En estos años, luego de que se venía menospreciando el papel del arte y de las humanidades en la formación escolar, en los planes de estudios de educación media y media superior y la amenaza de cerrar carreras, obstaculizar la apertura de nuevas licenciaturas relacionadas con estos temas, en favor de las tecnológicas y administrativas, por mencionar algunas, llegó una pandemia que nadie esperaba, salvo algún pesimista o aquellas personas muy enteradas del comportamiento de diferentes enfermedades que afectan grandes segmentos de la población.
Este encierro forzado llevó a la humanidad a refugiarse en esto que se había despreciado porque no generaba ganancias económicas, no servía para crear empresas transnacionales o monopolios lucrativos, pero que nos obligó a internarnos en nosotros mismos, en la profundidad del ser humano y eso solo puede sondearse en la pintura, la música, la literatura, la historia.
Por esta razón, me parece necesario escribir acerca de esto que me apasiona, de las letras, en particular, y compartir alguna sugerencia de lectura, ya sea un poema, un cuento o una novela que nos interpele en nuestra actualidad, aunque el texto sea antiguo, la idea es lanzar una propuesta que provoque la reflexión y el interés por este capital que tenemos como humanidad y que si bien no siempre genera ganancias pecuniarias, sí que ganamos en experiencia existencial.
La columna se intitula “Dulce es la sombra”, extraída de un verso del poeta peruano César Vallejo (1892-1938). Me gusta la imagen que proyecta, la sombra como algo placentero, porque necesitamos quitarle algo de lo siniestro que han tenido las sombras, sobre todo en nuestra Ciudad Juárez, en la sombra pensamos, en la sombra descansamos, en la sombra se encuentran los labios y los cuerpos. El fragmento forma parte de los últimos dos versos del poema “El tálamo eterno”, publicado en Los heraldos negros (1919): “dulce es la sombra, donde todos se unen / en una cita universal de amor”. Y justo eso me propongo, que esta columna contribuya a que tengamos un corazón y una mente más dispuesta para nuestra cita.
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