Todo el fin de semana se armó una escandalera en el PAN a partir de que circularon las fotos de dos militantes y cuadros juarenses, sumados a los recorridos campañeros de Andrea Chávez.
Hablamos de Tony Sáenz y Óscar Berumen, muy conocidos en las filas azules, por lo que inmediatamente afloraron las acusaciones de traición.
No es cosa menor la jugada de Andrea, ya que incluso tiene una repercusión en el Ayuntamiento. Tony es suplente del único regidor por el PAN, Alejandro Jiménez, quien ahora no podrá ni enfermarse siquiera para no perder esa voz opositora a la 4T.
Si bien entró sin batallar a la suplencia de Jiménez porque fue operador cobijado por los Golden Boys, logró esa posición más bien impulsado por Rogelio Loya, quien, en aquellos momentos de definición, obtuvo la candidatura a la alcaldía. Hay pues ahí un vaso comunicante con Loya, ahora en la banca panista, por lo que tampoco se puede descartar otra sorpresa más de cambio de camiseta.
Como operador panista ganador en el 2021, primero había sido enviado a Chihuahua a colaborar en el Colegio de Bachilleres con Marco Licón (después defenestrado por el escándalo de los uniformes), pero la propuesta laboral no cuajó bien y terminó fuera.

En aquel momento fue rescatado por Carlos Ortiz, entonces rector de la UTCJ y hoy representante de la gobernadora Maru Campos, quien lo nombró jefe de Vinculación. Estuvo con Ortiz cerca de dos años, hasta que tronó un caso de supuestos malos manejos financieros por cerca de 400 mil pesos y volvió a quedar fuera de la nómina estatal.
Sin embargo, resultó que es amigo y compañero de Andrea desde la secundaria y la preparatoria. Ambos estuvieron en la Prepa Central. Así que ahora lo jaló la senadora para su equipo y de pasada también a su compa Óscar Berumen.
Berumen también trae su historia. Es muy amigo de Lety Corral, la hermana del exgobernador que aquí era llamada “la vice” porque tenía manga ancha para operar políticamente. Ella lo hizo jefe de Departamento en la Junta Municipal de Agua y Saneamiento, luego de que operó una traición a los Golden Boys en aquella elección en que Joob Quintín derrotó en el PAN a Rubén Trejo (el hoy virtual juez electo).
Hasta compadre se hizo Berumen de Lety Corral. Así que ahí hay otra conexión 4T, ya que el exgobernador fue cobijado por las siglas morenistas para convertirse en senador.
Cuando hubo cambio de administración, Berumen quedó fuera de la JMAS, después de que la hoy presidenta estatal del PAN le cobró una afrenta pasada. Al dejar la Junta, fue cobijado, como ocurrió con Tony Sáenz, por Carlos Ortiz en la Universidad Tecnológica.
O sea que los dos nuevos apoyadores de Andrea, fueron antes colaboradores del hoy flamante representante de la gobernadora en Juárez.
Primero circularon las fotos de los recorridos habituales de Andrea por las colonias y todo mundo los identificó entre la bola. Luego la senadora hizo menciones específicas sobre sus amigos y después ellos terminaron presumiendo su adhesión al proyecto de la legisladora.
“Gracias Tony y Óscar por sumarse a este esfuerzo de transformación. Nuestros recorridos se fortalecen con su generosa presencia”, compartió Andrea.
“Gracias de corazón, Andrea Chávez, por abrirme las puertas de tu equipo. Es un privilegio acompañarte y trabajar contigo”, posteó Tony.
“Es un orgullo formar parte de tu equipo querida Andrea Chávez, agradecido por la confianza y apertura, vamos a darle”, escribió Berumen.
Por eso, el chismerío no ha parado en redes.
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A propósito de grillas azules, viene otro muy buen agarrón por la presidencia del Comité Directivo Municipal.
Hoy, en la ciudad de Chihuahua, habrá reunión del Comité Directivo Estatal y de la Comisión Permanente. Ambas instancias atenderán la instrucción del Comité Ejecutivo Nacional del PAN y aprobarán la convocatoria para la renovación de los municipales.
Será para los 67 municipios, aunque con un calendario para sacarlos en bloques o en paquetes. Los más complicados, como Chihuahua y Juárez, se dejarán hasta el final, así que la definición acá se tomará en septiembre.
Lo que supo Mirone es que el grupo político en el poder no tiene todavía la decisión de si irán con el actual presidente “provisional”, o cambiarán de carta. Viene el análisis para ver qué tanto trae en el morral Gabriel García Cantú, si logró sumar más apoyos y si puede con el paquete. Palacio y la dirigencia estatal azul resolverán y se sabe que Gabriel, el exdiputado local, se declaró listo para entrarle.

