Hacen trampa con subsidios de Cruzada por la Educación
Entregan trabajos que cuestan una tercera parte del dinero asignado; funcionario municipal obliga a directores a endosar los cheques a contratistas foráneos designados por la propia autoridad
Martín Orquiz | 10 abril, 2024
Obras con evidente sobreprecio, incompletas, mal hechas, duplicadas o con retraso de meses, son anomalías reportadas por directivos escolares que recibieron subsidios a través del programa “Cruzada por la Educación”, implementado por el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar.
Directoras y directores denunciaron que son prácticamente obligados a endosar de inmediato los cheques con la aportación del Gobierno municipal, a favor de contratistas designados por la misma autoridad, quienes dejan de lado las sugerencias de las comunidades escolares y aplican los recursos públicos según su criterio.
El esquema abre un amplio margen para hechos de corrupción, ya que el subsidio carece de reglas de operación y de mecanismos de supervisión, además de que las obras producto del apoyo quedan fuera de cualquier licitación.
En los últimos dos años, el subsidio llegó a 188 instituciones educativas, en las que se invirtieron 189 millones de pesos del presupuesto público municipal, indican datos oficiales.
Para este 2024 están presupuestados otros 100 millones de pesos, los cuales serán ejercidos bajo el mismo esquema completamente discrecional.


Norte Digital recopiló varios testimonios respecto a distintas anomalías detectadas por los directivos escolares y observadas en un informe que presentó la Sindicatura Municipal en diciembre de 2023.
Nelsy Franco Morales, directora de la Escuela Primaria Estatal 2467 Benito Juárez, recuerda la decepción que sufrió la comunidad del plantel después de generarse la expectativa de que el inmueble sería rehabilitado con el recurso municipal, pero los constructores solo levantaron parte de su barda perimetral.
“Al final de cuentas, con casi 900 mil pesos, en esta escuela levantaron dos bloques más de la barda, y estamos hablando nada más de la calle Oro (donde tiene una longitud de aproximadamente 60 metros), la principal, la avenida grande, no todo alrededor”, explica.
Arreglaron una parte del drenaje y pintaron todo el plantel, que tenía menos de un año que había sido restaurado. La escuela presentaba otras urgencias que fueron dejadas de lado por el contratista. Realmente no requería ser pintada de nuevo.
Franco Morales calcula, con base en su experiencia en busca de presupuestos para arreglar el inmueble, que lo los trabajos realizados por la “Cruzada por la Educación”, tienen un costo que apenas llega a los 300 mil pesos. Sin embargo, el recurso que fue a dar a manos de los contratistas, prácticamente triplicó esa cantidad.
La 2467 no es la única institución educativa que enfrenta esa situación
En julio de 2023, cuando la comunidad de la Escuela Secundaria Estatal 8347 se fue de vacaciones, esperaba con ansias regresar a sus instalaciones porque serían objeto de un proyecto de rehabilitación con 1.5 millones de pesos.
Al reiniciar clases el 28 de agosto, el personal académico se sorprendió del trabajo realizado, pero no por la calidad de la obra, sino por lo raquítico de las reparaciones.
“Me comienzan a decir los profesores que cómo va a ser posible que un millón y medio de pesos se haya gastado en el techo de tres salones; empiezo a pedir cuentas a la constructora, el presupuesto, cuánto se gastó, los materiales que metieron, pero batallé mucho para conseguirlo”, relata a Norte Digital Alma Delia López Arana, directora del plantel ubicado en la colonia Partido Romero.
Detecta Sindicatura Municipal múltiples irregularidades
Las irregularidades en distintos planteles fueron encontradas en una revisión llevada a cabo por la Sindicatura Municipal en diferentes instituciones del nivel básico.
Personal de ese órgano fiscalizador detectó que los recursos nunca estuvieron a disposición de las escuelas, sino que fueron entregados íntegros y sin consulta a contratistas foráneos, principalmente de la ciudad de Chihuahua.
Los funcionarios municipales, señala el reporte de la Sindicatura, condicionaron a los directivos escolares a que endosaran los cheques a favor de quienes la misma autoridad designó para realizar los trabajos.
Ante esta imposición, hubo quienes se rebelaron, como María de Lourdes Carrasco Levario, directora de la Escuela Primaria Guadalupe J. Viuda de Bermúdez.
Carrasco rechazó en principio el apoyo, precisamente porque el presupuesto presentado por el contratista asignado por el Municipio ofrecía muy poca obra a cambio de los 120 mil pesos del cheque autorizado.
Recuerda que el constructor cobraría esa cantidad únicamente por lavar las tazas de los baños y hacer algunas reparaciones.
Ante su negativa para aceptar el trato, las autoridades finalmente le dieron el cheque a ella porque no podían regresarlo.
Entonces, la directora ejerció los recursos. Le alcanzaron no solo para lavar el mobiliario sanitario, sino para renovarlo por completo y hacer muchos más arreglos a la institución, ubicada en la colonia Obrera.
“Si me piden mi opinión, yo no repartiría así el presupuesto, yo sé que somos muchas escuelas, pero si una administración (municipal) arregla solo 10 escuelas en su periodo, que las deje bien arregladas, que no las maquillen, eso es lo que ha pasado siempre, nos dan parches”, expresa.
Otra de las inconsistencias registradas por la Sindicatura fue que en algunos casos, además de ser deficientes, los contratistas tardaron más de un año en completar las obras, tal como ocurrió en la Secundaria Federal 13, lo que fue corroborado por Norte Digital.
“Batallamos mucho para que vinieran a terminar los trabajos, muchas veces con la limpieza, con el orden, dejaban mucho material tirado, muchas cosas empezadas, nos dejaron realmente unos trabajos de muy mala calidad de servicio y de los materiales, economizaron mucho en los materiales para estirar”, se queja la directora, Brenda Baylón Chavira.
Cada vez que hizo los reclamos necesarios, los contratistas la insultaron y le reclamaron que el dinero no lo estaba poniendo ella, ni la escuela, ni los padres de familia.
La acusaron de que asumía una actitud “especialita”, pero la respuesta de la directora fue que no le importaba lo que pensaran y que el trabajo tenían que dejarlo bien hecho.
Para ella fue “muy desgastante” lo que tuvo que hacer para lograr que los contratistas cumplieran lo que era su obligación.
CADA ESCUELA, UNA HISTORIA DE SIMULACIÓN Y DECEPCIÓN

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