Después de 3 años de iniciada su administración, y a más de un año de haber hecho algo similar con el entonces electo presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobernador Javier Corral recorrió otra vez los edificios inconclusos de los que un día se anunciaron como dos nuevos hospitales de especialidades y cancerología para Juárez.
Al inicio del recorrido, tanto el jefe del ejecutivo como quien lo acompañó por parte del Gobierno federal, Zoé Robledo, director general del Seguro Social, no tuvieron nada que anunciar. Fue un día de campo con cielo nublado.
Ni fecha para reiniciar las obras, ni monto de inversión, ni nada que pueda garantizar a los juarenses que en ese lugar alguna vez habrán de construirse dos hospitales.
Apenas hace unos días el propio Corral informó que sí hubo tiempo en su agenda y la de funcionarios de AMLO para planear y proyectar un megaparque en El Chamizal con centro de convenciones y estadio de futbol incluidos.
Pero para concretar dos hospitales, nada. Solo recorridos y machacar que los dejó abandonados César Duarte.
¿Que no era más importante destinar ese recurso para terminar de construir por lo menos la unidad de cancerología que tanta falta le hace a las personas que padecen esa enfermedad y que no tienen dinero para atenderse en hospitales de El Paso, como algunos pudientes de la frontera?
El gobernador dijo que desde el fin de de semana estaban platicando de la importancia de poner en funcionamiento los dos hospitales inconclusos, y enseguida repitió lo que se ha venido señalando durante los tres años de su administración.
Que esos edificios en realidad son el cascarón, la fachada, y que por dentro están en obra negra, tal como lo dijo también el presidente López Obrador cuando vino a recorrerlos en agosto de 2018.
Muchas palabras, pocas acciones.
En la visita de esta semana el director del seguro social Zoé Robledo no le agregó mucho más a la verborrea.
Solo dijo que están “analizando” echar a andar los dos hospitales bajo un modelo compartido entre seguro social, Issste, Servicios de Salud estatales y el recién creado Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
Buscan hacer una “alianza estratégica” entre las distintas instituciones del sector salud federal con el sector salud de Chihuahua; pero solo ellos saben qué están esperando para echar a andar esa “alianza estratégica”.
Se trató una vez más de un rosario de buenas intenciones, pero nada más.
Quienes tienen la alta responsabilidad de trabajar para el pueblo, deben cumplir con esa obligación, sin titubeos ni simulaciones.
Es inaceptable que sigan dedicándose más a atender caprichos de una clase pudiente, que solo busca el beneficio económico, y no el bienestar de las familias que viven y trabajan en esta frontera.
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