Nadie en su sano juicio puede entender por qué un contrato que debió de haber sido rescindido hace más de un año a PASA, ha sido obcecadamente protegido por la presidencia municipal.

El servicio de recolección de basura hizo crisis la semana pasada y ni aun así, el alcalde Armando Cabada se puso las pilas.

El contrato en donde el Municipio concesionó el servicio de aseo urbano a PASA les da el remedio y el trapito, pero no lo aplican.

Es decir, ahí encuentran las causas de cuándo se debe rescindir el contrato y asignar el servicio a un tercero con cargo a la empresa, pero no ocurrió. Por lo tanto, algo apesta en esta relación contractual.

La falta del servicio de recolección de basura ha perjudicado a miles de juarenses, creando focos de insalubridad y de mala imagen urbana.

Después de casi una semana de que Juárez se quedó sin el servicio debido a los problemas laborales de la empresa con sus trabajadores, finalmente la recolección se reinició a medias.

Desde el Municipio avisaron cuáles serían las colonias por donde pasarían los camiones recolectores, pero aquí en este asunto, no hay más que una sopa: cumplir a cabalidad el convenio que el propio Cabada firmó para que PASA pase tres veces por semana por la basura a los domicilios.

Ahora resulta que nomás falta que tengamos que agradecerle a Cabada por su pésimo y permisivo actuar a la empresa.

¿Por qué el alcalde no dice que de los 93 camiones que tendrían que andar trabajando, según el contrato, no llegan ni a 30, y todos unos días fallan y otro también?

Además, ¿por qué no habla de los dos últimos años del quinquenio en que PASA ha estado fallando y su administración municipal complaciente? ¿Por qué será?

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La herencia que recibirá el próximo 9 de septiembre el alcalde electo Cruz Pérez Cuéllar del entonces jefe de la comuna Armando Cabada Alvídrez será un sinfín de irregularidades, corruptelas y un gran engaño para los ciudadanos.

Destaca el programa estrella de Cabada Juárez Iluminado plan B, proyecto que germinó deformado y que sin duda será el legado maldito que reciba Pérez Cuéllar.

El programa está atestado de anomalías como la ausencia de controles que permitan conocer los datos importantes que reflejen trasparencia en el manejo de las luminarias. No hay información de cuántas se adquirieron, cuántas se instalaron y en dónde.

Sencillamente esa información no existe, ni la maneja el director de Alumbrado Público, ni el titular de Servicios Públicos Municipales, mucho menos el alcalde.

Es una total mentira que el Gobierno municipal haya instalado 85 mil lámparas y no han demostrado donde se encuentran. Ahora quieren engañar a la ciudadanía con anuncios publicitarios, presumiendo algo que no han hecho.

Entre las irregularidades que salieron a flote sobre el programa destaca la pérdida de alrededor de 2 mil luminarias que nadie sabe dónde quedaron, ni quién las hurtó.

Agréguele usted, amable lector, que la totalidad de las lámparas compradas por el Gobierno municipal son de origen chino y que no reúnen la calidad ni garantías que la normatividad exige.

La garantía de todas las luminarias que se instalan debe de ser de 10 años y las adquiridas por Servicios Públicos solo alcanzan 5 años.

No se descarta que existan sobreprecios en la adquisición de las lámparas. El promedio de cada unidad es alrededor de 3 mil pesos y se documentaron a un valor de 6 mil.

Es urgente que Daniel Pando aclare con datos precisos y documentos que acrediten cómo se adquirieron las luminarias y a quién se las compraron.

Que informe a los juarenses cuántas han instalado en realidad y en qué lugares, cuántas están extraviadas, perdidas o fueron robadas.

Además, que diga cuáles son las empresas encargadas ganadoras de las licitaciones y cuáles son las compañías que realmente trabajan en su instalación.

Los regidores y la síndica municipal, en ejercicio de sus obligaciones legales, antes de dejar el cargo, sería muy conveniente que les exigieran a las dependencias responsables clarifiquen el mal llamado Juárez Iluminado Plan B.

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Todo parecía indicar que en el pacto ultrasecreto que se dio en el pasado proceso electoral entre Javier Corral y el ala de Morena, encabezada por Juan Carlos Loera de la Rosa, incluía, por lo menos, que el presidente electo de Juárez Cruz Pérez Cuéllar fuera neutralizado contra su compadre el gobernador.

Ahora resulta que ese pronóstico no fue acertado por los gurús y el presidente municipal electo, aún sin estar en el poder, ataca abiertamente en sus redes sociales al próximo exgobernador.

Cruz parece tener una razón, ya que pertenece al establo del senador Ricardo Monreal y Juan Carlos Loera se cuece aparte desde Palacio Nacional.

“Más pronto cae un hablador que un cojo, dice el conocido refrán, pero el bocón gobernador Javier Corral es un sinvergüenza que se gastó el dinero de las y los chihuahuenses en lujos y despilfarros. Ahora, a pocos días de terminar su fracasada administración, cínicamente busca auxilio del presidente a quien por años criticó insulsamente.

«Pronto saldrá a la luz toda clase de fechorías de este ingrato personaje y que pasará a las páginas negras de la historia de Chihuahua”, escribió Pérez Cuéllar.

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Los proveedores del Gobierno del Estado andan con el alma en un hilo a escasos 23 días de que termine la administración estatal que encabeza Javier Corral Jurado.

El que ya puso el grito en el cielo fue el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Chihuahua, Francisco Santini, quien pidió a Corral pague a los empresarios antes de que se vaya.

Tarde, pero reaccionaron ante la certeza de la falta de recursos del estado y la incertidumbre de si las partidas que recibirá el Gobierno estatal del federal, incluyen fondos para pago a proveedores.

La reacción de Santini debió haberse dado desde fines del año pasado, y no a menos de un mes de que salga corriendo Javier Corral.

Los acreedores del estado, ¿qué estarán pensando de esta reacción tardía de su líder? Por lo pronto a prender una veladora a su santo de devoción para que les haga el milagro de que les paguen las facturas pendientes.