Cuando se toma la decisión de tener hijos visualizamos su crianza, disfrutarlos, darles lo mejor, que sean felices y exitosos en lo profesional y personal.
Hacemos todo lo posible en formarlos durante sus primeras etapas, estar cercanos en todos los momentos importantes, fomentarles hábitos, que crezcan en lo espiritual, deportivo, académico, familiar, en valores y ambiciones de todo tipo.
La suma de todo esto amplía la visión de intereses que esos pequeños fueron desarrollando, llegando el momento de escuchar: mamá, papá… voy a un intercambio escolar o estudiar fuera de casa. Ytu quizá con más dudas que aciertos empiezas a cuestionar y a veces a temer.
Qué hacer cuando se presentan estas inquietudes:
–Escuchar, quizá ya tiene la información necesaria o pueden sumarse a su búsqueda.
–Comunicarse lo más posible, conociendo sus planes y opciones. Verificando la información que se tiene, que sea oficial y viable.
–Tomarse el tiempo y dar seguimiento, porque todo es un proceso que lleva altas y bajas.
–Conocer a detalle todos los trámites migratorios, de residencia, salud, seguros, entre otros. Pero él o ella al frente de toda esta información.
–Establecer un proyecto económico, el recurso en casa, becas disponibles, programas de asistencia en la escuela, asociaciones, etcétera.
–Resaltar las ventajas que se tienen, los idiomas, conocer otras culturas, desarrollo laboral, personal y profesional. Abrir la visión, vencer miedos, ser proactivos.
–Vibrar con esa energía juntos, será más fácil el trayecto.
Cuando llega el momento…
-Reconocer que fuiste parte de esta experiencia de vida, impulsaste la flecha, ahora toma su dirección. Prepárate para la rueda de las emociones.
-Tomar tiempo para la adaptación, es de ambas partes. El saber manejar su libertad a distancia lo ira perfeccionado con su toma de decisiones, habrá situaciones que corregir pero serán de aprendizaje y hazle saber puntualmente que estás en la mejor disposición de seguir apoyando pero sin invadir ni resolverles detalles que él o ella pudieran hacer.
-Reconozcan las emociones, lo que están experimentando, compártanlas sin temor a que se minimizan o causen preocupación. Esto genera un alto nivel de confianza y de expresión.
-Hay que puntualizar que cualquier acción será responsabilidad de él o ella, que la consecuencia será resultado de la toma de decisiones que maneje.
-Escucha más y pregunta menos. Cuando estén esos momentos de comunicación, permite que fluya, que comparta y si tienes inquietudes compártelas en el momento pertinente.
-Confía, pero la cercanía es indispensable. Así como reglas básicas de comunicación, autocuidado, económicas, etcétera. Llegar a acuerdos y sobre todo de contactos básicos sin invadir su privacidad.
-Evita comparaciones entre hermanos o conocidos que ya hayan tenido esta experiencia, si de algo sirven los antecedentes es para bien.
-Va a recibir mucho del lugar donde residirá, como estilo de vida, costumbres e idioma, pero que también comparta lo que le agrada de su propio país.
-Disfruta como papá o mamá el proceso, regálate la oportunidad de que tendrás más tiempo para ti, para compartir con amistades, en pareja, de aprovechar tiempo en otra actividad de interés.
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