Sus sueños ahora los cuentan sus familias. Ellas vivían en Juárez pero se convirtieron en víctimas del feminicidio, la manifestación más atroz de la violencia de género que acumula registros y diagnósticos de casi tres décadas, sin que la barbarie haya sido frenada.
En el último caso de alto impacto, fue asesinada de ocho balazos la estudiante del Tecnológico de Ciudad Juárez, Leslye Estrada Robles.
Tenía 23 años y muchos planes. Estaba por concluir, con excelente promedio, la Ingeniería Industrial y entrenaba duro como futbolista porque le interesaba trascender. Su cuerpo, con su uniforme deportivo, quedó tendido en el exterior del centro comercial Las Misiones, donde dos hombres le dispararon frente a varias personas.
Leslye Estrada. Foto: Internet
Leslye fue la mujer víctima de homicidio número 19 de este 2022. De acuerdo con reportes de la Fiscalía General del Estado, este año ya acumula 27 casos.
“Cariño, no eres única en un millón, eres única en mil vidas”, dice la portada de su muro de Facebook. Y su asesinato se suma hoy al registro de más de 2 mil 400 víctimas que se contabilizan desde 1993, junto a feminicidios de larga data todavía sin resolver y otros casos más recientes en lo que prevalece la exigencia de justicia.
Aunque su voz se rompa por el llanto, por ellas siguen hablando sus seres queridos, que se resisten a aceptarlas como una estadística fría.
“Lo único que nosotros pedimos es justicia por mi niña. Ya se va a cumplir un año, son nueve meses del asesinato y no se nos hace justo. Aquí en Ciudad Juárez están matando a muchas mujeres y las autoridades no hacen nada”, reclama Blanca Grable Meraz, tía de Jacivi Holguín Grable, asesinada el 16 de mayo del 2021.Su reclamo es el mismo que en los noventa se escuchó a nivel mundial y que en la primera década del nuevo siglo, llevó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos a dictar sentencia contra el Estado mexicano, por violaciones a los derechos humanos y negligencia oficial en el emblemático caso del Campo Algodonero, donde fueron encontrados los cuerpos de ocho mujeres, en noviembre de 2001.
Desde entonces, cuando se condenó la falta de prevención y de la debida diligencia en las investigaciones, han cambiado marcos normativos y se han creado nuevas instituciones que deberían atender la violencia de género y frenar el feminicidio, pero el objetivo ha fallado.
No se ha atajado la violencia feminicida, el concepto más amplio que se define como “la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres”.
Así se plasmó desde el 2007 en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en parte como resultado de las luchas que desde aquí se libraron por organizaciones y madres de las víctimas.
De acuerdo con el reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el municipio de Juárez ocupó en 2021 el primer lugar nacional de feminicidios en todo el país. Comparte el sitio con el municipio de Culiacán, Sinaloa.Ese registro nacional marca 17 feminicidios, aunque la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razón de Género y la Familia (FEM), reconoce 19 casos.
Además, en el 2021 ocurrieron al menos 160 casos de homicidios dolosos contra mujeres. Ahí se concluyó que no hubo una razón de género para cometer el delito.
Aunque de inicio todo delito contra la vida que tenga como víctima a una mujer compete en su investigación inicial a la Fiscalía Especializada, en la mayoría de los casos se declina el expediente por no considerarse cumplida la razón de género.
En este 2022, la FEM ha hablado de circunstancias de feminicidio en al menos tres de los casos registrados, cuando los homicidios dolosos de mujeres están por llegar a los 30.
Sobre el caso de Leslye, la titular de la FEM, Diana Morales, afirma que ya se tienen suficientes avances para su resolución en el corto plazo, lo que permitirá la detención de los presuntos responsables.
“Estamos agotando las líneas que tenemos. Y tenemos prácticas que tenemos que agotar y eso es lo que estamos haciendo”, señala la fiscal.
Dice que hasta hoy se ha protegido el derecho de la intimidad de la familia de Leslye y además se les está garantizando su derecho humano a la verdad.
