Terminó la telenovela, y fue muy al estilo de Yolanda Vargas Dulché, donde el muchacho bonachón que no tiene la gran fortuna se quedó con la protagonista de la serie.
Así, más o menos, quedó la contienda para designar —que no elegir— al candidato a la presidencia municipal de Juárez del frente “Fuerza y Corazón por México”, que aglutina a partidos que antes fueron enemigos acérrimos: PAN, PRI y PRD.
Fue Rogelio Loya, el aspirante que viene de hacer carrera política y partidista, que no cuenta con grandes galones en el mundo empresarial ni se ha rozado con la aristocracia burocrática de la capital del país, quien se llevó a la “novia”.
Durante los días anteriores, circuló fuertemente la versión de que Loya, el “Pedro Infante” de la teleserie, recibía presiones desde diversos frentes para que declinara en favor del “ricachón”, digamos, el Andrés García de esta novela pripanista, Enrique Serrano Escobar.
Como lo apuntamos en este espacio, el excandidato a gobernador tenía las preferencias de los grupos económicamente fuertes de Juárez, y de lo que queda de la estructura electoral priista, esa que antes ganaba hasta sin candidato y ahora necesita a su antiguo archienemigo para figurar, al menos.
Serrano, el “otro” que cortejaba a la novia, que en algunos episodios parecía como que se quedaría con los amores de la chica linda de la serie, perdió una vez más y se gastó el capital político que le quedaba, si es que le quedaba.
La carrera de Serrano, dicen priistas del período clásico-tardío, se parece un tanto a la del gobernador Óscar Ornelas (q.e.p.d.), quien en un lapso de diez años recorrió casi todos los cargos que un político quisiera tener: de rector de la UACH, a la Presidencia Municipal de Chihuahua, luego, al Senado, de ahí al Gobierno del Estado y, después, al ostracismo político.
En algo se asemejan, ciertamente, pues Serrano Escobar fue diputado federal a la 60ª Legislatura, después de ganar el Distrito 1. Ese fue el único cargo que terminó, pues luego se fue de diputado local a la 63ª Legislatura, sin terminar su gestión, pues de ahí se brincó a candidato a alcalde de Juárez, y tampoco acabó ese trienio, pues luego se lanzó para gobernador, en el 2016, donde fue derrotado por el loquillo de Javier Corral, el exgobernador panista convertido recientemente al morenismo.
Ahora, ese político multifacético, que habla con facilidad de la prosperidad de sus negocios, se volvió a quedar vestido y alborotado. Ni hablar: los ricos también lloran.
Loya ganó el proceso a punta de “base”, de ser el panista a ras de banqueta, que además contaba con el halo de luz que le llegaba desde las alturas del Palacio de Gobierno, pues era prácticamente el encargado en Ciudad Juárez.
Ahí está ya el cuadro: Loya vs Pérez Cuéllar. No la tiene fácil el panista, pero el neomorenista tampoco. Pronto veremos si Rogelio realmente le entra a los catorrazos o le da frío con su excompañero de partido y nuevo rival de amores.
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A los automovilistas que usan los puentes internacionales de cuota que unen a Ciudad Juárez con los Estados Unidos, les tenemos una noticia: sus peajes se destinarán a pagar una deuda contratada, ¿ya adivinaron cuándo? ¡Correcto! Durante el gobierno de César D.J.
Los ingresos que se generen en las casetas de peaje de los puentes fronterizos Zaragoza-Ysleta, Lerdo-Stanton, Paso del Norte y Guadalupe-Tornillo, se destinarán a refinanciar y/o reestructurar los contratos de crédito en el año 2015, según el decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado.
Se trata de dos créditos: uno que a la fecha tiene un saldo de mil 184 mdp, y el otro, de 647.5 mdp, lo que da un total de mil 841.5 mdp, ambos con el Banco Nacional de Obras y Servicios (Banobras).
¡Qué cosas! El monto original eran 2 mil mdp, y a ocho años y medio de estar pagando a Banobras, apenas se le habían descontado 158.5 mdp. ¿Será porque ese compromiso de pago se contrató en UDI’s?
De acuerdo con el decreto antes referido, el Gobierno del Estado está facultado para contratar un crédito por hasta mil 900 millones de pesos para refinanciar o reestructurar ambos préstamos.
