Marco Martínez es un actor y director de teatro en Ciudad Juárez, Chihuahua. Inició su carrera artística en la adolescencia, cuando se encontraba cursando la preparatoria. De la mano de Nohemí Chávez, incursionó en puestas en escena infantiles y comerciales, que terminaron por llevarlo a considerar tomar este pasatiempo como parte de su vocación.
Entró al Centro Municipal de las Artes (CMA), y al titularse decidió abrir una compañía propia: Hybris Teatro. Entre los proyectos más ambiciosos de su compañía está “Lo que queda de nosotros”. La obra hizo que Martínez ganara el reconocimiento de mejor director en el Festival de Teatro en la Ciudad.
A raíz de la propagación del coronavirus, imparte clases de actuación en la modalidad virtual. Él, junto a los cientos de artistas juarenses, padece de las consecuencias de la pandemia. Martínez nos comparte su visión del arte en México, su importancia en Ciudad Juárez y la difícil transición del teatro a las pantallas virtuales en los tiempos de Covid-19.
¿Cómo ha sido afectado el sector artístico, específicamente el teatro, durante la propagación del covid-19?
Hubo un momento en que todo el país estaba caído el teatro; o sea, no había funciones. Entonces, el teatro se traslada a plataformas digitales como Zoom o cualquier otra plataforma digital que sea para reunirse. Se empieza a trasladar para allá y “nace”, porque ya se había hecho antes, lo que viene siendo el teatro virtual.
Martínez cree que el Municipio tardó para entrar a esta dinámica, porque los teatreros estaban esperanzados en que la cuarentena no iba a durar mucho. No obstante, la Subsecretaría de Cultura estuvo presente para proporcionar toda la ayuda posible; el Programa Extraordinario de Apoyos a la Cultura (PEAC) fue el primero en pronunciarse para ayudar al sector artístico. La secretaría también ha llamado a los actores a grabar contenidos en línea y comprado algunas obras.
“Parecen pocas [propuestas], pero sí son bastantes porque están tratando de hacer un equilibrio en todo”, comenta.
Si seguimos en estas condiciones y los recintos siguen cerrados, ¿qué espacio sería adecuado para presentar obras de teatro?
Yo pienso que cualquier espacio al aire libre es adecuado para hacer teatro. El teatro… toda la vida ha estado en la calle, en los espacios públicos abiertos, y yo no veo el por qué ahora no podamos volver a hacer teatro callejero.
El entrevistado asegura que el sector teatrero podría ver a esta pandemia como una manera de independizarse de los recintos y buscar nuevas teatralidades. De hecho, afirma que el teatro en la calle podría brindar todas las medidas sanitarias que se exigen en estos tiempos: sana distancia y un espacio abierto. Cuando pregunto sobre su compañía, Martínez deja de escucharse tenso y se abre un poco más.
Ahora, concentrandonos en tu compañía, en Hybris Teatro. ¿Qué pasó? ¿Se cancelaron proyectos?
No, nosotros ganando como siempre, ¡no te creas! (se ríe). Sí, se cayó todo, todo se cayó. Teníamos, ¿qué eran? como cuatro proyectos caminando. Entonces, pasa esto y decimos “no, los suspendemos un mes en lo que se pasa esto, se va acabar luego-luego y luego retomamos”.
Pasa el mes, y no, y [nosotros] aferrados con querer seguir trabajando decimos: “bueno, trabajamos desde casa”. Y, trabajamos un rato, y no. O sea, fue así de poco a poco… la pandemia nos fue tragando. Nos fue exigiendo que ya no hiciéramos (…). Ha sido un proceso de mucha adaptación y de mucha paciencia.
Comenta que una de las cosas más padres que le pasó a la compañía fue que a él le tocó trabajar en el Rally Escénico de Nora Lab, y a Jessica Hernández (cofundadora de Hybris), en el Teatro Virtual Fronterizo. Fue durante la cancelación de proyectos que Martínez tuvo que buscar otro empleo; por ello, ahora imparte clases de actuación para niños y adolescentes.
¿Es realmente factible este método de enseñanza?