Enterraron los sueños de Jacivi
Uno de los casos considerado en el reporte oficial del 2021, es el de Jacivi, de 21 años. Su cuerpo fue encontrado enterrado en el patio de un kínder de la colonia Mirador, el 20 de mayo, cuatro días después de su desaparición.
Ese día fue detenido José Abraham R.L. a quien se le formularon cargos por el delito de feminicidio. De acuerdo con la familia de Jacivi, él la conocía de dos años atrás, habían tenido una relación de noviazgo y la pretendía nuevamente. Aquel domingo la invitó a comer y la llevó hasta su casa de la calle Sevilla, donde la estranguló y luego arrojó el cuerpo al jardín de niños colindante.
Jacivi. Foto: Internet
El agente del Ministerio Público expuso que José Abraham declaró haberle solicitado a Jacivi sostener relaciones sexuales y ella se negó. Hubo discusión y en un momento cayó de la bolsa de la joven una prueba de embarazo. Él se molestó, alegó traición, fue a la cocina, se colocó unos guantes de látex y regresó a donde ella estaba para estrangularla.
Primero dejó el cuerpo al aire libre. A los tres días, cuando el olor a muerte no se podía ocultar, consiguió cal y lo sepultó en el terreno del plantel sin actividad académica en ese tiempo.
También enterró el sueño de Jacivi, quien siempre compartía con su familia el deseo de tener un hijo. Todos sabían de su amor por los niños. Antes de entrar a trabajar a una tienda departamental, conocidos y amigos le llevaban a sus hijos para que los cuidara en casa, de la que salía poco, hasta que se decidió a enfrentar al mundo.
Ella era talla pequeña y le daba miedo el exterior. En la pesquisa quedó el registro de su media filiación: piel trigueña clara, cabello castaño oscuro con puntas rubias, 1.20 de estatura y 45 kilos de peso.
Blanca Grable considera que nueve meses es demasiado tiempo para que el imputado no sea enjuiciado y sentenciado. Dice que podrán descansar hasta el día en que les digan cuántos años le van a dar de cárcel.
“Seguiremos pidiendo justicia y hasta que las autoridades nos den una respuesta, vamos a parar de hacer marchas. Vamos a apoyar a las demás mujeres asesinadas y vamos a seguir alzando la voz, y no vamos a dejar que se olvide el caso de Jacivi Grable, porque le arrebataron su vida”, agrega. Y se detiene porque solloza y la voz se le atora en su pecho.
Más de dos años esperando justicia
También Reyna de la Torre alza la voz por su hija Isabel Cabanillas, otra de las víctimas de la violencia feminicida en Juárez. Lo hace cuando sale a las calles en su memoria, o cuando acude a la FEM, a preguntar por qué no hay avances a más de dos años del asesinato.
“Yo siempre he pensado que si un feminicidio o un asesinato no lo resuelves en mínimo ocho meses, ya no resolviste nada. Y aquí ya van dos años. Está feo que yo lo diga, pero posiblemente mija vaya a ser una estadística más y la verdad es que yo voy a seguir al pie del cañón, hasta que yo me muera”, advierte Reyna.
Su hija, de 26 años, fue asesinada la madrugada del 18 de enero del 2020. Había salido de un bar ubicado apenas a 350 metros de donde quedó su cuerpo, sobre la calle Inocente Ochoa de la Zona Centro, luego de que un vehículo derribó la bicicleta en la que viajaba y una persona bajó para dispararle en la cabeza.
Truncaron su vida y sus planes. Iba de regreso a casa y esperaba temprano poder conectarse digitalmente para concretar en entrevista una oferta de trabajo como restauradora de arte en Berlín, Alemania.
El arte era su pasión. Plasmaba sus diseños en ropa que ofrecía en venta, pero también luchaba contra la violencia desde el colectivo “Hijas de su maquilera madre”. Además de artista, era activista.
En este caso no hay detenido, como asegura la Fiscalía Especializada que sí lo hay en más del 90 por ciento de los feminicidios investigados, relativos a los 12 expedientes así clasificados de 2020 y los 19 registros de 2021.
Isabel Cabanillas. Foto: Internet