Las iglesias son lugares solemnes en los que la serenidad, el orden y lo sagrado se unen. Buscan promover paz. esa paz, que en ocasiones se irrumpe con los clics de las cámaras fotográficas y los asistentes que no se apegan al protocolo.
Las iglesias no son espacios para fotografía, sobre todo en misas que no celebran, sino que conmemoran con dolor, las ausencias, los duelos.
Hoy en la Parroquia San Felipe de Jesús hubo uno de esos momentos. Se conmemoraron los 14 años de que fue desaparecida Luz Angélica Mena Flores, de, entonces, 19 años de edad.

Luz Angélica desapareció en el centro de Ciudad Juárez, cuando iba de camino a la tienda de ropa Maxi a dejar una solicitud de empleo. Nunca llegó a la tienda y es incierto si convivió con alguien más en el primer cuadro de la ciudad, en algún local donde había amistades suyas.
La tarde de ese lunes en que desapareció, su hermana mayor, Claudia, fue a reportar el hecho ante las autoridades. Su madre, Luz del Carmen, no quería creer que Luz Angélica se encontraba desaparecida.
A 14 años de ese día, en la iglesia todo está dispuesto para la misa de Luz Angélica. Su pesquisa en una lona pequeña; la misma que usa su madre en el torso en caminatas y protestas. Esa imagen hoy adornó un atril a un lado del altar del recinto religioso. En otra mesa al lado, flores custodiaban el marco con su fotografía.
Ahora, en 2022, Luz del Carmen es quien encabeza la búsqueda de su hija, por encima incluso de la Fiscalía General del Estado. Es quien está al frente, más delante de los asientos de la iglesia San Felipe de Jesús, orando por su hija, por su bienestar y por el reencuentro de ambas, cualquiera de las dos cosas que suceda primero.
Luz del Carmen porta una camiseta blanca con la pesquisa de su hija. El sacerdote Francisco García (servidor en la parroquia San Juan Apóstol) dirigió la ceremonia. Antes de empezar con las lecturas de pasajes bíblicos le dio la palabra a la madre.
Ella, con la voz quebrada agradeció a Dios y le pidió que abrazara a Luz Angélica, pidió por su vida y la de todas las personas desaparecidas.
El padre García llamó a que las puertas de las iglesias católicas juarenses se abran para que las familias de personas desaparecidas acudan a orar, con sus pesquisas en mano y en los corazones, fe.

Casi por terminar la ceremonia, el sacerdote les instó decir fuerte el nombre de sus familiares desaparecidas. Quienes asistieron hicieron caso. Les nombraron, al principio con temor, para luego llenar los altos techos de la parroquia con sus gritos, con ecos de nostalgia.
La iglesia tenía un funeral a continuación. Luz del Carmen y las demás madres asistentes salieron a charlar y a abrazarse.
Una lucha permanente, una búsqueda que no termina
Al concluir la misa, Luz del Carmen concede unos minutos a Norte Digital. Son 14 años ya de la desaparición de su hija, recordó Luz del Carmen, cinco mil ciento diez días, y cada uno de ellos, pesa con la misma intensidad, “cada día yo lo vivo como si fuera el primer día” mencionó.
A Luz Del Carmen le hace falta Luz Angélica, su hija, le duele su ausencia. Ella eran sus ojos y sus manos.
Por eso hoy trata de demostrar que aún hay esperanza, hay fe. Esperanza de que vuelva o de que esté con bien, y con fe de que Dios le enseñe el camino de vuelta a Luz Angélica, a casa, a sus brazos cansados pero firmes en encontrarla.
Quien debería hacer algo por encontrarla es la Fiscalía, enfatiza, sin embargo, “la primera información es la última”. De acuerdo con la madre lo único que pudo proveer la Fiscalía fue la apertura de la carpeta de investigación, y nada más. El resto lo ha provisto ella.

