Los héroes de la salud cayeron en las garras de sus “líderes” sindicales. Resulta que Jesús Gerardo De León Arellanes, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) Sección VIII, y la delegada Karla Meza, convocaron al gremio médico de la institución a sumarse a la primera línea contra la pandemia de Covid-19. Varios de ellos se incorporaron en forma heroica y desinteresada, poniendo en alto riesgo su propia vida y bajo horarios laborales 24/7 casi inhumanos.

A cambio, una vez concluida la emergencia sanitaria, se les otorgarían contratos de sustitución 08 y temporales 03, y a todos aquellos que reunieran los requisitos legales y de antigüedad se les asignaría su base formal.

En la dedicación y entrega del personal de salud en la atención y cuidado de las personas contagiadas por Covid-19, casi todos padecieron en el camino de los síntomas del letal virus y se contagiaron.

Algunos la libraron, otros no tuvieron tanta suerte y fallecieron luchando por salvar la vida de los demás. En lo más intenso de la pandemia, los médicos y demás personal sanitario enfrentaron la difícil situación incluso sin contar con los necesarios equipos de protección, porque nunca los dotaron. Pese a eso, siempre estuvieron al pie del cañón.

En tanto, los mal llamados líderes sindicales Jesús Gerardo de León y Karla Meza, aprovecharon su condición políticopartidista y su relación con miembros destacados de Morena y la 4T, para hacer y deshacer en el Sindicato del Seguro Social. Otorgan contratos y bases laborales a sus incondicionales, aún y cuando no cumplen con los requisitos mínimos y la antigüedad requerida.

Mientras, a los más de 200 médicos, los verdaderos héroes de la salud, que estuvieron a la altura de la emergencia sanitaria y cumplieron con creces con la atención de los pacientes Covid, ahora se les “premia”enviándolos a áreas mal remuneradas, bajo contratos con percepciones económicas menores a las legales y con las amenazas de que si hacen algún reclamo público serán cesados sin contemplaciones.

Los afectados sostienen que urge que las autoridades y el Sindicato del centro del país atiendan esta injusticia, y que se destituya e investigue a De León Arrellanes y Meza por el mal manejo del Comité Estatal del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social de la Sección VIII, especialmente por la serie de irregularidades y fechorías que han cometido en perjuicio de los héroes de la salud.

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Hay duelo de encuentros con peces gordos entre Cruz Pérez Cuéllar y Juan Carlos Loera. En los últimos días el alcalde electo y el legislador han presumido en sus respectivas páginas de Facebook reuniones que han sostenido con funcionarios del gobierno federal y otros personajes de la política nacional.

Juan Carlos Loera publicó:

“Esta mañana me reuní con la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, para tratar asuntos relacionados con #Chihuahua; como es la necesidad de regularización para los estudiantes que, derivado de la pandemia no han tenido acceso a la educación a distancia”.

También anotó en su muro de feis: “Hoy me recibió el director general de la Comisión Federal de Electricidad Manuel Bartlett Díaz, para tratar los asuntos relacionados a la distribución de energía eléctrica en #CiudadJuárez, la regularización del suministro en las viviendas del suroriente, la mejora en la atención a los usuarios y la problemática en los pozos de agua del campo chihuahuense.

Tal como lo han solicitado industriales juarenses, iniciaremos con mesas de trabajo con representantes empresariales para seguir asegurando el crecimiento de las inversiones en nuestra querida frontera”.

Por su parte, Cruz Pérez Cuéllar anunció que se reunió con el director general de Distribución Nacional de la #CFE, Guillermo Nevárez, para conocer las acciones que se están tomando para abatir la problemática de distribución en Juárez, y que se encontraba muy contento por su recibimiento y por lo que se está trabajando en la ciudad.

Lo único que queda claro es que cada uno sigue trabajando para su peculio político. Y por lo que se ve, el excandidato a la gubernatura de Chihuahua, Juan Carlos Loera, conserva su rating y punch político con morenos de altos vuelos.

