En el rostro de quien se encuentra en el estrado de los acusados, se muestra un nerviosismo y un terror al recordar lo vivido como no se había percibido en este juicio. El hombre no es policía, no recibió ninguna capacitación o entrenamiento para poder sobrevivir a la situación que vivió aquella madrugada del 12 de agosto.
Tampoco es especialista forense ni ningún otro funcionario encargado de hacer alguna de las diligencias que se llevaron a cabo por parte del Ministerio Público para armar la carpeta de investigación de este caso.
Solo es un padre de familia, como cualquier otro de esta ciudad, que tuvo la mala fortuna de que, mientras la ciudad descansaba de una de las jornadas más tristes y caóticas de su historia, fue testigo de un ataque armado contra policías municipales que dejó como detenidos a los 5 hombres que hoy se encuentran en el asiento de imputados, y que sucedió en la parte de atrás de su casa.
Señala que aquel 11 de agosto, el hombre que habita en la calle Anémona en la colonia Ampliación Aeropuerto, se había ido a dormir temprano. Estaba con sus hijas y su esposa, cuando de pronto, comenzó a escuchar la refriega.
No pudo identificar de dónde venían los disparos, el miedo le quitó toda la curiosidad que podía haber tenido en ese momento, y solo alcanzó a resguardarse al interior de su cuarto, acompañado de su familia.
No sabe cuánto duró el enfrentamiento ni quién le estaba disparando a quién; solo recuerda el ruido tan estruendoso que escuchó esa noche y que no le dejó dormir. Además, rememora haber escuchado pasos en el techo de su casa.
Hombres que, aprovechando la cercanía entre las casas, corrían de un lado al otro. No se percató de más cosas, hasta que elementos de la Policía Municipal llamaron a su puerta.
Le indicaron que unos hombres habían saltado del techo de su domicilio a su carro, un vehículo Nissan Altima negro, que terminó con el vidrio trasero totalmente destrozado, debido a la caída de los hombres.
Asustado y en estado de shock, señala que los policías le preguntaron si contaba con cámaras de videovigilancia, a lo que respondió afirmativamente. Con la intención primordial de cuidar a sus hijas, el hombre accedió a mostrar los videos a los agentes.
En aquellas imágenes, indica que se veía el momento en el que dos personas saltan del techo hacia su vehículo. Admite que la calidad de sus cámaras “no es de lo mejor” y que, el hecho de que el incidente ocurriera en la madrugada, no permitía distinguir más detalles de las personas, por lo que solamente pudo observar cómo caían desde el techo, pero no pudo identificar que alguna de esas personas estuviera en la sala.
Indicó que, una vez que les mostró la grabación a los oficiales, nunca más volvió a ver el video, porque ellos se llevaron el dispositivo donde estaba almacenado.
Refirió que, en pláticas con otros vecinos que viven cerca del domicilio de los hechos, también aseguran haber escuchado pasos en el techo de sus viviendas, pero su carro fue el único que sufrió daños.
Tras unos minutos de tensión en los que el hombre tuvo que revivir el horror de esa noche, finalmente escuchó el “se libera al testigo” que salió de la boca del Ministerio Público, frase que le regresó el alma al cuerpo y con la que salió aliviado de la Sala de Apelaciones 4, lugar donde se continuó la audiencia por fallas eléctricas en la sala donde estaba originalmente programada la sesión de hoy.
Aunque hubo dos testigos más durante la audiencia de este jueves, no aportaron detalles significativos en la historia; uno hizo un estudio balístico a una de las patrullas involucradas en el hecho y el segundo hizo un peritaje sobre el origen de los vehículos, los cuales determinó que cumplían con las series originales y confidenciales con las que habían sido registrados.
Además, el hecho de que, por el tamaño de la sala no permitieran el acceso a los familiares de los imputados, evitó que se diera ese particular intercambio de mensajes corporales entre aquellos que enfrentan la justicia y quienes no los abandonan ni en sus peores momentos.
Por ahora, el juez encargado del caso terminó la sesión de hoy y programó la siguiente para mañana en punto de las 9 horas.
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