Las sobrerregulación a los cigarros y la prohibición de alternativas para el consumo de tabaco, tales como los cigarrillos electrónicos, vapeadores o dispositivos de tabaco calentado, podría constituir en México la puerta al mercado negro para productos de tabaco, carentes de controles de calidad, que pondrían en alto riesgo la salud de los consumidores adultos y en mayor exposición a los menores de edad al mundo del tabaquismo.
Además de los efectos contra la salud de la población, la evasión de impuestos y el crecimiento descontrolado de artículos ilegales, expertos consideran que prohibir o limitar la venta de tabaco y las alternativas al cigarro traería daños colaterales, una importante pérdida de ingresos pequeños comerciantes y negocios, además de coartar el derecho a la libre elección de los ciudadanos.
En junio de 2018, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) emitió una alerta sanitaria donde señaló que en México existían más de 250 marcas ilegales de cigarrillos, provenientes de China, India, Vietnam, Emiratos Árabes y Paraguay, principalmente. El Consejo Nacional de la Industria Tabacalera alertó que estos productos se pueden encontrar en tianguis hasta en 10 pesos la cajetilla.
Nueve de cada 100 cajetillas en México son piratas
Por su parte, un estudio encabezado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) reveló en 2019 que el consumo de tabaco ilegal en nuestro país representa el 8.8 por ciento del consumo total de cigarros de tabaco en México y 9 de cada 100 cajetillas que se consumen en México son ilícitas. Además, agregó que la Cdmx tiene un nivel de comercio ilícito bajo, aunque cuenta con la mayor cantidad de fumadores del país (1.8 millones); mientras tanto, León y Durango, ciudades con menos fumadores, tienen mayor presencia de cigarros pirata.
“Desde China hasta el Reino Unido, y desde Canadá hasta Brasil, este tráfico ilícito se extiende en todo el mundo; se cree que los cigarrillos son el producto legal más ilegalmente traficado del mundo. El tráfico ilegal del tabaco contribuye al daño masivo causado a la salud pública y las economías mundiales, y constituye una amenaza para la seguridad pública. Si vamos a tratar de manera efectiva la epidemia mundial del tabaco, entonces el tráfico ilegal mundial exige una reacción internacional sólida, diseñada para ayudar a mejorar la salud pública y aumentar la seguridad económica”, señala la organización estadounidense Tobacco-Free Kids en su articulo “Tráfico ilegal de tabaco. Ganancias ilegales y peligros públicos”.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica nacional y global y la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, cerca de 15 millones de mexicanos fuman. Sin embargo, especialistas estiman que apenas el 70 por ciento de fumadores mayores de edad no conocen estas alternativas, respaldadas por la evidencia científica, que podrían representar una vía para dejar gradualmente el tabaquismo y reducir probabilidades de padecer cáncer, EPOC y otras enfermedades pulmonares.
Países le ponen lupa al tema del tabaco
En el mundo, Nueva Zelanda se posicionó como uno de los primeros países con una legislación de alternativas para dejar de fumar. En noviembre de 2020 su Parlamento aprobó el Proyecto de Ley de Enmienda de Vapeo de Productos Regulados y Ambientes Libres de Humo. “El proyecto de ley logra un equilibrio entre ayudar a los fumadores a dejarlo al ofrecer vapeo regulado como alternativa y desalienta a los niños y jóvenes a que lo utilicen», dijo Jenny Sales, ministra adjunta de Salud en aquel país.
Actualmente, Japón y Reino Unido y Estados Unidos también buscan ayudar a los fumadores a dejar el tabaco con alternativas reguladas y desalentar el consumo entre niños y jóvenes. EU avanzó en esta materia con la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para comercializar un sistema de calentamiento de tabaco IQOS, de la compañía Philip Morris, como producto de riesgo modificado (MRTP); es decir, tiene menor riesgo que un cigarro tradicional por su baja exposición a sustancias químicas nocivas.
A diferencia de los vapeadores, este tipo de dispositivos electrónicos no están prohibidos en nuestro país.
“A través de este proceso, la FDA tiene como objetivo garantizar que la información dirigida a los consumidores sobre el riesgo reducido o la exposición reducida por el uso de un producto de tabaco esté respaldada por evidencia científica y sea comprensible», afirmó Mitch Zeller, director de la agencia.
Aunque otros estudios, como el Servicio de Salud Pública de Inglaterra (Public Health England), respaldan que estas opciones son hasta un 95 por ciento menos riesgosas, en México se han presentado más de 13 iniciativas de ley en la Cámara de Diputados para reformar la Ley General para el Control del Tabaco, mismas que se turnaron a las comisiones de Salud y Economía.
«Prohibición de tabaco no es la solución»
Ante ello, en México diversas asociaciones civiles y grupos independientes de consumidores rechazan el decreto emitido el año pasado por las autoridades mexicanas. Aseguran que dicha estrategia de prohibición no ha presentado avances en comparación con otros países de la región, que sí lograron cambios sustanciales en beneficio de la salud pública con políticas de apertura basadas en la ciencia e innovación.
“En defensa del libre desarrollo de la personalidad y el derecho a decidir sobre la salud propia, exigimos que se considere la postura de los consumidores y su derecho a elegir alternativas más seguras. Somos la voz de más de un millón de mexicanos adultos que usamos productos de vapeo, cigarros electrónicos y otras alternativas al cigarro. Estos productos nos permitieron dar el paso y mejorar nuestra calidad de vida y nuestra salud”, apunta la asociación civil Pro-Vapeo México.
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