Al cierre de marzo, la inflación anualizada del país llegó al 7.45 por ciento, la cifra más elevada en los últimos 21 años, y tres puntos por encima de la registrada en el mismo mes del año pasado.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del Inegi revela que, en marzo de 2022, la inflación presentó una variación de 0.99 por ciento respecto a febrero del mismo año.
El disparo de la inflación lo detonan los precios de los alimentos, con un 20.35 por ciento de incremento en precios de frutas y verduras; mientras que los productos agrícolas subieron un 16.12 por ciento y los precuarios un 16.12 por ciento. Así también, los energéticos contribuyeron al alza de precios, con un incremento en marzo del 5.23 por ciento.
Especialistas y diversos medios especializados atribuyen el alza inflacionaria a un fenómeno mundial. Este es detonado por la pandemia Covid-19 que paralizó la economía durante el año 2020 y la ruptura de cadenas de suministros. Además por el agravamiento de las relaciones comerciales del mundo motivadas por la guerra entre Rusia y Ucrania.
El índice de precios subyacente registró un incremento de 0.72 por ciento mensual y de 6.78 por ciento anual. En el mismo periodo, el índice de precios no subyacente aumentó 1.79 por ciento a tasa mensual y 9.45 por ciento a tasa anual.
La inflación subyacente se obtiene eliminando del cálculo del INPC los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, o bien que su proceso de determinación no responde a condiciones de mercado. Así, los grupos que se excluyen son agropecuarios, energéticos y tarifas autorizadas por distintos órdenes de gobierno.