo consiguen en el rango de 12 a 20 dólares.

La única opción para construir la vivienda de entre 500 y 650 mil pesos en su subsector más económico (el conocido como de interés social bajo), o incluso la conocida como vivienda tradicional de bajo ingreso (que llega a los 800 mil pesos) está en el perímetro de la mancha urbana, la parte más lejana, principalmente al suroriente, donde hace crisis el suministro de agua, faltan escuelas, no llega el transporte público, fallan los servicios como el alumbrado y la recolección de basura, además de que escasea la vigilancia policial.

El “Diagnóstico de la Zona Periurbana de Ciudad Juárez” elaborado en 2018 por el IMIP, concluyó que la realidad urbana que muestra el suroriente de la ciudad “dista mucho de garantizar las condiciones materiales y ambientales que se requieren para una calidad de vida óptima para quienes habitan en alguno de los desarrollos de esta parte de la ciudad”.

Crecen en donde hay más rezagos

Pese al gran rezago en infraestructura y servicios, hasta allá llegó el boom industrial. La zona de la multinacional sueca de los electrodomésticos, Electrolux, es uno de los puntos de crecimiento más explosivo, con grandes proyectos en construcción de manera simultánea. Destaca entre ellos la nave de dos niveles y 70 mil metros cuadrados de Inventec, la taiwanesa edificada sobre el bulevar Miguel de la Madrid.

En su entorno ya existen fraccionamientos que asemejan islas en medio del desierto. Junto al complejo de 250 millones de dólares, se construirán más viviendas, sus habitantes demandarán más servicios y el déficit aumentará.

Ahí, el bulevar separa escenarios contrastantes. De un lado, el deterioro del fraccionamiento Valle de Allende, con sus calles colmadas de baches, charcos de aguas negras y llantas de desecho. Los espacios para equipamiento convertidos en tiraderos de basura. Del otro, el vanguardista edificio con relucientes toques metálicos, franqueado por un cerco de puntas afiladas parecido al muro fronterizo. Bien asegurado el espacio para la producción y en construcción áreas verdes, amplios estacionamientos y pozos de absorción.

En esas nuevas periferias se construyeron pequeñas habitaciones con bloques de concreto, pero no faltan las tarimas o palets de madera, un desecho característico de la industria. En otros momentos y espacios del poniente, fueron base para la construcción de vivienda en predios invadidos. En Valle de Allende delimitan cocheras y patios. Incluso se utilizan para tapar puertas y ventanas en viviendas convertidas en tapias, antes abandonadas y hoy invadidas y rehabitadas.

De acuerdo con la doctora en Estudios Urbanos e investigadora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Elvira Maycotte Pansza, lo que el expansionismo industrial ha dejado a la ciudad con sus grandes inversiones, es segregación y exclusión.

“Y bueno, aquí tenemos una ciudad pobre, porque es pobre. Hay trabajo, pero la ciudad es segregada, marginada, polarizada. Tenemos la evidencia, hay que verla, ahí está”, advierte la académica.

Sin embargo, el mercado manda. Inventec requiere espacio para cinco mil trabajadores más que se sumarán a los mil 500 que ya tiene en sus actuales plantas y que también se concentrarán en un futuro en el nuevo complejo de 25 hectáreas para poder atender la demanda mundial de servidores, tarjetas madre para servidores, así como tablillas electrónicas y automotrices.

Foxconn

Ubicación: Santa Teresa

Ocupación: ND

Pisos: Un nivel

Avances de la obra: ND

Empleados: 12 mil

Nuevas plazas: 13 mil

Un nuevo impulso en Jerónimo-Santa Teresa

La presión inmobiliaria actúa en distintos frentes y puntos cardinales. En la zona de Jerónimo-Santa Teresa, Foxconn, el coloso taiwanés que emplea ya a 12 mil trabajadores en sus plantas de la mancha urbana juarense y en las que posee a unos pasos de la línea divisoria con Nuevo México, construye tres meganaves más para duplicar su producción de componentes electrónicos, procesadoras y computadoras. Busca acercarse a su meta original de ofertar entre 20 mil y 25 mil plazas laborales.

No logró cerrar el 2022 con los 15 mil empleos que proyectó al inicio del año pasado, precisamente por el déficit de trabajadores, los ajustes en el mercado global y la falta de entrega a tiempo de nuevos edificios. Sin embargo, representa la expansión más grande actualmente, con hasta mil trabajadores de la construcción contratados por al menos seis distintas empresas. A fines del año pasado, Index anunció que, ante el déficit de personal, la multinacional consideraba traer trabajadores taiwaneses para garantizar la producción en el arranque de las nuevas naves.

