Hermenegildo Lagarda, director del Tecnológico Nacional de México, campus Ciudad Juárez, mejor conocido como Tec de Juárez, guarda en su memoria cuando Norman E. Borlaug recibió en 1970 el Premio nobel de la paz, y dijo: “Si se desea paz hay que cultivar la justicia, pero al mismo tiempo hay que cultivar los campos para que produzcan más trigo”.
Con estas palabras, desde el Valle del Yaqui, llegó en 2006 a Juárez, sabiendo que para producir es necesario salir de la oficina. También cree que para darle sentido humano a los tecnológicos, donde trabaja desde 1984, es necesario poner ciencia y tecnología al servicio de la humanidad.
Territorio para la paz
Por esto, en 2020 la institución quedó proclamada territorio para la paz por la Unesco. La comunidad tecnológica juarense es parte de las acciones que impulsan la seguridad, la paz y la resiliencia dentro del contexto social y económico para un mejor desarrollo y cooperación entre organismos educativos y de Gobierno.
“Somos la primera institución de Educación Superior en México en ser declarada territorio de paz. El tecnológico de Ciudad Juárez es una de las primeras 30 instituciones de educación superior en México donde estamos formando promotores para la paz. Tenemos 14 jóvenes que se formaron como promotores”.
Encontrar las estrategias para buscar una cultura de paz y erradicar la violencia dentro de las prácticas educativas se resume en los siguientes puntos: el respeto, el trabajo, la promoción de los derechos humanos, sensibilización y el establecimiento de programas que generen oportunidades de desarrollo.
Hermenegildo Lagarda: «Ciencia, humanismo y paz»
Al llegar a Ciudad Juárez se acrecentó la seguridad que tenía de que las universidades tecnológicas debían trabajar de manera integral para impulsar la ciencia y buscar soluciones. Así, también trabajó con el consejo de vinculación, un referente nacional, que se encarga de consensuar el rumbo de la institución, de su oferta educativa y de los servicios que ofrezca no solo a la comunidad estudiantil sino al entorno; además de registrar el impacto de las acciones que se desarrollen. El consejo es importante, porque engloba al sector público, social y privado. Sabía, como muchos años antes lo aprendió de Borlaug, que para crecer y desarrollar debía haber paz.
“Veo una ciudad con una cultura de trabajo excepcional, excelente área de oportunidad. Tenemos que pasar de la manufactura a la mentefactura en diseño de tecnologías propias y darle fuerza a la proveeduría local”.
Lagarda comparte que la agenda de su institución está basada en aspectos como tejido social, prácticas de justicia restaurativa en familias y sociedad, cultura del cuidado, educación para la paz centrada en la persona y los grupos, inteligencia emocional, comunicación asertiva, comunicación humana, inteligencia social y transformación positiva de conflictos, y que su trabajo en las organizaciones de la sociedad civil también se encamina siempre hacia la sensibilización y construcción de programas más humanos.
* Maestro en educación, director del Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez
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