Sí y no. Creo que la plataforma te permite enseñar hasta cierto punto. Te permite hacer hasta cierto lugar, y llega un momento en que necesitamos por fuerza estar juntos. La “ventaja” que tengo es que estoy dando clases a niñas y niños de entre 6 a 15 años, y es como buscar muchas formas didácticas. [Las desventajas] es estar a distancia, las conexiones, los distractores que hay en Internet. Otra desventaja sería el cómo se interactúa en la virtualidad. Es otra forma, no es lo mismo… A lo mejor en el [teatro] cotidiano, hablamos todos al mismo tiempo y podemos entendernos, pero en la virtualidad, no. Es hasta como por turnos, se vuelve una cosa como que más ordenada (eso está padre, es como ventaja/desventaja). Y [otra desventaja es] que pierdes esta sensación que en el teatro es muy necesaria, que es la intimidad. Lo personal de estar con el otro.
Antes de que Ciudad Juárez regresara a semáforo rojo, la subsecretaría había anunciado a las obras seleccionadas y al equipo de trabajo que se presentaría en la Muestra Estatal de Teatro en noviembre de este año. Sin embargo, con Juárez nuevamente en cuarentena, el proyecto se suspendió. Martínez, quien fue seleccionado con Hernández en la categoría de mesas de trabajo, confirma que, hasta ahora, no se ha cancelado la Muestra Estatal. Por otra parte, explicó cómo puede salir adelante una persona que se dedica a las artes.
Monetariamente, ¿de qué forma se ganan la vida los teatreros en estos tiempos de Covid-19?
Mendigando (ríe). Mira, en esta pandemia surgieron un montón de expresiones artísticas muy diversas. Un [artista] que estuvo subiendo mucho contenido fue Javier Villanova, y el bato hizo una cosa muy padre. Hizo un conversatorio donde él hablaba sobre qué pasaba si mi hijo quiere ser teatrero; ser actor, actriz. Algo que esté relacionado con el teatro. Una de las cosas que él mencionaba, que les daba consejo a los padres de estos chicos que quieren entrar a estas disciplinas, es que los enseñaran o los llevaran a talleres de publicidad, de contabilidad, de administración; porque al final de cuentas, todo eso hace un actor. Él tiene que saber vender su marca, tiene que saber llevar su contabilidad, tiene que saber administrar sus gastos cuando no hay.
Creo yo, que a la hora de esta pregunta que tú me haces de cómo sobrevivimos, pues, ahora sí que como todos. O sea, como todos los que en algún momento se quedan sin trabajo (…). Algo que te enseña la vida artística es que tienes que ahorrar, tienes que tener ahí un guardadito por si llegan los meses flacos. Hay meses flacos y hay meses bien gorditos, donde te va muy chido. Pero, hay meses en los que te va bien, bien mal, donde no traes ni para la ruta. ¿Cómo te diría que sobreviven muchos? Trabajan en otras cosas, dan clases (…), siento yo que donde hay el dinero constante son las clases. Muchos no consideran que esa sea una vida artística, pero pues de ahí es de donde viene el varo, ahí es de donde comemos muchas veces.
Actualmente ¿Ciudad Juárez es un lugar adecuado para dedicarse al teatro?
¡Uff! (carraspea, piensa un poco). Yo creo que ningún lugar en México es adecuado para dedicarnos al teatro. Creo que el teatro es, en muchos de los casos, una tontería quererte dedicar a algo que parece que está cada día muriendo más y más. Pero, es necesario. Es necesario que gente quiera dedicarse a esto, es necesario como es… necesario que se dediquen a la arquitectura aunque ya haya un chingo; también en artistas hay un chingo. Entonces, creo que ningún lugar en México es bueno para hacer teatro. Pero, el teatrista lo vuelve bueno, el teatrista lo vuelve algo que sí pasa, que es posible (…). Si hay tantas becas de teatro es porque hay muchos teatristas que han luchado durante muchisísimos años para que las becas fueran posibles, para que los festivales sean posibles (…).