Foxconn, instalada a escasos metros de las garitas del cruce internacional por Santa Teresa, es la columna vertebral de lo que llegó a conocerse como Ciudad Vallina. La mayor proveedora y ensambladora para Apple en el mundo buscará dar el segundo paso al desarrollar un complejo habitacional dentro de sus 240 hectáreas. En esa planicie ubicada atrás de la Sierra de Juárez y a más de 20 kilómetros hacia el poniente de la mancha urbana, Foxconn se consolida a un lado de donde ya opera un Recinto Fiscalizado Estratégico.

Con el nearshoring dictando las nuevas dinámicas económicas, se espera el resurgimiento de los planes que desde los primeros años del nuevo milenio impulsó el ya fallecido magnate chihuahuense, Eloy Vallina Lagüera, por medio de su Corporación Inmobiliaria San Jerónimo, a partir de la adquisición de más de 19 mil hectáreas de desierto.

De momento, la empresa fabricante de dulces Sunrise duplica su espacio de producción y construye ahí su segunda planta. También está establecida la firma RR Donnelley, un proveedor mundial de soluciones de marketing, envasado, impresión y cadena de suministro que construyó una nave de 162 mil pies, a un lado de las nuevas plantas de Foxconn.

Y como la cercanía a la frontera con Estados Unidos define las inversiones, otro gigante de Taiwán se expande a unos metros del puente internacional Zaragoza-Ysleta, pero al nororiente de la ciudad, casi donde se unen el bulevar Juan Pablo II y el Libramiento Independencia. Unos pasos separan sus naves de los patios fiscales manejados por las autoridades aduanales mexicanas.

Se trata de Wistron, empresa que incrementará su producción y ensamblaje de tablillas o circuitos para aparatos electrónicos y de telecomunicaciones. Está por concluir un complejo de 40 mil pies cuadrados en dos edificios con inversión inicial de 40 millones de dólares para crear hasta cuatro mil nuevos empleos. Uno de los edificios es de tres niveles, similar a los que se construyen en Asia ante el encarecimiento y la escasez de terreno para la industria.

Ahí mismo, en el Parque Industrial Río Bravo, la firma taiwanesa ya cuenta con una base de 4 mil 200 trabajadores en un complejo de tres edificios.

Wistron

Ubicación: Parque Industrial Río Bravo

Ocupación: 40 mil pies cuadrados

Pisos: Dos edificios, uno de ellos de tres niveles

Avances de la obra: ND

Empleados: 4 mil 200

Nuevas plazas: 4 mil

$40 mdd De Inversión Inicial

El expansionismo ahorca la movilidad

El expansionismo económico implica enormes desafíos para una ciudad diagnosticada como dispersa, distante y desconectada, según el Plan Municipal de Desarrollo 2021-2024. Los urbanistas prevén que crezca el problema de movilidad ante una mayor saturación vehicular de las vialidades, lo que se suma al fracaso en la implementación del sistema masivo de transporte y a una histórica crisis por falta de unidades para la cobertura de las rutas tradicionales.

También se intensifica otro efecto que sufre la ciudad por las presiones del mercado laboral: la disponibilidad de camiones usados es absorbida por la industria para el transporte de su personal, frente a un sistema desarticulado y autoridades permisivas que históricamente no han exigido el uso de camiones nuevos para prestar el servicio.

De acuerdo con los últimos registros de la Subsecretaría de Transporte de Gobierno del Estado, cuatro mil unidades mueven hoy a sus trabajadores en múltiples viajes de extremo a extremo de la urbe y apenas hay 550 unidades para atender las demandas de otros usuarios regulares del servicio, incluyendo a una gran parte de los 120 mil estudiantes de preparatoria y universidad que no cuentan con medio propio de transporte.

Los 4 mil camiones, muchos de ellos inseguros por su antigüedad y condiciones mecánicas, complican el tráfico principalmente en las horas pico. Se conjuntan en la saturación vial con 5 mil camiones de carga que tiene registrados el Gobierno Municipal en el padrón que mueve la producción y los insumos de la industria y de otros sectores, sin contar los tráileres que llegan de fuera para participar también en la cadena de suministros, cruzar los productos por los puentes internacionales o distribuirlos al interior del país.

En ese escenario alterado también por el incremento del parque vehicular en circulación que generó el reciente programa de regularización de autos “chuecos” (el último padrón de Recaudación de Rentas es de 620 mil vehículos particulares en Juárez), cientos de camiones de transporte especial deberán agregarse al servicio ante la demanda abierta por la contratación de la fuerza laboral requerida por la industria.

