Pese a que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a los países como México a atender la salud mental de la población que enfrenta los efectos colaterales de la pandemia del SARS CoV2, en Juárez el sector salud no lleva a cabo ningún programa integral que contrarreste tal impacto.
Los servicios de salud, locales, mantienen un registro de 7 mil 939 personas que están deprimidas, o con pensamientos suicidas o de baja autoestima.
En la plataforma de Salud Digital, donde se registran quienes sospechan estar contagiadas de COVID, debido a la sintomatología que presentan, hay un apartado que permite indagar sobre las condiciones emocionales en que se encuentra la persona, para así poder auxiliarla en caso de ser necesario.
Las preguntas cuestionan sobre si la persona ha pensado en hacerse daño o suicidarse, si se siente triste o con desinterés, si se siente angustiado, si duerme o come mal ya sea de más o de menos y si ha aumento el consumo de sustancias nocivas para su salud.
Sin embargo, el paciente que podría presentar trastornos emocionales no es canalizado a alguna dependencia o programa en específico.
Únicamente se les notifica que serán contactados por un médico o en caso de ser necesario la persona puede dirigirse y hablar al teléfono 911 para brindarle asesoría y acompañamiento psicológico.
Miedo colectivo
Para la médica Leticia Chavarría estas personas son “ampliamente vulnerables» por lo que el sector salud debería de contar con especialistas en la materia como: psicólogos, psiquiatras y tanatólogos.
Para poder asesorar y brindar mensajes de esperanza y aliento a las personas que se encuentran en un estado de duelo o de cuadros severos de depresión y tristeza. Pero también para los trabajadores de la salud que llevan meses luchando contra esta pandemia.
Declaró que para estos tiempos y por el número de fallecimientos que se tienen registrados de manera oficial en el Estado y que rebasan los 2 mil 400 es importante atender la situación en cuanto a cuadros de ansiedad, que por estar confinados dentro de casa, es aún más severa.
“La realidad es que en Juárez no existe una cultura sobre el cuidado emocional y mental de las personas y es algo que nuestras autoridades deberían estar atendiendo, con campañas y difusión intensa sobre programas especializados para este segmento de la población».
«Existe un miedo colectivo provocado por diversos factores entre ellos las noticias y también lo que se vive dentro de casa”, dijo.
El virus permea a casi todas las familias
Expresó que hoy en día al menos en cada familia se tiene conocimiento de casos de conocidos enfermos por coronavirus, algunos más hasta les ha tocado padecer el sufrimiento de perder a un ser querido, lo que conlleva una serie de afectaciones emocionales que si no se atienden con oportunidad desencadenará una sociedad resentida y agresiva.
Algo más que programas al vapor
“Ahorita todo el foco se pone en cómo van a reducir la saturación de los hospitales, ya vimos que la estrategia fue concentrarlos en casa, pero dónde está el personal adecuado y suficiente para atender la salud mental, la disponibilidad y la existencia de recursos para hacerlo de una manera integral y no con programas diseñados al vapor”, cuestionó.
La OPS aseguró en fechas recientes por medio de su subdirector Jarbas Barbosa que los efectos de la pandemia sobre la salud mental son cada vez más evidentes por lo que se deben ofrecer apoyos psicológicos a la población.
“Mientras más larga sea la crisis, mayor será el impacto que tendrá en el bienestar colectivo”, expresó el funcionario.
Salud mental es sinónimo de bienestar inividual y colectivo
Aunado a la implementación de estrategias de medidas sanitarias efectivas para disminuir las cadenas de contagios comunitarios la OPS destacó que el cuidado de la salud mental es clave para el bienestar individual y colectivo.
Y dicha atención no solo es aplicable a la población sino también al personal médico y los trabajadores de la salud quienes llevan varios meses manejando niveles elevados de estrés, angustia, frustración, desaliento, cansancio y horas de sueño acumuladas, sin dejar fuera el temor a contraer la enfermedad y contagiar a sus seres queridos.
Personas con enfermedades, las más estresadas
Además del personal sanitario, la OPS dijo que las personas con discapacidades y enfermedades preexistentes, los ancianos y las minorías étnicas enfrentan un mayor estrés por el Covid-19 y son más susceptibles a enfermedades mentales.
Aunque muchos de los países han admitido que la salud mental es una prioridad, no implementan los servicios a tiempo, de acuerdo con un estudio de la OPS y la Organización Mundial de la Salud.
Entre los problemas aparecen la falta de financiamiento de esos servicios y la escasez de personal.
“La pandemia del Covid-19 es una crisis que tendrá efectos a largo plazo. Y si hay algo que hemos aprendido es que la salud mental está intrínsecamente relacionada con la salud física”, expresó Barbosa para enfatizar la importancia de que se ofrezca la atención correspondiente.
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