Hace más de 20 años que leí por primera vez a Saki, seudónimo de Hector Hugh Munro (Myanmar, Birmania, 1870-Beaumont-Hamel, Francia, 1916). Este escritor británico era especialista en cuento y sus historias están llenas de humor, de elementos absurdos y el hecho mismo de contar historias aparece a menudo en sus obras, cual si se viera a sí mismo y a la literatura misma como una Sherezade que deposita su vida en ese acto de narrar.
En esta ocasión hablaré del cuento “La ventana abierta”, el cual narra la anécdota de un personaje, Framton Nuttel, quien sufre de los nervios, dice tener depresión y le recomiendan como medida terapéutica ir a un lugar tranquilo y tratar de relacionarse con los lugareños. Así que decide ir a la campiña a un lugar donde vivió su hermana cuatro años atrás. Ella le pasa una lista de contactos con quienes puede hablar y así llega a la casa de la señora Sappleton. Mientras la espera en la sala de la casa, platica con la sobrina de ella, quien le cuenta una historia relacionada con la ventana que está abierta.
Esta joven de quince años le dice a Nuttel que hace tres años la tía sufrió una tragedia: el marido y sus dos hermanos menores salieron por la ventana para ir a cazar, el esposo llevaba un abrigo blanco bajo el brazo, el menor cantaba una canción que molestaba a la tía y los acompañaba un spaniel, como había estado lloviendo días atrás, al pasar por una ciénaga se perdieron. Nunca volvieron a saber de ellos, pero la tía confiaba en que algún día volverían y por eso dejaba la ventana abierta, porque por ahí solían entrar cuando regresaban de la caza.
La tía Sappleton por fin baja y comienza a platicar con Nuttel, se disculpa por tener la ventana abierta en pleno otoño porque entraba un viento frío. El visitante se inquieta por lo que le ha contado la sobrina y todavía más porque ve entre el resplandor del sol del atardecer a tres figuras que se aproximan a la casa, acompañadas de un pequeño spaniel. Como ven, tenemos un giro en el cuento aquí, pero eso no es todo. Sin embargo, dejaré que ustedes descubran cómo termina este genial cuento de Saki.
*Los comentarios del autor son responsabilidad suya y no necesariamente reflejan la visión del medio.