Es apenas el inicio del boom inmobiliario y el caos generado por la saturación vial se reconfigura en la ciudad para tomar otros espacios. En el suroriente, el punto donde convergen los bulevares Independencia y Manuel Talamás, supera en conflictividad y tiempos de espera a cualquier intersección de la avenida Tecnológico, el corredor vial que históricamente ha concentrado los mayores flujos vehiculares y que entró en crisis a partir de la reducción de los carriles cedidos al hasta hoy fallido sistema BRT (Bus Rapid Transit, por sus siglas en inglés).

Prácticamente es la única entrada y salida para la zona de mayor expansión industrial y donde también se concentrarán los nuevos desarrollos habitacionales. Norte Digital confirmó que cruzar un solo semáforo para incorporarse al anteriormente llamado Libramiento Aeropuerto, desde la prolongación de bulevar Independencia, en sentido sur-norte, lleva hasta 30 minutos en hora pico. El momento crítico, alrededor de las dos de la tarde, se presenta por el cambio entre primero y segundo turno en la maquiladora y la entrada y salida de las escuelas.

Por ese nudo vial debe de pasar la mayor parte del flujo desde y hacia la Ciudad del Conocimiento, donde la dispersión se llevó al extremo de la “aberración urbana”, como se llamó a ese proyecto educativo en un estudio del Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO) sobre la gobernanza de las ciudades. Desde 2014, el IMCO puso a Juárez de ejemplo de mala gestión del territorio, ante los evidentes efectos negativos en la inseguridad, la movilidad y la provisión de servicios, generados por la dispersión y el desorden espacial.

Allá operan un par de planteles de educación media superior y dos más de nivel profesional, en medio de la nada, al final de una carretera de ocho kilómetros a partir de la última línea de fraccionamientos. Únicamente la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) tiene en aquel campus, más de ocho mil estudiantes. La mayoría batalla para llegar. La UACJ paga camiones especiales, igual que lo hace la industria, para ampliar un poco la oferta que no cubre el transporte público. Pero también redujo el servicio porque las unidades las acapara ese sector productivo.

Cuando el sociólogo y urbanista español Jordi Borja conoció Juárez y su Ciudad del Conocimiento, describió en 2015 a esta frontera como la “no ciudad”, por su indefinida trama urbana, sus barrios-gueto marginales y desconectados, la falta de un centro o centros urbanos articuladores y la carencia de un sistema de infraestructuras y transportes que permita ejercer el derecho a la movilidad en condiciones dignas.

Saturan los corredores viales

Entre el conflictivo crucero donde nace la Talamás Camandari y el inicio de la Avenida del Desierto, la que lleva hasta la también conocida como Ciudad Universitaria, un transitado corredor en forma de “L”, es integrado por el bulevar Independencia y el bulevar Miguel de la Madrid.

Ahí es más evidente que en cualquiera de los otros frentes que ejercen la presión inmobiliaria, el momento de expansión industrial que vive Ciudad Juárez, con una imparable construcción de nuevas naves industriales.

Prácticamente enseguida del complejo de Electrolux, hasta hoy el más grande de la zona con cuatro edificios para producir lavadoras, refrigeradoras, secadoras y productos plásticos y estampados, se construyen dos nuevas naves.

El primero es un desarrollo de Prosperity Real Estate y el segundo de MEOR, firmas dedicadas a la construcción para arrendamiento y administración de espacios industriales. Justo enfrente de estas dos edificaciones, del lado sur de la Miguel de la Madrid, es donde se construye el complejo de Inventec.

“El fondo inmobiliario MEOR, durante el primer trimestre del 2023, invertirá 3 mil 600 millones de pesos en la construcción de más parques industriales en México, para satisfacer la demanda de espacios por parte de las empresas, una vez que el país, de acuerdo con estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo, podría captar más de 35 mil millones de dólares derivado del nearshoring”, publicó la revista Fortuna, el pasado 31 de enero.

Aparte, en publicación de Forbes, el Chief Investment Officer de Grupo MEOR, Jonathan Pomerantz, dijo que las empresas atraídas por el nearshoring a México invertirán más de 11 mil millones de dólares en la construcción de fábricas y líneas de producción en Juárez, Monterrey, Saltillo, Ciudad de México, Tijuana, Querétaro, Guanajuato, Hermosillo, Mexicali y Guadalajara.

Pomerantz también informó que un grupo de inversionistas de China, Taiwán, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y Europa requiere de 11 millones de metros cuadrados de naves industriales para trasladar sus fábricas, líneas de producción y centros de distribución de Asia a México. De ese nivel es la demanda de espacios.

En esa dinámica, MEOR construye aquí su Hubspark Ciudad Juárez de 460 mil pies cuadrados y su Hubs Park Ciudad Juárez 2, de 1 millón 614 mil 586.56 pies cuadrados.

