El historiador David Dorado Romo, autor del libro “Historias desconocidas de la Revolución Mexicana Juárez”, expuso la historia indígena de El Chamizal. En ella afirmó que los verdaderos dueños de El Chamizal eran los indios Mansos y los Apaches.
Lo anterior como parte de charla ofrecida por parte de la «Red Binacional de Estudios Históricos de Ciudad Juárez y El Paso».
El evento tuvo lugar la tarde del lunes en El Edificio de los Sueños; este está localizado entre las calles Ramón Corona e Ignacio de la Peña, en el centro de la ciudad.
En la charla, Dorado Romo afirmó que en 1751, el gobernador Tomás Vélez, les otorgó a Piros y Mansos el terreno; su superficie abarcaba cuatro leguas cuadradas; bajo un título (de la ley española) que no les permitía venderlo.
Dijo que la historia de dicha zona comienza mucho antes de la entrega de El Chamizal del Gobierno de Estados Unidos a México; esto, a finales de la década de los sesenta.
El investigador, ensayista y músico estadounidense, hijo de padres mexicanos, mostró un mapa de Colecciones Especiales de UTEP; en el cual identifica una zona en color verde que corresponde a los terrenos de El Chamizal.
Aseguró que los pueblos originarios, identificados por los conquistadores como “Mansos” y el pueblo de los Piro, eran parte de los ocupantes de esas tierras.
Los conquistadores españoles, basados en la Ley Burgos de 1530, a partir de la fundación de Nuestra Señora de Guadalupe de la Nación de los Mansos, ubicaron cuatro leguas cuadradas; una legua por cada punto cardinal, donde además permitieron la subordinación indígena; de tal manera que El Chamizal estaba dentro de esta demarcación. Una legua equivale a aproximadamente a 4.2 kilómetros, narró el historiador.
Los de abajo
Explicó que en 1676, se registró una rebelión a partir de una unión de Mansos, Piros y Apaches; esta fue atribuída al capitán Chiquito de los Mansos; y aquí había 830 mansos, 62 Piros y 5 Apaches.
El historiador, doctor en Historia de la Frontera por la Universidad de Texas en El Paso, comentó que la población indígena estaba muy reducida; sucedía que la mayoría de los esclavos enviados a México y Cuba eran apaches; y estos se reconocen como el pueblo N´dee.
Narró que en 1726 llegó el inspector Pedro de Rivera y reportó dos distritos al lado de la Misión; el pueblo de arriba de los Mansos y el pueblo de abajo que corresponde al de los Piros; este último probablemente situado en la actual colonia El Barreal.
En sus investigaciones concluyó que el pueblo de abajo, se considera El Chamizal.
Informó que a partir de 1748, a causa de la epidemia de ese año, se unieron los pueblos de los Mansos y los Piros; de tal manera que la zona de El Chamizal estaba habitada por ambos pueblos.
Cuatro leguas cuadradas para Piros y Mansos
Para 1751, el repartimiento de tierras del gobernador Tomás Vélez, les otorgó, tanto a Piros como Mansos, el terreno que abarcaba las cuatro leguas cuadradas bajo un título que no les permitía vender, de acuerdo con la ley española.
“Estas tierras siempre han sido de los mansos. El pueblo de arriba, llegaba hasta donde hoy son las instalaciones de UTEP, en ambos lados de la frontera, considerado propiedad de los Manos”, refirió el historiador.
Dijo que el mapa de Urrutia, con el uso de nuevas tecnologías en materia de cartografía, es investigado por el profesor David Muniz; el investigador busca el paralelismo de los antiguos asentamientos con la ciudad de hoy.
Recordó que la historia de El Chamizal abarca los dos lados de la frontera. De acuerdo con un mapa de 1859, su límite llegaba hasta lo que hoy es la calle Paisano.
Precisó que por primera vez, en 1782, se incluye a los Mansos, Piros y Janos en El Chamizal y Barreal; mientras que el padrón de 1787 muestra que había 784 indios en Paso del Norte y que El Chamizal era uno de los distritos.
Para 1805 había más habitantes, la mayoría de estos indígenas y también mestizos. El padrón de 1814 identifica que el Chamizal tenía 696 habitantes.
Para 1883, El Chamizal era el distrito con más habitantes y muy productivo en agricultura con viñedos y huertos de frutales.
En ese tiempo había mucha movilidad de Mansos, Piros y Tiguas, debido a que el río cambiaba su caudal. Muchos de ellos emigraron de El Chamizal a Las Cruces donde se establecieron, dijo.
Historias de apropiación paralelas
Actualmente, dijo, se libra una controversia en la zona de “Duranguito”, en El Paso, donde los mismos empresarios de Juárez-El Paso, quieren construir un estadio de fútbol y un centro de convenciones como el proyecto de Ciudad Juárez.
Explicó que pretenden destruir 125 acres, donde se encuentra el Segundo Barrio, la zona de “Duranguito” que es una antigua propiedad indígena.
Agregó que hombres y mujeres de negocios, que suman unos 350, pertenecientes a ambos lados de las dos ciudades hermanas, buscan la construcción de grandes complejos comerciales y un gran hotel en la frontera.
Movimiento vivo
Dijo que en El Paso se mantiene vivo un movimiento que recupera esa historia indígena.
Las investigaciones históricas, que pronto conocerá la Corte Suprema de Texas, que demuestran la conexión de los Apaches, en “Duranguito”, lograron suspender la construcción del estadio y el centro de convenciones, gracias al conocimiento de la historia, advirtió.
“Hemos podido parar la destrucción de Duranguito por cinco años y seguimos en ese proceso”, dijo profesor investigador.
Tras la presentación de Romo, también expuso David Muñiz García, doctor en estudios urbanos con especialidad en arqueología.
Dijo que en la región de Juárez y El Paso hay un pasado indígena muy activo que fue parte de la formación de la ciudad; sistemáticamente negado por la historia que los invisibiliza para fines de apropiación de sus recursos, como son las tierras.
“Es algo como lo que ocurre hoy, si aquí no hay nada, nos podemos quedar con todo y eso es legítimo”, comentó Muñiz quien investiga la presencia indígena en la formación de la ciudad.
El Chamizal es territorio apache
El historiador Iván González, expuso que documentos históricos con validez oficial del gobierno de los EU, reconoce que El Chamizal es un campo “chigas”; es decir, de origen Apache, en el lugar donde fundaron la primera Academia de la Patrulla Fronteriza.
Finalmente participó Juan Luis Longoria Granados originario del pueblo N´dee (Apache); doctor honoris causa por la Universidad de Tamaulipas, por sus aportaciones hechas a la antropología.
Longoria Granados dijo que los indígenas son sociedades vivas y que pese al esfuerzo por borrarlos de la historia, continúan vivos.
Dijo que desde el mundo indígena se piensa y se vive distinto el espacio, pues el pensamiento occidentalizado todo lo delimita.
“Somos el único pueblo indígena vivo, presente y activo en Ciudad Juárez, cuando digo indígena me refiero a su etimología. Nacidos aquí, que somos de aquí, que esto es ‘chigagua’, que ésta es nuestra casa. Mi casa”, refirió.
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