El regreso a clases presenciales es un hecho, así lo ha expuesto el gobernador Javier Corral. Pero mientras las autoridades educativas se plantean si se regresará con una modalidad híbrida, o qué medidas se implementarán para reducir el riesgo de contagio entre los estudiantes, los maestros ya se mentalizan para enfrentarse a los retos que la vuelta a las aulas que la tercera ola de Covid-19 supondrá.
Tania Alejandra Becerra Villa es maestra de la primaria José Rubio Ortega, ubicada en Parajes de San Juan, considerada una zona de escasos recursos y con un alto índice de hechos violentos.
Comenta que el anuncio del gobernador ya se esperaba, pues la Secretaría de Educación ya lo había prevenido en algunos comunicados. Sin embargo, considera que es algo arriesgado, ya que las autoridades no han presentado una estrategia que pueda asegurar a los padres de familia que los niños estarán completamente protegidos.
“Esto ha brillado por su ausencia. En pláticas con los colegas nos preguntamos por qué no se destina algo del recurso económico que pueda haber para la Secretaría de Educación, para que las familias no sufran un impacto económico. Porque en el sector donde yo trabajo hay padres que tienen hasta 6 hijos. ¡Imagínate qué gasto tan enorme del gel antibacterial y del cubrebocas diario!”, expresó.
Señala también que, si en algún momento un niño no lleva su cubrebocas, serán los maestros los que solventarán esas cuestiones, por lo que los bolsillos de los maestros también se verían afectados. La situación es difícil para docentes y escuelas, pues hasta ahora no hay ningún fondo.
Regreso de desafíos
Tania sabe que el regreso a clases será todo un reto para los niños de primero y segundo año, pues ellos no tienen experiencia en la primaria presencial, por lo que el desapego del hogar podría ser duro para algunos.
También está consciente de que los alumnos más grandes esperan con ansia poder ver de nuevo a sus compañeros y convivir con ellos, pues los jóvenes pueden pasar por alto que volver a la escuela conlleva muchos riesgos.
“Es una responsabilidad compartida entre padres y profes. Debemos hacer todo lo posible por cuidar a los niños”, expresa Tania
“Todo es incertidumbre por ahora. Esperamos indicaciones específicas cuando volvamos a los consejos técnicos. Será un poquito caótico. Pero va a ser necesario que vigilemos a los niños para que respeten la sana distancia, para que no se quiten el cubrebocas o lo cambien con un compañerito y que no se compartan comida. Incluso sería útil tener recesos escalonados”.
Imposible los grupos pequeños
A nivel preparatoria, Eduardo Peña, profesor de química en el Cbtis 270, expresa que las instalaciones educativas, en cuanto a infraestructura, no están ni estarán listas para recibir a los alumnos y garantizar que estén libres de contagio.
“Las escuelas están diseñadas para un ambiente sin pandemia. Lo ideal sería que los grupos se reduzcan considerablemente, máximo a 15 alumnos por salón para respetar la sana distancia. Pero es inviable por la demanda estudiantil que tienen las escuelas”, explicó.
El docente reconoce el esfuerzo de la institución educativa al preparar a los docentes para el eventual regreso a clases. Comenta que se les han dado cursos, capacitaciones y pláticas, además de desarrollar protocolos de emergencia. Sin embargo, señala que todo eso pierde efectividad ante el número tan alto de estudiantes que tiene la escuela.
Peña dice que la solución que se les plantea es llevar una modalidad híbrida. Pero considera que representaría una carga de trabajo mucho mayor para los docentes, pues de alguna manera sería dar doble clase.
Tarea titánica
“Hay maestros que tienen plazas de hasta 40 horas, sin contar la preparación de la clase, la revisión de trabajos y todo eso que se suma. No nos pagan por esas horas de logística, nos pagan por las horas frente al grupo”, detalló.
El profesor señala que ser maestro en modalidad virtual se volvió un trabajo de 24 horas, ya que los alumnos se toman el día entero para enviar los trabajos, pues ha llegado a recibir entregas a las 2 y 3 de la mañana. Por ello, está convencido de que el modelo híbrido representará una tarea titánica.
“Las herramientas para revisar los trabajos presenciales son muy distintas a las que usamos para revisar los trabajos de modalidad virtual”, comenta Eduardo Peña.
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