En tiempos en que los gobernantes no han cumplido ni dos meses al frente de sus municipios, circuló el miércoles el resultado de una extraña encuesta de la empresa capitalina Arias Consultores, sobre los 100 alcaldes mejor evaluados del país.
Lo más asombroso de este ejercicio de opinión pública fue que, de todos los alcaldes del estado de Chihuahua, el mejor evaluado resultó ser el del municipio de Cuauhtémoc, Humberto Pérez Mendoza, el mismo que fue calificado de ignorante, machista y misógino por haber integrado un equipo de trabajo con 18 varones y solo dos mujeres.
Beto Pérez, como se le conoce, gobierna por tercera vez el municipio manzanero, pero en el inicio de este periodo fue duramente criticado en las redes sociales por no respetar la paridad de género, ni siquiera en una dependencia como el DIF, donde tradicionalmente se asigna a una mujer como directora.
El hecho en cuestión trascendió e incendió las redes sociales el 13 de septiembre, cuando se publicó la foto oficial de su gabinete, donde Beto Pérez Mendoza aparece rodeado de los 18 hombres que dirigen las principales dependencias del ayuntamiento de Cuauhtémoc, al más puro estilo de un “macho shower”.
A pesar de ello, Arias Consultores lo coloca en el tercer lugar de los 100 mejores alcaldes, con una calificación de 70.7, mientras que a Marco Bonilla, de Chihuahua, le dan un 62.5 y a Cruz Pérez Cuéllar, de Juárez, un 50.8, que los coloca en las posiciones 6 y 12, respectivamente.
La empresa encuestadora, que vende sus servicios en el sector público, en el privado y en el político, informó que la medición se aplicó en una muestra de 14 mil 472 mexicanos de todo el país, por la vía de redes sociales.
Dice también que se midieron los valores de credibilidad, desempeño y seguridad, indicadores que hacen todavía más difícil de creer la posición que le otorgaron al alcalde Pérez Mendoza, porque de entrada fue duramente criticado en las redes sociales por activistas, políticos, derechohumanistas y ciudadanos comunes, que lo menos que le dijeron fue ignorante.
Nadie con sentido común va a tragarse que Beto Pérez es el tercer mejor alcalde de todo México por tres razones: primero, porque su credibilidad cayó por los suelos tras su desplante misógino; segundo, porque el desempeño de su equipo se estancó después del escándalo, y tercero, porque si en alguna región del estado no existe seguridad, es en el municipio que gobierna.
Por lo mismo, resulta muy burdo el intento por reposicionar su imagen con una encuesta que debe haberle costado una buena lana, y todo para que le hicieran un traje a la medida y quedara arriba de los alcaldes que llegaron a criticarlo por machista y fanfarrón.
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En los círculos políticos de los que hoy gobiernan el estado y el municipio de Juárez, circula la versión de que por ningún motivo se autorizará el aumento de tres pesos en el servicio de transporte público de pasajeros, porque “atenta contra el bolsillo de los juarenses”.
¿Acaso el aumento del 5 por ciento del predial no fue también un atentado a la economía familiar? ¿O no dijeron también, previamente, que no se aumentarían las tasas catastrales y al final les importó un cacahuate y les dieron el madrazo a los juarenses?
Nadie se cree ya las promesas que hacen en público y en privado los gobernantes, en el sentido de que no habrá aumento en el transporte público, hasta que se mejore el servicio. Es más, ya se sabe que cuando dicen negro, resulta blanco, y esta no será la excepción.
Aquí lo importante no es el mentidero que se sigue haciendo, dilatando lo que sin duda ya tienen bien definido, sino la forma en que justificarán el incremento, que llegará tarde o temprano por las presiones que están haciendo los concesionarios.
La historia no miente. Siempre que los concesionarios de transporte de pasajeros han pedido aumentos, la autoridad les dice que se los darán cuando mejoren el servicio. Esto nunca se ha hecho, pero el aumento sí se les ha otorgado, invariablemente.
Las condiciones en que desde hace muchos años los concesionarios prestan el servicio, son realmente miserables, con camiones viejos, destartalados, en malas condiciones físicas y mecánicas, que son una vergüenza en la calle y un desastre para la estética urbana, así como un peligro para pasajeros, peatones y automovilistas.
De todo lo anterior nada es nuevo, pero hay que recordárselo a los nuevos gobernantes, porque como nunca han sido usuarios del pésimo servicio, no conocen las condiciones en que trabajan los camioneros, y cuando autoricen las nuevas tarifas, se dirán engañados.
La próxima semana habrá reunión del Consejo Consultivo de Transporte donde se discutirá el tema y, sin duda alguna, saldrá la aprobación para el aumento del servicio. Al fin y al cabo, con el aumento del predial nadie pegó de gritos.
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Ya que andan tan activos los dirigentes estatales del Partido Revolucionario Institucional, organizando las mesas temáticas para llevar propuestas a la Asamblea Nacional, en la Ciudad de México deberían preocuparse por incluir los temas mundanos, esos que afectan al ciudadano común, y olvidarse de los rollos políticos que en nada benefician a la población.
A nadie le importa un cacahuate que Alejandro Domínguez y Memo Márquez den a conocer los nombres de los grillos que participarán en sus mesas temáticas, porque son los mismos de siempre. Lo que deben decir es de qué manera este trabajo partidista se reflejará en beneficio de la ciudadanía, sea del signo político que sea.
Las ortodoxas formas de operación de institutos políticos como el PRI, lejos de mejorar su cercanía con los ciudadanos, los aleja más porque siguen simulando que en las dichosas mesas temáticas, recogerán las inquietudes y demandas de la gente común, para llevarla a una asamblea nacional, donde se convertirán en propuestas de soluciones.
Estos políticos, que se quedaron estacionados en el pasado, siguen reciclando el viejo discurso tricolor, de cuando el PRI fue generador de instituciones y programas sociales que le dieron vida a México.
Siguen hablando de que, con este tipo de ejercicios atávicos, el partido recuperará su fortaleza, como si sentarse en una mesa y anotar las ocurrencias de sus escasos militantes fueran a solucionar las necesidades del ciudadano de la calle, del que realmente sufre por las estulticias de los que gobiernan.
El nombre de mesas temáticas suena a demagogia y, por lo mismo, a falsedad, igual que las mesas de seguridad, la de construcción de la paz, la de seguridad y justicia y la mesa ciudadana, que existen en el estado y que por más reuniones que acumulan, no le encuentran la cuadratura al círculo en el problema de la inseguridad en la entidad.
Si ya el otrora invencible partidazo anda por la calle de la amargura, hablando con las piedras en cada municipio, con esos ejercicios temáticos de mentiritas, sus líderes en el estado nada abonan para que comience a levantarse o, cuando menos, para que tengan una poquita de credibilidad e influencia en los niveles de gobierno, donde los siguen ninguneando como partido.
El próximo 6 de noviembre, cuando tenga lugar la reunión de la mesa temática en Juárez, sus dirigentes tendrán la oportunidad de corregir el rumbo de su consulta para recibir auténticas peticiones del ciudadano y ciudadana de la calle. De lo contrario, seguirán jugando al Tío Lolo, con los usos y costumbres de ayer y con los mismos dinosaurios de siempre.