Para ese efecto, se dejarán como garantía los peajes en los puentes de cuota, por lo cual, dichos recursos serán aplicados ya no a ejecutar obras o acciones de Gobierno, sino a pagar deuda.
Así es esto de las deudas y cuentas por pagar por acá y por allá, sin que nos hayan explicado a detalle cuáles obras se ejecutaron con los más de 50 mil mdp que debe ahora mismo el estado a la banca comercial, al Banobras y a los dueños de los “Bonos carreteros”.
A todo esto, ¿hasta cuándo terminaremos de pagar ese nuevo endeudamiento que se contratará para pagar el anterior? Respuesta: 25 años, según dice el decreto.
O sea que son 25, mas los casi 9 años que han transcurrido desde que se contrataron y, hasta la fecha, el “chistecito” tardará 34 años en ser liquidado.
Síganle por ahí, al cabo que hay pueblo que aguante y cuotas que nadie reclama. Ojalá y el usuario de los puentes se acuerde de eso cuando pague por cruzar de Juárez a EU o a la inversa.
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La información que nos llega desde el Cereso femenil de Juárez está cada vez más truculenta, así como para demandar una intervención inmediata de cuanta autoridad tenga relación con la reclusión de personas, la defensa de los derechos humanos y el derecho de las mujeres a tener una vida libre de violencia.
Esto que nos contaron recientemente no tiene parangón, porque va más allá del cobro de “aranceles” para permitir que la mercancía que demandan las internas dé “el brinco”, como se dice en la jerga de ese penal.
Aquí se trata de algo que tiene relación con otros delitos tanto o mucho más grave, como es el tráfico de personas, el lenocinio, la extorsión y la explotación para fines sexuales.
Personas cercanas al ambiente del Cereso femenil nos describieron el ambiente que viven algunas de las internas —a las que se refieren como Personas Privadas de la Libertad, las PPL’s—, a quienes las orillan a ejercer la prostitución para allegarse de dinero.
Luego, de esa “morralla” deben repartir entre los mandos del Cereso y, finalmente, hacer la cuenta y quedarse con lo que les sobra para sus gastos.
Así, como se lee: las mandan a las celdas específicas de la sección de hombres, donde se dará el servicio “sobre pedido”, siempre con la autorización de personas encargadas de la custodia del centro penitenciario.
Todo esto, al igual que los “aranceles” para introducir productos que luego venderán las tienditas del interior del Cereso, como la renta de llamadas o del mismo aparato, pasa delante de las narices de quienes tienen a su cargo la custodia de las más de 293 PPL’s que ahí habitan.
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Alguien no está trabajando en las Direcciones Generales de Protección Civil y Desarrollo Urbano, y nos referimos específicamente a la construcción de estacionamientos ubicados en la avenida De Los Portales, en la zona del Campestre, la más fifí de la ciudad.
En lo que va del presente año, se han registrado dos incidentes que dejan al descubierto la negligencia y poca aplicación de quienes están al cuidado de las obras de riesgo, como son las obras de ingeniería urbana.
El primero de los percances ocurrió el pasado 8 de enero, cuando los fuertes vientos derribaron una barda en un estacionamiento en la avenida mentada.
El saldo fue de siete vehículos dañados y, por fortuna, y de milagro, no hubo personas lesionadas, aunque aquel día se observaron daños en los techos y vidrios delanteros de los vehículos.
Ayer, un inusual acontecimiento ocurrió en la Plaza Portales, donde un camión de basura de la empresa Selic fue tragado por el estacionamiento, hundiéndose más de la mitad del pesado vehículo.
La versión inicial apuntaba a que un colector a cargo de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento había colapsado.
Sin embargo, la dependencia emitió un comunicado a la “Pilato”, en la que se enjuagó las manos y le echó “el carro encima” al chofer, a quien responsabilizó por haber ingresado a ese aparcadero a pesar de que conducía un vehículo de carga con harto tonelaje encima.
No obstante, según se pudo apreciar en las imágenes, el techo colapsado estaba construido de láminas metálicas y una pequeña capa de concreto. Y nada más.
A esa plaza acuden diariamente decenas de comensales y usuarios de los distintos establecimientos, y más por la noche. Por ahí también han estado vehículos pesados repartidores de refrescos, cerveza y otros insumos para los negocios que ahí brindan sus servicios.
¿Y mientras qué hacen Protección Civil y Desarrollo Urbano municipales? Andan echándose un burrito con el Tío Lolo.