Como andan las aguas en el PAN local, difícilmente se prevé que haya una candidatura única. Hay mucha inquietud en liderazgos y grupos que no juegan con Palacio y traen ganas de entrarle a una contienda democrática. No se espera que quienes traen el poder cedan la plaza a los inquietos, por lo que insistimos en que se ve poco probable la unidad.
Hay quienes consideran marginales a los liderazgos alternos, pero no hay que olvidar lo que ocurrió en Juárez en las elecciones nacionales internas. En noviembre del 2024, se le abolló en Juárez la aplanadora de Jorge Romero, el candidato “oficial” para la dirigencia nacional del PAN. Hubo 298 panistas juarenses que votaron por su contrincante, Adriana Dávila, contra los 283 de quien resultó ganador a nivel nacional.
En aquella ocasión se habló de un voto de rebeldía contra quienes traen el control partidista en Chihuahua.
Todavía no se sabe a quién lanzarán los Ramones Galindo o los Pepes Márquez. Tampoco queda claro si le va a atorar o no Jorge Espinoza, pero las definiciones y las grillas empezarán desde hoy, cuando se apruebe la convocatoria.
Por lo pronto, supo Mirone que un operador muy conocido al interior del PAN, aunque de bajo perfil afuera, Adrián Gurrola, anda levantando a mano para que lo tomen en cuenta si no están convencidos de Gabriel García Cantú. Gurrola es uno de los jefes de Saneamiento en la JMAS y dice traer con qué para moverle al PAN en el territorio.
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El sábado fue de puro presumir constancias de mayoría, por parte de quienes obtuvieron las más altas votaciones para las magistraturas en las elecciones del 1 de junio y por lo tanto tendrán espacios en el Tribunal Superior de Justicia y en el Tribunal de Disciplina Judicial.
Hasta juntos se tomaron la foto quienes van a presidir esas dos instancias por ser las candidaturas más votadas.
Nos referimos a Marcela Herrera Sandoval por el Tribunal Superior, con sus 121 mil 835 votos y a Francisco Javier Acosta Molina, con sus 96 mil 098 votos por el Tribunal de Disciplina Judicial.
Parecía fiesta blanquiazul, con tanto panista en las instalaciones del Instituto Estatal Electoral el domingo. A Acosta Molina lo acompañó su esposa, la diputada federal Rocío Sáenz.
También acudió por su constancia el secretario del Ayuntamiento (ni licencia o permiso pidió para irse a la campaña), Roberto Fuentes Rascón, quien con sus 67 mil 619 votos le alcanzó para el quinto lugar en la lista de los candidatos a magistrados civiles más votados, quedándose con uno de los 30 espacios en el Tribunal Superior.


