José Tomás de Cuéllar (Ciudad de México, 1830-1894) fue un escritor liberal que en algún momento incomodó al presidente Benito Juárez y lo desterró a San Luis Potosí, pero no hablaremos de eso. Escribió varias novelas y artículos, fundó La Ilustración potosina y desarrolló el proyecto La linterna mágica. Fue un autor costumbrista y tenía una vena humorística, la que lo llevó a tener algunos problemas. Publicaba bajo varios seudónimos; el más famoso fue “Facundo”. En su bibliografía cuenta con Ensalada de pollos, Baile y cochino y, de la que hablaremos hoy, Los fuereños.
Esta novela se publicó en 1883, en el El Diario del Hogar. Hay que recordar que la mayor parte de la literatura en el siglo XIX se publicaba en periódicos y revistas. En Los fuereños se narra la historia de una familia de provincia que va de paseo a la Ciudad de México, el padre de familia, don Trinidad, junto a su esposa, doña Candelaria, su hijo Gumersindo y dos de las hijas, Clara y Lupe. El hijo mayor se había ido a la Ciudad de México antes, pero nunca aparece en la novela y otros hijos se quedan en el pueblo.
En esos días que pasan en la capital, estos fuereños se dan cuenta de que esta ciudad que concentra lo más moderno, lo más cosmopolita del país, también está llena de vicios y de cotidianidad que no imaginaban. La vida es vertiginosa, todo lo cobran, incluso entradas a lugares públicos, en contraste con lo que sucede en su pueblo. Todo mundo sabe cuáles son las calles donde se ejerce la prostitución y conocen sus casas, vestidos y lujos.
Algo que se ve en la obra es el abuso de parte de muchos capitalinos a la familia de fuereños. Estos llegan en ferrocarril a la gran ciudad, es decir, en el transporte más moderno de la época, y cuando bajan en la estación, pagan mucho dinero para que les lleven el equipaje al hotel, pero nunca llega tal equipaje. También tratan de abusar de la inocencia de las jóvenes y sacarle dinero a la familia en todo momento. Es una novela que habla de la relación que se da muchas veces entra la capital y la provincia.
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