En las instalaciones de la escuela PAE Taekwondo, ubicadas en el bulevar Antonio J.Bermúdez, hay una pequeña que viste camiseta negra, misma que combina con la cinta que se amarra en la cintura, pantalones blancos y sonríe, aunque con muchos nervios.
Asegura que le da miedo hablar ante las cámaras, pero hace poco más de una semana, realizó una proeza más difícil y para la que se sentía considerablemente menos nerviosa.
De nombre Ana Lucía Nassri, mejor conocida como “Chacas”, por su papá, y Analú, para los amigos, es la más reciente campeona de la categoría Juvenil Ligera del U.S Open de taekwondo.

Fotos: Christian Torres
Enfrentandose a las mejores 8 taekwondoínas de su categoría, a nivel mundial, el pasado 15 de febrero, la ciudad de Reno, Nevada, vio a la juarense colgarse la medalla de oro tras tres reñidos encuentros, el más difícil, según contó Analú, la semifinal que la enfrentó contra la estadounidense Liala Williams, a la que le ganó con marcador de 2 sets a 0.
Para ella, una de sus principales satisfacciones es la sensación de victoria tras concluir la competencia. Además, disfruta mucho los nervios que se sienten al momento de estar en el tatami combatiendo.
El encararse a rivales con mayor estatura es uno de los principales retos que tiene que enfrentar, debido a que tiene que modificar radicalmente su estilo de pelea para poder conectar los puntos.
Sin embargo, resaltó que por el momento, ha logrado encontrar las herramientas necesarias para ganar la mayoría de sus peleas.
La competencia del U.S. Open, es una más de las que se unen en una larga lista de competencias nacionales, estatales y regionales, mismas de las que no se acuerda del todo, que la pequeña juarense ha ganado.
Contó que la mejor competencia a la que fue sucedió en la ciudad de Veracruz, pero recuerda con mayor cariño la playa, los cangrejos y el buen momento que pudo pasar con sus amigas.



De la pantalla al tatami
Su gusto por el deporte nació de una forma bastante peculiar, dijo que hace poco más de tres años, estaba viendo una serie junto con su hermana, en la que los personajes comenzaron a lanzar patadas impresionantes.
La curiosidad llevó a Analú y su hermana a entrar en las clases de taekwondo, mismas que en un principio, solo eran para tratar de imitar aquel personaje de televisión, pero con el tiempo, se convirtió en una de sus más grandes pasiones.
Si bien, diariamente dedica entre 1 y 2 horas de entrenamiento al taekwondo, mencionó que también forma parte del equipo de atletismo en su escuela, ya que es una disciplina que le gusta mucho.
Aseguró que tiene una sensación muy bonita cada vez que va a una competencia a representar el lugar donde nació. Mismo impulso que también es el objetivo de su vida, ya sea en el taekwondo o en el atletismo, llegar a cumplir el sueño olímpico.
“Se siente muy padre, me siento orgullosa de representar el lugar donde crecí y me emociona mucho”, concluyó.