Paco Acosta estrenó selfies con quienes ya hizo y seguirá haciendo equipo, aunque a algunos de ellos se supone que los tendrá que vigilar y sancionar: Angélica Mendoza (84 mil 822 votos) magistrada electa en materia Civil que entró como jugada del equipo de la Presidencia Municipal guinda de Juárez y esposa de Héctor Ortiz, secretario del Ayuntamiento; Diana Margarita Félix Sierra (93 mil 512), magistrada Civil, esposa del saliente magistrado y consejero panista, Luis Villegas; Nancy Escárcega Valenzuela (67 mil 244 votos), magistrada del Tribunal de Disciplina y esposa del dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Francisco Sánchez; Andrés Pérez Howlet (69 mil 638 votos) como magistrado Civil que viene de ser coordinador de asesores de la Secretaría General de Gobierno y antes hizo carrera en el PRI.
O sea que muchas figuras partidistas andaban en la fiesta, recibiendo las constancias o acompañando a las ganadoras y los ganadores. Y eso que esta elección no se trataba (supuestamente) de una competencia o de alianzas entre partidos, cuya intervención fue expresamente prohibida por la ley.
Pero fue lo que prevaleció: las conexiones políticas, primero para hacerse de las candidaturas y luego para ganar. Nomás hay que ver el caso de Rubén Aguilar Gil, integrante del clan Aguilar que obtuvo su respectiva posición bajo el poder negociador del PT. Ahí también estuvo para recibir su constancia, con el dato de sus 69 mil 835 votos para quedarse con la cuarta posición en la lista de candidaturas en materia Penal.
Una vez que fueron entregadas las constancias, empieza el tiempo a correr para la etapa de impugnaciones. De que van a presentarse, de eso no hay duda. Falta ver si serán muchas o pocas. A ver si todas las candidaturas agraviadas se avientan el tiro.
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Hay quienes ganaron en la elección del 1 de junio por partida doble. Las candidaturas más votadas no únicamente lograron su pase para tener uno de los 30 asientos del Tribunal Superior del Estado, también sacaron boleto para presidirlo.
Por cuestión de género, las presidencias (cuatro) que se cambiarán cada dos años se repartirán dos y dos: las dos mujeres más votadas y los dos hombres, alternándose el género y empezando por quien haya obtenido la más alta votación.
A final de cuentas, las cuatro personas más sonrientes con sus constancias ayer fueron Marcela Herrera Sandoval (121 mil 835 votos), Yamil Athie Gómez (110 mil 248), Claudia Cristina Campos Núñez (108 mil 043) y Gerardo Javier Acosta Barrera (107 mil 331).


En ese orden se irán turnando la presidencia del Poder Judicial del Estado.
Primero irá Marcela, la mujer que no trae carrera judicial, aunque sí una sólida formación académica y experiencia en el servicio público. Amiga de la gobernadora Maru Campos y de su familia, viene de ser directora de Planeación y Desarrollo Institucional de la UACH. Antes fue directora estatal de Profesiones.


Después le tocará el turno a Yamil, también sin carrera judicial, pero sí en el servicio público. Actualmente se desempeña en el litigio y en la academia en la UACH, pero el magistrado electo trabajó en el Jurídico de la Auditoría Superior del Estado y en el Instituto Chihuahuense de la Salud, además de que estuvo como jefe de Unidad de Atención al Derechohabiente, Transparencia y Comunicación Social en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste). Un tiempo, en el sexenio duartista, también fue asistente del coordinador de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, Gustavo Chávez.
Al relevo llegará Claudia Cristina, quien sí viene del Poder Judicial. Trae carrera de 18 años y actualmente es jueza Penal.
Ella le deberá entregar la presidencia a otra carta que viene del mismo Poder Judicial. Gerardo Javier es magistrado Penal en funciones. Ejerce en Hidalgo del Parral. Desde el 2013 fue impulsado para esa posición por el entonces gobernador, César Duarte. Inició su carrera judicial en 2007, en la Defensoría Pública.
Así que, para las presidencias del Tribunal en los próximos ocho años, habrá dos para los llamados externos y dos para quienes ya son parte del Poder Judicial.
La primera asumirá (si nada pasa en las impugnaciones) desde el 1 de septiembre.