Ella, una persona sin la misma preparación que peritos y agentes ministeriales especializados, es quien ha dado información relevante sobre el posible paradero de su hija, afirmó.
Es ella quien ha encontrado indicios de que posiblemente Luz Angélica sea víctima de una red de trata de personas. Es ella quien ha llenado la carpeta correspondiente a Luz Angélica. “Son miles de hojas”, dice, y todas son con informes de ella y de quien se ha rodeado y le ayudan con el caso.
“Uno pierde la confianza en ellos”, aseguró tras denunciar que con cada cambio de administración viene un nuevo cuestionario. Al personal que se le asigna el caso decide que esa carpeta con miles de hojas no le sirve, y prefiere entrevistar por enésima vez a Luz del Carmen y todas las personas que saben sobre su desaparición.
Estas entrevistas remueven recuerdos. Enturbian las aguas metafóricas en su mente por no querer ellos empaparse de una investigación que ya tiene todo lo que puede tener (y no precisamente por su trabajo, según Luz del Carmen).
Después del duelo comenzó la búsqueda
Los primeros dos años de Luz Angélica desaparecida no los conmemoró con una celebración religiosa; fueron de duelo, de no saber qué hacer, “a dónde dirigirme, con quién juntarme, cómo hacerle (…) viví mi duelo sola”. Luego se dio cuenta de que no lo estaba.
En Juárez hay más mujeres que, por desgracia, han pasado por la misma situación. Sus hijas, madres, tías, primas o amigas han desaparecido o sido desaparecidas, y nada se ha sabido más por años, pero aún tienen esperanzas.
Hay otras madres también que profesan la religión católica, como Luz del Carmen. Ella dice convencida que nunca ha perdido la fe.

“Yo sé que Dios tiene sus tiempos y sé que va a llegar el de mi hija y mío, de estar otra vez juntas”, cuenta.
Recordó que este es el primer año que celebra el cumpleaños de su hija, el 27 de febrero. No se había atrevido, pero esta vez lo hizo.
“¿A quién estoy festejando? No está ella”, confesó que pensaba.
Pero no más. Ahora le parece justo y necesario celebrar la vida de Luz Angélica, su maternidad el 10 de mayo, y hasta la Navidad.
“Tengo que festejar (…), en mi corazón siempre va a estar, y en mi mente”.
¿Qué cambió? Ver a otras mujeres, compañeras suyas de lucha, con la misma fe y esperanza festejar a sus familiares desaparecidas, y aunque no se siente del todo convencida, sabe que es el camino.

“Incluso estoy…”, hay un silencio de algunos segundos, un “estoy” trastabillado que denota que podría arrepentirse de lo que está a punto de decir, pero no lo hace. Lo dice, muy probablemente, porque está decidida que al contarlo, la ayude a sanar: “estoy empezando a escuchar música”.
No podía hacerlo, porque como ella y su hija tenían gustos similares, todo le hacía recordarla. Por esa razón vivió años en silencio, parte por la nostalgia, ora por el dolor de su alma, de que los acordes, melodías y palabras que riman y contienen sentimientos le removieran los suyos.
“A veces lloro. Hay muchas formas de… yo siempre estoy en un duelo”, revela, y gira un poco su cabeza como para que sus ojos no delaten su tristeza al resto del grupo. Las pausas que hace hacen pensar en cómo se construyen todas esas frases en su mente. Hay alivio en su confesión, pero también el pesar que le han provocado los años.
Luz del Carmen enfermó, decayó. La preocupación por su hija le llevó a un lugar, si no oscuro sí debilitante. Pero empezó a reconocer de nuevo su esperanza, a abrazarla y a celebrar la vida de su hija y la suya misma.
“Está uno con vida, así que hay que tratar de vivirla mientras Dios nos tenga aquí”, termina para luego irse a con su familia para regresar caminando a su casa.


Chihuahua sube en competitividad, pero reprueba en Estado de derecho: IMCO
El Índice de Competitividad 2025 ubica a la entidad en el 8º lugar nacional en una medición de 53 indicadores que abarcan todos los aspectos de la vida social
Por Alejandro Salmón Aguilera

Dialoga gobernadora con congresista en Washington sobre ganadería, comercio y seguridad fronteriza
Maru Campos se reúne con Tony Gonzales, representante del Distrito 23 de Texas
Por Redacción

Entrega TotalGas® apoyo a más de 100 familias afectas por las inundaciones
La empresa gasolinera en conjunto con la agencia GWM realizó un recorrido por las colonias del norponiente de la ciudad
Por Redacción

Sarampión no se detiene en Chihuahua: 170 casos en la última semana
La entidad continúa como el estado con más contagios, superando los 2 mil 900 casos en lo que del año
Por José Estrada