En lugar de oponerse al cierre de los carriles comerciales en el puente Libre, y a que en un futuro próximo la medida también incluya al puente Zaragoza, los actores del comercio exterior deberían enfocar sus estrategias en la creación de más y mejor infraestructura vial para desviar la carga hacia los cruces de Jerónimo–Santa Teresa y Guadalupe–Tornillo, estimó Héctor Núñez Polanco, director de Desarrollo Económico del Norte (Denac).
Luego de que la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (Anierm) advirtiera que la decisión del cierre aún es reversible, Núñez Polanco sostuvo que Ciudad Juárez atraviesa un proceso de transformación, en el que resulta inevitable que el flujo de carga se desplace hacia cruces más alejados del centro urbano.
La ciudad debe reordenar su vocación fronteriza y liberar el centro
“El puente Libre debe convertirse en el eje de la conectividad entre ambas ciudades para la interacción de personas y vehículos particulares”, consideró.
Agregó que ese papel debe incluir el intercambio cultural, turístico y de servicios, de modo que las zonas metropolitanas de ambas ciudades fronterizas entren en una dinámica de mayor integración con una visión de largo plazo.
La ciudad, explicó, requiere un reordenamiento urbano, sin perder de vista que para la industria maquiladora el costo del transporte representa un impacto mínimo, por lo que desviar la carga hacia otros puertos no genera afectaciones significativas.
De acuerdo con el empresario, en lugar de obstaculizar el cierre de carriles comerciales, se debe insistir en que los gobiernos de ambos lados de la frontera inviertan en la infraestructura necesaria para conectar de manera eficiente los cruces de Guadalupe–Tornillo y Jerónimo–Santa Teresa con las zonas industriales de la ciudad.
“El hecho de mantenerse en resistencia genera una presión que puede provocar que, al final, las autoridades no hagan nada. Y aun si el cierre se cancelara, esa infraestructura no le estorbaría a la ciudad”, advirtió.
Sostuvo que Ciudad Juárez está dando un viraje económico para consolidarse como algo más que una ciudad industrial, con un crecimiento sostenido en vivienda, salud, educación y servicios.
Con base en cifras compartidas por Núñez Polanco, la decisión de trasladar los cruces de exportación e importación a otros puertos distintos al Puente Libre y Zaragoza forma parte de la evolución del comercio exterior en la frontera.
Antes, recordó, el 70 por ciento del movimiento de mercancías pasaba por el Puente Libre; actualmente, esa proporción se ha reducido a solo el 14 por ciento.
En cuanto al argumento ambiental, aclaró que el aumento en el número de garitas en el puente Córdova–De las Américas no implica que crucen más vehículos.
“Será el mismo número de autos, pero con la diferencia de que no estarán tanto tiempo haciendo fila en un solo punto, lo que también resulta positivo para el medio ambiente”, concluyó.
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