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Falta de Insumos:
Cuando trabajar cuesta la vida

Primera oleada Covid (Parte 3)

Estefanía Ayala, joven médica juarense, aparece en pantalla, con un rostro cenizo y ojos débiles.

Tiene una sonda en la nariz, por donde circula el oxígeno que ayuda a que su vida no se escape.

Lanza un llamado a sus colegas: “Quédense en casa”.

Agrega más adelante: “Entiendan, no es falta de vocación, es falta de equipo”.

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Quédense en casa… esto no vale la pena

La médica Estefanía Ayala manda mensaje al personal de Salud de la frontera, para que se cuiden. Les relata como es la enfermedad.

Los trabajadores de la salud están contra la pared: si denuncian, los despiden; si trabajan sin protección, mueren.

Muchos se lanzan a la compra de insumos en el mercado “negro”, con golpe a su economía.

La carencia los obliga a comprar lo que les hace falta para hacer frente a la contingencia y exponerse lo menos posible; hay escasez de productos.

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El personal médico hace largas filas para comprar con sus propios recursos los insumos de protección.

Después realizaron colectas. Pidieron ayuda directa a los juarenses.

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Y es que, el director médico, a finales de abril, confirmó –no sin resistencias– 20 médicos y 17 enfermeras contagiados en Juárez, de los 51 reportados en el estado.

La cifra de fallecimientos estaba en penumbra.