Una ciudad desierta

Las condiciones semidesérticas de la ciudad dificultaron para dotar de servicios básicos como el agua y drenaje, sin embargo, hoy en día Juárez es una de las ciudades que mejor cobertura tiene en todo el país en ese sentido, afirmó Mora Palacios.

Al problema de este crecimiento acelerado que alcanzó hasta el 4 por ciento en las décadas de los 70 y 80, se sumó el de exceso de viviendas, ya que para finales de los 90 y principios del 2000, se llegaron a construir entre 23 mil y 25 mil viviendas por año, indicó.

“En Juárez se calculaba que cada vivienda era habitada en promedio por 4 personas, es decir, espacios para 100 mil habitantes, lo que estábamos creando era un Cuauhtémoc al año, tres Camargos al año, pero había un problema, ¿y las escuelas, y los hospitales?”, cuestionó.

Al problema del crecimiento acelerado se sumó el de exceso de viviendas. Foto: José Zamora

Estábamos creando (…) un Cuauhtémoc al año, tres Camargos al año, pero había un problema, ¿y las escuelas, y los hospitales?”

Roberto Mora

Director del IMIP

Así se gestó el rezago

La explosión de los rezagos

Mora Palacios indicó que para este periodo explotó el crecimiento en la zona suroriente, pero el Gobierno estatal, específicamente, en el mandato de Patricio Martínez, sin hacer algún razonamiento, sin ningún estudio lógico, desarrolló en el año 2002 el área de Riberas del Bravo, una zona lejana en ese momento de la mancha urbana.

Este desarrollo inusitado de más de 20 mil viviendas se realizó sin tomar en cuenta las necesidades ni las posibilidades de crecimiento de la ciudad que carecía de recursos para dotar de servicios e infraestructura a ese sector, recordó.

Dos años antes, en el 2000, se registró un caso similar bajo la misma administración estatal, en la zona hoy conocida como El Mezquital, donde, al igual que en Riberas, se violaba el Plan Director de Desarrollo Urbano.

Años después, en el 2005, ya en la administración estatal de José Reyes Baeza, el alcalde Héctor Murguía Lardizábal autorizó el permiso para la construcción de 10 mil viviendas en el desarrollo Oriente Siglo XXI sin presentarlo al Cabildo para que fuera analizado, discutido y aprobado, promoviéndose aún más la dispersión en donde ni siquiera el Municipio había tenido el control de ella, según consta en archivos periodísticos.

“Esa es una de las situaciones que se han peleado a partir de ese momento aquí en el instituto, para que el Municipio haciendo gala de lo que dice el Artículo 115 constitucional, de la autonomía del Municipio, ya no permita este tipo de desarrollos, porque a alguien desde Chihuahua se le ocurrió”, dijo.

“Ya se dieron cuenta, con el paso del tiempo, que una ciudad dispersa es una ciudad muy cara para la administración municipal, es una ciudad muy difícil de darle todos los servicios, es muy difícil de proteger desde el punto de vista de seguridad pública”, agregó.

Fotos: José Zamora

Faltan equipamiento urbano y calidad de vida

Otro aspecto relacionado con la expansión urbana y también debería estar en la agenda de los gobiernos entrantes, es la dotación de equipamientos urbanos en la ciudad, que básicamente se constituye en términos universales como un derecho al que todos deberían a acceder, señaló Vladimir Hernández.

“Recursos que pueden ser desde un área verde, hasta aquellos que están relacionados con la adquisición de bienes y servicios que las familias requieren para su reproducción social”, añadió.

Para el profesor investigador, la misma dinámica de la expansión ha sido o fue tan rápida que prácticamente impidió en la misma velocidad dotar de servicios a gran parte de la ciudad, considerando también necesario generar un cambio en la idea de la división de los espacios.

En este sentido, Vladimir Hernández señala que existe una división de los espacios que está muy marcada por el beneficio económico y no necesariamente por el beneficio social, y cuando se reparten estos espacios, generalmente los espacios públicos, desde una perspectiva muy amplia, son como los espacios residuales, es decir, lo que queda después de repartir los espacios económicamente productivos.

“Este espacio residual que no es suficiente ni en cantidad ni en calidad para dotar de una buena calidad de vida a gran parte de la ciudad”, señaló.

Seguir Leyendo

PARTE I— ¿Qué le pasó a Juárez? ¿En dónde se perdió?

PARTE II— Ese paciente llamado Juárez

PARTE III— El desarrollo industrial dejó atrás las necesidades de la ciudad

PARTE IV— Casas abandonadas de cierta ciudad desierta

PARTE V— Un doble problema llamado agua

PARTE VI— El IMIP: La herramienta guardada en el cajón

PARTE VII— El enfermo (Juárez) tiene cura

ESPECIAL EN VIDEO: JUÁREZ ABANDONADA

En Norte Digital hemos denunciado la falta de desarrollo en Ciudad Juárez durante meses. Te invitamos a ver esta serie de historias que exponen el estado en que nuestra ciudad se encuentra: