A las secuelas traumáticas que ha tenido Carlos Alberto Holguín Peña luego de ser víctima de gente despiadada que atacó hace un año en una pizzería, se le suman unas cadenas de necesidades que tienen que ver con atención médica, alimentación, vestimenta, transporte y vivienda para él y su familia.
Los sueños de progreso material que tenía para su esposa también sordomuda y sus dos hijas, quedaron paralizados a raíz de los plomazos que le atravesaron las dos piernas.
Es poco lo que puede hacer ahora físicamente, porque el dolor le consume su vida.
Con tal de reunir recursos para los gastos de su familia, Carlos Alberto tenía dos empleos cuando fue el ‘Jueves Negro’ el 11 de agosto de 2022. Ahora solo tiene un empleo en maquiladora, donde gana el salario mínimo.
Desde niño siempre mostró un ímpetu inaudito para el trabajo.
Se ha ocupado en diversas actividades desde pequeño, sin que la ausencia del habla sea un impedimento para cumplir exitosamente. Su lenguaje son las señas y su sonrisa es la que le abre las puertas.
Ahora que sigue en recuperación de la agresión a personas inocentes, el hombre de 25 años recuerda que soñaba con darles un espacio propio dónde vivir a su esposa y dos hijas, en lugar de estar en un cuarto prestado como ahora.
De acuerdo a personas cercanas a él, le gustaría que se le abriera una oportunidad para tener un predio o una vivienda, a través de algún programa institucional u organización de la sociedad civil como grupos rotarios u otro.
Tiene dificultad para contar con lo más elemental, a pesar de que tiene empleo en una maquiladora.
Incluso el transporte se convierte para él en un reto cada día, porque el camión pasa a unas cuadras de su casa y batalla para llegar caminando hasta el punto donde lo recogen.
Debido a su discapacidad del habla, no ha podido explicarles el sufrimiento que vive para llegar caminando hasta el lugar y que si fuera posible que el chofer modificara un poco la ruta para no hacerlo caminar tanto.
Subir la escalera del camión se convierte en un martirio, porque una de sus dos piernas no le responde y cada movimiento le causa extremo dolor.
Algo de medicamento y pomadas le sirven de alivio, pero no lo curan.
Le falta al menos una intervención quirúrgica más para extraerle una bala y una valoración médica extra, porque el temor es que pueda perder su pierna.
La extremidad se le está deformando y parece que no hay nada que detenga el problema.
Su esposa ha intentado conseguir trabajo, pero al darse cuenta los entrevistadores que al igual que él no habla y no escucha, inmediatamente es discriminada, así que su situación es de extrema vulnerabilidad.
Una de sus hijas va a comenzar el quinto grado de primaria y no han podido surtir la lista de útiles escolares.
La otra pequeña tiene dos años.
Algunas de las necesidades de la familia son, aparte de espacio para vivir: unos lentes para la niña de 10 años, despensa, vestimenta, calzado, además de valoración médica para Carlos Alberto.
Para quien desee colaborar puede mandarle mensaje escrito al número 656 5767744. O bien su número de cuenta es: 4169160706819720.
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