Las envolturas de celofán, envases de plástico, unicel, tela sintética. Lo que tiramos al mar acabará en nuestra mesa y, con un poco de mala suerte, en tu estómago, publicó Animal Político.
¿Cómo? Fácil. Cada año, 13 millones de toneladas de plástico acaban en los océanos. En México anualmente producimos 7 millones de toneladas, un porcentaje de todo eso acaba en los mares mexicanos, de acuerdo con el Estudio sobre el impacto de la contaminación por microplásticos en peces en México, realizado por la organización Greenpeace.
La organización analizó 755 peces recolectados en tres zonas pesqueras del país: Golfo de California (La Paz, BCS), Golfo de México (Veracruz, Veracruz) y Caribe mexicano (Puerto Morelos, Quintana Roo).
En los estómagos de 54% de los peces se hallaron microplásticos y otras fibras y materiales. Al analizarlos en el laboratorio el resultado fue que 20% del total de los ejemplares tenían trozos de plásticos en sus sistemas digestivos.
Mientras que el resto de los peces presentaron “una fibra, un fragmento o un trozo manufacturado por el ser humano” que no debería estar en el mar, explica a Animal Político el especialista Miguel Rivas Soto, de Greenpeace México y uno de los coordinadores del estudio.
En total, señala el documento, en los estómagos de los peces analizados se encontraron mil 006 piezas de plástico.
“El plástico del mar se nos está regresando en los peces que llevamos a nuestras mesas”, advierte el investigador.
¿Cómo llegan a sus estómagos?
Los trozos menores a 5 milímetros son conocidos como microplásticos. Por su tamaño es fácil que las corrientes marinas los transporten a todo el mundo.
“Su pequeño tamaño puede hacerlos indistinguibles de las presas naturales”, explica el estudio.
Sí, los peces confunden el plástico con comida, ya que su alimentación se basa en la condición visual: los colores de los plásticos son atractivos y se los comen.
“Los hábitos de forrajeo de estas especies se debe a una condición de capturar el alimento de forma más visual. Esta fibra, trozo o fragmento termina siendo atractivo para los peces”, explica Rivas Soto, quien también es líder de la campaña de plásticos de Greenpeace México.
Los colores que más se encontraron en los peces fueron el azul oscuro (45 %) y el negro (41 %), seguidos del rojo (7 %), transparente (4 %) y verde (2 %), mientras que el resto (morado, blanco, café, amarillo, rosa) conformaron el 1 %, expone el estudio.
Los tipos de plástico que más se encontraron fueron celofán, usado como envoltorio de regalos, alimentos y en cintas autoadhesivas.
Además de etilvinilacetato, nailon, poliacrilato, poliestireno, poliéster, polietileno y polipropileno.
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