Elementos de la Policía Municipal a cargo de la seguridad de la Unidad Administrativa Benito Juárez, adoptaron a una perrita callejera que les robó el corazón y se comporta como si fuera un oficial canino de la Secretaría de Seguridad Pública.
Los agentes la bautizaron como Maxi, tiene ocho meses de edad y es una mestiza muy querida también por los empleados de la Presidencia Municipal.
Ella llegó sola hace dos meses y medio al sótano de la Presidencia donde se encuentra el puesto de mando de los elementos a cargo de la vigilancia del inmueble, donde también se estaciona el vehículo oficial del alcalde, comparte la oficial Santillán, encargada de vigilancia.
Maxi, quien escogió vivir en la Presidencia, no solo es una mascota, pues como dicen sus orgullosos compañeros de la corporación, ella es una oficial canino que los acompaña en sus rondines y siempre está alerta y dispuesta a trabajar como si fuera uno de ellos.
“Ya tiene dos meses y medio con nosotros y en muy poco tiempo se convirtió en la chiple de toda la Presidencia”, comenta la oficial.
Recuerda que llegó hecha unos “huesitos” pero paulatinamente se recuperó gracias a las croquetas que le llevan los servidores públicos, revuelta con las bolsitas con carne que los agentes le compran.
Los oficiales de la SSPM contrataron los servicios veterinarios para que le pusieran todas sus vacunas y también la desparasitaron, la operaron para que no se reproduzca y pagan para que la bañen a domicilio.
En la cochera tiene un espacio para descansar sobre una colchoneta que le regaló la regidora Patricia Mendoza Rodríguez, amante y defensora de los animales. En el exterior, por conducto de la Dirección de Ecología, donaron una casita de madera para perro.
Sus mismos benefactores, como dice Santillán, le tienen un “outfit” que cualquier perruno envidiaría.
Dicen los agentes que la cuidan, que ella tiene el olfato y el instinto de un oficial canino de la Secretaría de Seguridad Pública.
Cuentan con orgullo que cuando salen al rondín durante los tres turnos, Maxi se comporta como un binomio. Siempre va al frente sin jalonear la correa, con las orejitas levantadas y muy atenta a su entorno.
Narraron que esta semana abordaron a un hombre joven que parecía estar bajo un estado depresivo en la estación de camiones, y como en otras ocasiones, Maxi fue la primera en reducir el espacio de seguridad.
La Presidencia es su casa, cuando los agentes la pierden de vista, no es raro que de pronto aparezca ante los ojos de un funcionario tomando una siesta en su oficina.
Eso sí, aclara la agente Santillán, Maxi solamente depone sus desechos biológicos en una jardinera que los oficiales limpian diariamente.
A la cachorra color marrón, de tamaño y peso regular, la cual parece más amigable que hostil, le llamaron Maxi porque a un oficial le recordó al personaje El Grinch y su tierno perro Max, y cómo ella es hembra simplemente la llamaron Maxi.
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