Transcurridas tres semanas de septiembre el índice de homicidios en Ciudad Juárez registró un total de 92 víctimas hasta la noche del domingo, según cifras de seguimiento periodístico.
La tendencia no disminuyó, aún después de la llegada de un nuevo secretario de Seguridad Pública al municipio, en la persona de Raúl Ávila Ibarra.
De los 92 crímenes perpetrados este mes, 52 ocurrieron ya con Ávila al frente de la policía local.
Aunque la Fiscalía Zona Norte no ha confirmado el número de personas privadas de la vida en las últimas tres semanas, el registro de medios es coincidente con la tabla que el Ficosec actualiza diariamente.
Solo entre el viernes y el domingo un total de 22 personas fueron asesinadas, incluidos 4 hombres de entre 18 y 32 años que fueron atacados en un restaurante de mariscos del paseo de la Victoria.
A pesar de que el lugar está ubicado en una de las zonas comerciales más vigiladas de la ciudad, por su cercanía con el consulado de Estados Unidos, no hubo ningún detenido.
Apenas este lunes se dieron a conocer de manera extraoficial los nombres de las víctimas: Rafael Chávez Ferrel, de 22 años; Álvaro Alejandro Gutiérrez Terrazas, de 18; Rodrigo Isaac Muñoz Vera, de 23, y Adrián Antonio Arredondo Marentes, de 32.
De acuerdo con la Fiscalía Zona Norte, al menos tres de las personas identificadas, tenían antecedentes de actividades delictivas.
En el lugar se realizaron cerca de 30 disparos de armas de alto poder.
Por los indicios que ya circulan en distintos medios, el hecho se ubica dentro de la disputa de grupos criminales, aunque eso en sí mismo no minimiza que sea también una afrenta directa a las autoridades responsables de la seguridad.
También este fin de semana los criminales usaron el modus operandi de dejar al menos a dos de sus víctimas dentro de tambos de basura en la vía pública; desprecio a la vida y degradación social, ingredientes comunes en la cotidianidad fronteriza dejada al garete por sus gobernantes.
Solo promesas
Las autoridades anunciaron en mayo de este año que implementarían una nueva estrategia a la que denominaron Plan Especial Juárez, pero su contenido no fue compartido con la sociedad.
Se dijo que el Plan era un cuaderno de trabajo en el que el Gobierno de Javier Corral le hacía propuestas y peticiones al Gobierno de López Obrador, a través de su secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, para atender el tema.
Se molestó el gobernador cuando los periodistas publicaron que se trataba de un apretón de tuercas de la 4T a su fallido Gobierno.
Cuatro meses después, el contenido del plan sigue sin conocerse y los operativos estatales y municipales (los federales no existen más que para la foto en el bordo por el tema migratorio) siguen sin inhibir un ápice la violencia de los grupos criminales.
Pero el apretón de tuercas sí tuvo ya su primer consecuencia: hace dos semanas se anunció el cambio del titular de seguridad pública Ricardo Realivázquez por un comisario de formación federal que ya había trabajado aquí: Raúl Ávila Ibarra.
Con todo y el relevo, los días que siguieron a su nombramiento y posterior ratificación en el Cabildo, los homicidios continúan su comportamiento “normal” en la frontera.
Este lunes el alcalde Armando Cabada dijo a reporteros de la frontera que había que darle tiempo al nuevo mando para que terminara de instalarse y tomar las riendas de la dependencia.
En lo que va del año Juárez ha pagado con mil 105 personas privadas de la vida, el que grupos criminales usen sus calles como estantería para la venta de droga, mientras las autoridades parecen solo desempeñar el deleznable papel de meros espectadores.
Al cierre de esta edición ninguna autoridad, estatal, federal o municipal, se había parado frente a la opinión pública juarense a hacer un mínimo mea culpa de lo que está ocurriendo y mucho menos a anunciar un golpe de timón.
Ni siquiera el gobernador Javier Corral que hoy anunció aquí una exposición de la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) tuvo un gesto de reconocer ante los medios juarenses el nulo resultado obtenido en el combate a los grupos criminales.
Antes optó por mantener un pleito con un periódico local -del que no hay nada relevante que apuntar- en lugar de hablar con claridad sobre qué van a hacer para bajar los homicidios.
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