A lo largo de las décadas el hombre ha tenido un rol importante dentro del núcleo familiar, el mes de junio se celebra el Día del padre reconociendo y honrando su presencia con orgullo y agradecimiento, considerando un gran aporte no solo a la crianza y desarrollo de los hijos, también a la sociedad y al mundo.
Actualmente la paternidad se vive con mayor plenitud y oportunidad de conexión con los hijos, creando vínculos fortalecidos que unen de forma especial a través de las experiencias vividas.
Generaciones anteriores han dejado un legado de valores morales, los cuales sumando ahora a la infinita información científicamente comprobada por investigaciones a lo largo de las décadas, libremente se cuenta con estos aportes para tocar el alma y la vida de cada hijo con respeto, amor, aprendiendo a crear seres humanos felices, plenos, seguros, libres e integrados a la familia y la sociedad con buenas relaciones interpersonales, en este caso específicamente con el padre.
No es el tiempo, las circunstancias o las personas quienes determinan una paternidad responsable, es el hombre mismo quien a través de sus propias decisiones, acciones y valores crea una presencia positiva en la vida y la crianza de los hijos, existen oportunidades que basta con abrir el corazón y la mente para volver a intentarlo, la gratitud, el perdón, el amor y el deseo de llevarlo a cabo como una experiencia de vida en oportunidades nuevas.
Algunos adultos cuentan con experiencias de pasado no resueltas, por lo tanto, elegir un proceso psicoterapéutico, representa en parte la identificación y modificación de patrones de conducta disfuncionales, liberación de emociones y aceptación de sí mismo.
La terapia psicológica mejora el bienestar emocional y la solución de conflictos, lo cual resulta imprescindible en la crianza, en este caso y de acuerdo al tema, como padre tener un enfoque en sí mismo para modificar o liberar patrones de conducta disfuncionales, vivir el proceso terapéutico, resulta ser una gran muestra de amor personal para la familia, los hijos y la sociedad, logrando con ello relaciones con mayor comprensión, empatía, respeto y comunicación entre padres e hijos.
Hoy es un buen momento para reflexionar que no existen buenos padres o buenos hijos, existe responsabilidad, preparación, valores y acciones diarias para alcanzar resultados de crianza positiva con hijos felices, respetado y, valorados por padres presentes en su crianza, siendo ejemplo a seguir a través de las diversas etapas de vida.
Hasta pronto.
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