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Ya pasó casi un mes de las elecciones del 6 de junio y el descontento generalizado del panismo estatal aún prevalece por la forma en que la dirigente del Comité Directivo Estatal, Rocío Reza Gallegos, se adjudicó la diputación plurinominal.

Cientos de panistas todavía siguen molestos e inconformes porque, pese al regalazo que obtuvo la lideresa del partido, no apoyó a los candidatos como debió, y todo por estar cuidando las formas con su jefe político, el decadente gobernador Javier Corral Jurado.

La política cuauhtemense ya es conocida en el panismo por la forma en que utiliza sus cartas en el juego de la política, en donde igual le besa la mano a dios y al diablo. Se acomoda al mejor postor de acuerdo con sus personalísimos intereses.

En días pasados, Reza publicó en sus redes sociales que se encontraba en una formación de líderes de cierta escuela; ojalá no les enseñe el curso avanzado de cómo negociar posiciones en lo oscurito.

En ese sentido, los del blanquiazul apuran a la dirigencia nacional para que, en breve, emita la convocatoria para la renovación de la presidencia del partido, y así mandar a Rocío a su curul en la Cámara de Diputados cuando llegue el tiempo. También le pedirán que deje la directiva estatal en manos de nuevos liderazgos.

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Ante la debacle estatal y nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el dirigente estatal Alejandro Domínguez se unió a la misma desgracia que padece el líder nacional Alejandro Moreno Cárdenas. En un encuentro celebrado en la Ciudad de México se dieron cita los liderazgos del tricolor para analizar los retos que tiene el tricolor de cara a las elecciones del 2024.

Domínguez viajó el pasado jueves a la capital azteca para participar en la reunión nacional que fue convocada por el CEN, luego de las confrontaciones internas en donde un grupo pedía la renuncia de Alejandro Cárdenas “Alito”.

Domínguez opinó que la ruta que en el futuro deberán de seguir los priistas habrá de ser el diálogo abierto, incluyente y sin actos de violencia.

Los dirigentes estatales afines a “Alito” lo están respaldando para tratar de permanecer en sus cargos partidistas, pero hay voces a nivel nacional que exigen la renuncia del actual presidente del Comité Directivo Nacional del PRI. 

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Leticia Ortega Máynez pasará a la historia del municipio y ante la ciudadanía fronteriza como la síndica a modo que tuvo el alcalde Armando Cabada Alvídrez. En los archivos periodísticos no hay una sola observación que haya puesto en aprietos al presidente municipal o que siquiera lo haya incomodado un poquito.

Algunos analistas opinan que la síndica no supo dónde estuvo parada y los resultados han sido muy pobres, y todo porque no puso el dedo en la llaga en donde más le dolía a la administración. Así, consideran a Ortega una síndica  “tibia” en el ejercicio de sus funciones y obligaciones.

El caso más reciente se presentó en la sesión de Cabildo del jueves pasado, en donde se abordó el tema de autorización de diversos fraccionamientos habitacionales unifamiliares. Ahí Ortega no supo defender el punto. No le quedó otra que fijar un posicionamiento al siguiente día y pedir la información a las dependencias correspondientes.

Los informes se solicitan en tiempo y forma, antes de una sesión de Cabildo y no a toro pasado. Además, la ciudadanía tiene derecho a cuestionar, pero ella es la representante de los juarenses en la Sindicatura y debe cuestionar conforme a sus atribuciones y facultades, no utilizar a la ciudadanía como argumento ante su falta de oficio.

Se ve claramente que no ejerció su autoridad. Lo tibio se le nota hasta en el hablar. En general, su actuar fue confuso, a destiempo, ineficiente e ineficaz. Con razón en 3 años no le encontró “nada” a la administración de Cabada. Nunca supo dónde estuvo parada y ahora va a representar a los juarenses como diputada. Pero qué felicidad.