El Desarrollo industrial dejó atrás las necesidades de la ciudad

Por Mauricio Rodríguez

Uno de los acontecimientos que definió el rumbo de la ciudad en materia económica durante la segunda mitad del Siglo 20 y que a la fecha sigue siendo la principal fuente laboral y de ingresos, fue la llegada de la industria maquiladora.

El fenómeno maquilador nació como una respuesta del Gobierno federal al incrementarse la mano de obra estancada en las fronteras, esto, derivado de la conclusión del Programa Bracero con Estados Unidos a finales de los 50s y principios de los 60s, lo que obligó a miles de trabajadores principalmente agrícolas, a regresar a México.

A través del Programa de Industrialización Fronteriza a mediados de 1960 y posteriormente en la década de los 70s con el Programa de Desarrollo Fronterizo que pretendía impulsar la economía de la frontera norte y lograr también su integración a la economía nacional, Juárez se constituyó como uno de sus principales protagonistas.

Ciudad de retos y déficits

Al reflexionar sobre el rezago en materia de servicios e infraestructura urbana en la ciudad, a más de 50 años de la implementación del modelo de la industria maquiladora, Jorge Balderas Domínguez, doctor en Sociología por la Universidad de Leiden, Holanda, observa que si bien existe gran relevancia en el aspecto económico para el sector empresarial, no lo ha sido tanto para el desarrollo en beneficio de la ciudadanía.

“Ciudad Juárez es una ciudad que tiene muchísimos retos, tiene muchos déficits de diversos sentidos. Uno de ellos es la infraestructura, hay múltiples rezagos en términos de áreas verdes, recreativas, culturales, rezago en seguridad. Son muchas las dolencias que tiene”, señaló.

Balderas Domínguez dijo que en Juárez y en general en la frontera norte de México, se marca una clara diferencia al caso de los “Tigres Asiáticos”, como se les denomina a lugares como Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea, donde el modelo maquilador llegó una década antes que a esta frontera, pero a diferencia de lo ocurrido aquí, en esos sitios se logró un crecimiento emparejado entre el proceso productivo y el desarrollo de las urbes.

A diferencia de Juárez, Hong Kong y Singapur lograron un desarrollo urbano a la par de su crecimiento económico. Fotos: Tomadas de internet.

Para el profesor investigador, los países asiáticos, a diferencia de los americanos, procuraron generar algo más que ingresos solo para los sectores empresariales, sino para la sociedad en general, pero parte de ello se logró al contar con cuestiones geopolíticas diferentes como el hecho de no recibir la presión directa de Estados Unidos.

Cuatro décadas de devastación

A la par del crecimiento industrial, se dio también un incremento en la prestación de servicios por parte del sector empresarial local, aumentando la demanda de viviendas, transporte, espacios recreativos, entre otros, los cuales no se dieron de manera similar con los servicios básicos, entre ellos los de drenaje, pavimentación y alumbrado.

“Ciudad Juárez después de cuatro décadas está devastada, está desbordada, hay una serie de motivos, entre ellos las inmobiliarias ligadas a familias que se han repartido Juárez como un botín, familias de empresarios de renombre de aquí de la región que disfrutaron los beneficios del crecimiento de la instalación de la industria en la ciudad”, señaló Balderas.

Para el investigador, el compromiso de la industria con la comunidad ha quedado a deber en esta ciudad, poniendo como ejemplo lo que ocurre en ciudades como Monterrey, donde la inversión de la iniciativa privada puede verse además de la que se realiza por los distintos niveles de gobierno.

Las inmobiliarias ligadas a las familias que se han repartido a Juárez como un botín, construyen unidades habitacionales alejadas de la mancha urbana.