Justo donde se unen el bulevar Independencia y el Miguel de la Madrid, ROCA Desarrollos construye un parque más. Frente a la planta Flex Norte, la firma invierte 45 millones de dólares para levantar tres naves industriales, en una superficie de 639 mil pies cuadrados.

Cada nave es de 210 mil pies cuadrados. La demanda es tanta, que los edificios están arrendados antes de que termine su construcción. Igual ocurrió con otras dos naves recién terminadas por South Park, unos metros más hacia el norte por el bulevar Independencia. Flexteel y Prince Manufacturing rentaron los edificios de 20 mil y de 5 mil metros cuadrados.

Sobre la misma vialidad, la estadounidense Eaton recientemente ocupó una nueva nave para sumar a las tres plantas que ya tenía en otros parques industriales de la ciudad. La multinacional que emplea a 96 mil personas en el mundo, produce sistemas y componentes para la gestión de energía eléctrica, hidráulica y mecánica. Ahí, los trabajadores juarenses ensamblan interruptores automáticos en miniatura, así como elevadores y botones para paneles eléctricos.

Inventec

Ubicación: Bulevar Miguel de la Madrid

Ocupación: 70 mil metros cuadrados

Pisos: Dos niveles

Avances de la obra: ND

Empleados: Mil 500

Nuevas plazas: 3 mil 500

$250 mdd De Inversión Inicial

Agotan la reserva disponible

De acuerdo con la sección Juárez de AMPI, firmas que incursionaron como desarrolladores en el mercado juarense apenas entre 2021 y 2022, como MEOR, Prosperity, Roca Desarrollos y Fibranova, compraron grandes extensiones de tierra en la zona, cuya disponibilidad prácticamente está agotada, al menos en la “L”, formada por las dos principales vialidades.

En todo el bulevar Independencia hay nuevos edificios y otros están en construcción. Destaca el desarrollo de la firma chihuahuense American Industries, el “Independencia II, Industrial Park”.

En 24 hectáreas ya se construyeron cuatro naves de un total de seis, con una inversión de 13 millones de dólares. Para hacer producir esos espacios, se requerirán 3 mil trabajadores. Únicamente en la etapa de construcción se han ocupado mil plazas.

Durante la más reciente operación, Fibra Macquarie, un fideicomiso de inversión en bienes raíces que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores, colocó la primera piedra de un nuevo complejo de diez naves industriales, con inversión de 3 mil 500 millones de pesos para la construcción. La proyección es de hasta 10 mil nuevos empleos, según declaraciones de Simón Hanna, su director ejecutivo, realizadas el jueves 23 de marzo.

El complejo (el segundo edificado en la misma zona por esa firma) se construye justo entre el nuevo parque de American Industries y las naves de Eaton, donde Fibra Macquarie adquirió 55 hectáreas para edificar este mismo año la primera nave de 24 mil 805 metros cuadrados (267 mil pies cuadrados).

La ampliación productiva no termina y la vialidad ya está saturada. Automóviles particulares, tráileres y camiones de transporte de personal y de servicio público apenas caben en el corredor donde se instalaron además tiendas de autoservicio como Smart y Bodega Aurrera. Grandes ferreterías también atienden las necesidades constructivas de populosas colonias y fraccionamientos aledaños como El Mezquital, Las Haciendas y Parajes del Sur.

Hombres y mujeres caminan con sus hijas e hijos sobre una vialidad en la que faltan banquetas y guarniciones, pero sobran basura plástica, escombro y maleza, además de postes caídos o dañados sobre camellones y cruceros. Atraviesan la calle, cargan su mandado o esperan el transporte. Ojos desesperados los miran desde los vehículos varados.

Desde el cruce con Talamás Camandari, el atasco vehicular alcanza hasta la calle Adolfo Christlieb Ibarrola. Para salir, no hay más que esperar. Lo mismo si se dará vuelta a la izquierda para tomar el Libramiento rumbo al poniente, o si se busca incorporarse hacia al oriente y tomar esa misma vialidad rápida que conecta los distintos parques industriales con el puente Internacional Zaragoza-Ysleta. Los requerimientos de la industria maquiladora de exportación siempre han definido la configuración territorial y la trama urbana de Juárez, aunque finalmente la propia ciudad se convierta en mero puente, un espacio apenas transitable y poco habitable.

Investigación: Javier Arroyo

Fotografía y video: Christian Torres | José Zamora

Edición: Guadalupe Salcido

Corrección: Jorge López Landó

Diseño: Regina García

Desarrollo web: Raúl Granados