Al borde de la ingobernabilidad
El conflicto del estado de Chihuahua con la Federación ha escalado a niveles preocupantes que ponen en riesgo la gobernabilidad de la entidad en la que el PAN tiene prestado el mando.
Desde que asumió el poder, el gobernador Javier Corral se autoproclamó como el persecutor de la corrupción del sexenio de César Duarte, para lo cual se han abierto 39 carpetas de investigación asociadas a la denominada Operación Justicia para Chihuahua.
La captura y proceso del exsecretario general adjunto del PRI nacional, Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, el hombre de las maletas retacadas de dinero que circularon en al menos nueve estados del país (incluido Chihuahua) para financiar las campañas políticas de los candidatos del PRI en los años recientes, puso en alerta máxima al grupo que ostenta el poder en México, por lo que “La Coneja” pudiera declarar ante las autoridades chihuahuenses.
Para el gobierno chihuahuense y las investigaciones que lleva a cabo, Alejandro Gutiérrez vale su peso en oro. Tanto o más que César Duarte.
Desde la perspectiva del gobierno del Nuevo Amanecer corralista, existe la intención de acabar de un solo golpe con el régimen de la corrupción peñanietista, en cuyo periodo 22 gobernadores priistas han sido sancionados y procesados por formar parte de una mafia política arropada por la corrupción.
Sin embargo, existe otro grupo de personajes que es poco visible, que opera voluntades desde la más alta esfera. A ese círculo es al que pertenece Alejandro Gutiérrez, de ahí que la federación hace hasta lo imposible por “rescatarlo” y llevarlo a la Ciudad de México.
Es evidente que el caso de “La Coneja” mantiene distraído al gobernador y su administración en los otros temas que afectan a la población. En aquellos en los que no hay tajada política.
Hoy en día en el ánimo de los chihuahuenses prevalece la percepción de que la administración estatal se la pasa ocupada sólo en asuntos de índole legal y de procesos jurídicos, así como en alimentar todos los días una guerra contra la federación.
A poco más de año y medio de haber asumido el cargo de jefe del Ejecutivo, el gobierno de Javier Corral camina en el limbo en temas sensibles como la inseguridad. Chihuahua ha vuelto a ser un estado violento, no hay coordinación entre las corporaciones policiacas. No se puede tapar el sol con un dedo.
La obra pública en prácticamente todos los municipios es nula. Basta ver las condiciones en que se encuentra Juárez. El estado ha tenido que lidiar con severos problemas en educación, en Bachilleres y con el magisterio; hay desabasto en medicinas en el sector salud, afectado por actos de corrupción; hay rezago notable en programas sociales, etc.
Todo lo anterior en un entorno politizado y con el proceso electoral a la vuelta de la esquina. Pareciera ser que la percepción ciudadana de desgobierno encabezada por un gobernador ausente de su administración, estaría por ajustar cuentas el próximo domingo 1o. de julio. Al gobierno de los amanecidos les ha llegado el anochecer. Y no olvidemos que para el colectivo PERCEPCIÓN es REALIDAD.