Va mucho más allá de si te gusta o no te gusta una puesta en escena, va hacia algo que va en la pasión de un artista, de un teatrista. Siento que no podemos hablar de teatro hablándolo de forma individual. El teatro se hace con todos (…) No es más si México o Juárez es el lugar, sino que las personas que estén en este lugar son las que hacen posible que eso pase.
¿Tú crees que hay alguna razón por la que México necesita una mayor atención a las artes? Es decir, ¿qué le impide a México ser un lugar para mayor atención de las artes?
Es una pregunta muy… muy controvertida porque… (piensa un poco) Estados Unidos es uno de los países que más teatro genera en cuestión comercial, en cualquier tipo de teatro. Pero, igual sus actores viven en situaciones precarias. ¿Por qué? porque hay muchísima gente que se quiere dedicar a esto. Somos [México] el país que más dramaturgia genera y que más propuestas contemporáneas genera. Somos el país que más subsidio gubernamental tiene y que más tiene gestiones para poder conseguir esos subsidios. Entonces, realmente, el apoyo a las artes existe.
El problema es que los artistas teatristas siguen pensando que es responsabilidad del Gobierno mantener este tipo de actividades y nunca -en muchos de los casos, no en todos- se han preocupado por hacer de esto un negocio sustentable.
Mencionabas que tenemos muchos arquitectos. Tenemos muchos administradores, empresarios. Y, tenemos mucho, mucho arte, pero, ¿lo necesitamos? ¿Necesitamos el arte en Ciudad Juárez?
Una vez un profesor… el profesor Fortunato, un director de jazz muy bueno de aquí de Juárez, decía que no. Que no es necesario. No pasa nada si tú no escuchas música, no pasa nada si tú no ves una película; pero, sí pasa. Y yo por un tiempo creí que no era necesario, que nosotros [los artistas] somos aferrados, [los] que queremos ver que sí es necesario. Pero, ahora más que nunca en esta pandemia yo me doy cuenta que es fundamental. O sea, ¿qué es lo que estamos haciendo todo el tiempo en esta pandemia? Estamos viendo Netflix, estamos viendo Amazon Prime, estamos escuchando música, estamos viendo cosas. Entonces, creo que desde ahí, ahí hay una cuestión, creo que eso se contesta si es necesario o no.
Yo creo que si no estuvieran estas cosas, estaríamos ahora vueltos locos. O estaríamos leyendo todos, porque los que no estamos viendo, estamos leyendo y también la lectura forma parte de las bellas artes. Entonces, creo que el chiste se cuenta solo.
¿Es necesario el arte?
Sí es necesario, porque el arte nos refleja totalmente; refleja lo oscuro de nosotros, lo bello de la humanidad… aunque parece algo absurdo de decir. “¿Por qué necesito hacer esto? Mejor me voy a ver al espejo”. Sí, pero en el espejo muchas veces te niegas a verlo. Y en una puesta en escena, en una ópera, en un concierto lo vas a encontrar. Quieras o no, te vas a encontrar con eso.
Creo yo firmemente que el arte es necesario para reflexionar, para buscar un cambio en nosotros (…). Sí, creo que el arte puede cambiar al mundo. A lo mejor no al mundo entero, pero sí a esos pequeños mundos que hay en cada ciudad, en cada teatro, en cada calle donde se presenta algo.
Al ver como las personas reaccionan a una manifestación artística, como en cuanto ven al chico que toca la guitarra y hacen un círculo alrededor de él, nos dice que es necesario estar juntos; que es necesario ver al otro, que es necesario saber que hay otros que les interese lo que a mí me interesa. Porque ya esos lugares, aunque parece que estamos muy conectados y sabemos que hay gente que le pasa algo como a mí, muchas veces no lo podemos ver del todo en la virtualidad. Y, el convivio que se logra en las artes, en cualquier tipo de arte, es algo que no se genera en ninguna otra parte, si no es en la religión, en un culto o un pedo así.
Entonces… creo que el teatro nos permite reunirnos para ver lo distinto que somos, pero también lo iguales que podemos llegar a ser.
Brenda Natalie Montoya Murillo
Tiene 21 años y es estudiante del octavo semestre de la carrera de periodismo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Ha colaborado en los medios El Foráneo y Avenida Desierto.
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