Ciudad Juárez y el resto de la frontera norte tienen una oportunidad en estos tiempos en que Donald Trump ha construido su muro de la retórica contra los mexicanos, manifestó Martín Camps, escritor juarense y actual director de Estudios Latinoamericanos de la University of The Pacific, localizada en Stockton, California.
En entrevista con NORTE, el intelectual habló de la idea errónea sobre la frontera en todo el mundo y el retroceso social que experimenta Estados Unidos, fenómeno político que compara con la falla de San Andrés.
N. Pareciera que en el interior de Estados Unidos ven a la frontera como un territorio que solo está en su mente, muy diferente a la realidad binacional. ¿Qué sucede en este momento con la percepción acerca de la frontera?
MC. Hay una idea errónea de muchos norteamericanos. Algunos piensan que hay cientos de miles de mexicanos alistándose para cruzar la frontera, pero desde luego que se trata de una falacia y una mala concepción. Piensan que hay una fila de aquí hasta la Patagonia para intentar cruzar la frontera.
Son pocos los que conocen la cultura fronteriza, este ir y venir en ambos lados de la frontera. Los norteamericanos que viven en el interior del país no se dan cuenta de la existencia de un intercambio cultural y de servicios.
No se dan cuenta de la realidad, porque la migración mexicana prácticamente ha terminado; los que van son los mismos que vienen y viceversa, hay una migración cero desde hace diez años en México.
N. ¿Cuál es la realidad, entonces, de la frontera?
MC. Hay una migración de centroamericanos. Si tu vas a Los Ángeles y le preguntas a alguien si ha conversado con algún migrante mexicano te dirán que no, que son pocas veces que intercambian preguntas con un connacional.
La mayoría de quienes están cruzando por California son hondureños, guatemaltecos, pero no mexicanos; esta es la realidad que se ve en la frontera.
Creo que la frontera no se conoce mucho más allá de sus territorios, porque también no se promueve turísticamente; no hay una promoción institucional ni privada para visitar las fronteras como un atractivo de este cruce histórico y que puede usarse como turismo. Las transacciones entre Juárez y El Paso son muy atractivas.
N. Desde la campaña electoral de Donald Trump, la frontera se puso en el epicentro del mundo. ¿Es una oportunidad para los fronterizos?
MC. Claro que es una oportunidad. La gente está pensando en la frontera mexicana por el fenómeno Trump, y dado que el presidente norteamericano no tiene mucha popularidad en el mundo, eso puede ayudarle a Juárez si se capitaliza bien desde aquí.
Las naciones pueden empezarse a solidarizar, estamos bajo el ataque de un magnate y esto puede ayudar mucho a Ciudad Juárez para enseñar o educar al mundo sobre qué es realmente nuestra frontera.
No es el muro, porque el muro ya existe, porque las fronteras son resultado de procesos históricos que vienen desde la era de la prohibición, que vienen desde el siglo XX. Este momento es una oportunidad para educar al mundo y decirle: “esto es la frontera”.
N. El muro es una posibilidad real, pero hay otro tipo de muros. ¿Qué hay sobre esto?
MC. Muchos no hemos visto que Trump ya construyó un muro con su retórica. Ese muro es más efectivo que el que se pretende construir físicamente. Los discursos del muro, de la frontera, esos son mucho más peligrosos que el de la realidad, porque desgraciadamente muchos norteamericanos ya ven a los mexicanos y al resto de los latinoamericanos como un verdadero peligro.
Los mexicanos ahora piensan que no van a ser apreciados por sus costumbres, cultura y color de piel, entonces estamos viendo que Trump ya dividió a los dos países.
Ese muro de la retórica también lo está construyendo con Europa y otras zonas del mundo, y eso puede ser muy peligroso para Estados Unidos.
Veo a Estados Unidos muy convulso dentro de un año. Trump no da indicios de mesura, sino al contrario. El último caso de acusación contra Obama, de la supuesta intervención telefónica, que es algo muy serio y que no tiene ninguna prueba para probarlo, es un ejemplo de muchos otros casos, y los norteamericanos no van a soportar una continua sarta de acusaciones sin sustento.
N. Posiblemente esto no le va a ayudar a Trump para su reelección y moderarse
Estados Unidos es resultado de la búsqueda de los derechos civiles y la libertad, y no puede irse en contra de esa corriente histórica
Veo a un Estados Unidos muy dividido, en unos meses ha cavado una división y es como la falla de San Andrés, es la falla de Trump; y como sabemos, las fallas pueden provocar un sismo y un cisma.