En los frentes de Morena se ha declarado un alto al fuego, al menos temporal, mientras transcurren las campañas y hasta que pase el proceso electoral, en junio de este año.
Se trata de una especie de “pacto de caballeros” entre algunos de los personajes del morenismo que están más enfrentados entre sí, para no estorbarse el uno al otro, ciertamente, pero más que nada, para no complicar el panorama a la campaña presidencial.
Hay “altura de miras”, nos dicen desde el interior del partido guinda, al referirse al pacto de no agresión, no escrito, que están haciendo efectivo algunos de sus candidatos que tuvieron recios enfrentamientos mediáticos en meses anteriores al inicio de las campañas.
El frente más sonado ha sido el que abrieron Juan Carlos Loera, entonces delegado de la Secretaría del Bienestar, y Cruz Pérez Cuéllar, presidente municipal de Juárez, morenistas ambos.
Los dos se cruzan constantemente en el camino: Loera, como candidato al Senado y Cruz, como aspirante a repetir como alcalde de Juárez.
Ambos tienen la idea de que su partido puede ponerle un “zapato” al PRIAN en su ciudad fronteriza, o lo que es lo mismo, dejarlos en cero, pues contemplan ganar los nueve distritos locales, los cuatro federales, la Presidencia Municipal, la Sindicatura y, obviamente, la elección al Senado y la presidencial. ¡Un auténtico carro completo!
Antes de que ambos fueran ungidos como candidatos, el uno al Senado y el otro a la alcaldía, traían un refuego de tal magnitud que hasta costaba trabajo creer que pertenecían al mismo partido y que formaban parte del mismo proyecto político.
El “tirito” llegó incluso a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, donde Cruz denunció a Loera por “denostaciones y calumnias” cometidas en su contra por el entonces delegado de Bienestar.
La verdad, el recurso de Cruz resultó ser un “tiritito nada más”, como diría El Perro Bermúdez, porque la citada comisión le pegó tremendo batazo que dejó al mentado recurso sin efecto alguno.
El hecho es que el tiro estaba cantado y así seguía hasta inicios del 2024, cuando se comenzaron a acomodar las calabazas en el carro morenista.
Así van a andar, como buenos “amiguis”, al menos durante la campaña. A ver con qué nos salen cuando ambos tengan su constancia en la mano.
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La también juarense Adriana Terrazas Porras anda tocando puertas, a ver quién se las quiere abrir, ahora que “su” partido, Morena, la dejó sin candidatura, sin fuero y sin nada.
La presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado –por segundo año consecutivo– no recibió postulación alguna, ni para reelegirse como diputada local, ni para una diputación federal y mucho menos para el Senado.
Su período como morenista, nos dicen, terminará en cuanto concluya su gestión como diputada a la 67ª Legislatura del Congreso del Estado, que será el 31 de agosto próximo.
Aunque ha dicho que cuenta con los mejores contactos a nivel nacional con la dirigencia de Morena, y llevar una estrecha relación con el presidente del partido guinda, Mario Delgado, lo cierto es que en Chihuahua ya no la quieren ver ni en graffiti.
¡Y cómo podría ser de otra manera, si se la pasó votando las iniciativas que llegaban desde el Palacio, a contrapelo de su partido!
O peor aún, si es vista ahora como el brazo ejecutor que podría dejar al líder parlamentario, Cuauhtémoc Estrada, fuera de la contienda electoral para reelegirse como diputado y repetir en la coordinación morenista.
Si bien se le vio muy cerca de Cruz Pérez Cuéllar cuando este hacía campaña a cielo abierto en municipios donde promovía candidaturas, lo cierto es que la tintura guinda que tenía su militancia se ha decolorado tanto que ahora luce más bien rojiza, como de este PRI despintado y deslucido que queda en Chihuahua.
La última votación, donde usó su voto de calidad para desempatar un tema en contra de la 4T, parece que fue la gota que derramó el vaso.
Fuentes a las que les encanta pasarle el dato a esta columna nos cuentan que ya se acercó a tocar la puerta de su expartido, el tricolor, y que ya le dieron el cordial “¡Bienvenida a casa!”, nada más que ya no hay candidaturas disponibles.
También tocó la puerta del PAN, partido con el que ha votado los asuntos espinosos de los últimos meses, y prácticamente le dijeron lo mismo: pase a esta su casa, nada más que las sillas están ocupadas.
¿Qué será de ella cuando entregue la curul? Mejor ni apostamos, porque, después de ver tanto chapulineo, no nos sorprendería nada.
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Los tiempos políticos que se viven en esta frontera presentan características inéditas generadas por virajes bruscos que meten en camisa de 11 varas a quienes vislumbraron, todavía a principios de este año, un escenario muy diferente al que existe en la actualidad.
Los funcionarios de la Sindicatura son algunos de los que pueden hablar de este fenómeno con conocimiento de causa luego de que su jefa, Esther Mejía Cruz, les había jurado y perjurado que ella sería la buena de Morena por la alcaldía y ya estaban listos para respaldarla.
La decisión de Morena para darle la candidatura al actual alcalde para que busque reelegirse no solo impactó a la hoy abanderada de Movimiento Ciudadano, también provocó una seria y preocupante disyuntiva entre el personal de la Sindicatura.
Los empleados de la Sindicatura quedaron en aprietos porque le juraron lealtad y apoyo a la titular si Morena le daba la candidatura, pero no previeron que fuera a contender cobijada por otras siglas.
Por eso, ahora hasta ni duermen de los nervios porque no están seguros de lo que deben hacer, confesaron a Mirone. Su inquietud se genera porque la mayoría de los trabajadores de la Sindicatura son morenistas y estaban listos para respaldar a su jefa, pero ahora que representará a Movimiento Ciudadano se plantean cómo es que deben actuar: ¿apoyándola cambiando de afiliación política o manteniéndose fieles a Morena, lo que implicaría que no respaldarán a la síndica?
Incluso algunos ya le habían ofrecido que le darían tiempo para ayudar en su promoción por las tardes, ya que las oficinas municipales que se ubican en el viejo edificio de la Nielsen cierran a las tres de la tarde, nieve, truene, llueva o haga sol, por lo que estarían disponibles para ella a partir de esa hora. Claro, ese era el plan hasta que su jefa se cambió de bando.
Desde entonces y hasta ahora, los trabajadores enfrentan una aguda incertidumbre sobre cómo actuarán una vez que comiencen las campañas locales; en ese momento deberán decidir si continúan firmes con el compromiso que hicieron con la síndica o de a tiro se le rajan para seguirle siendo fiel a Morena.
Bajo esa circunstancia, contaron los atribulados trabajadores municipales a Mirone, hasta las manos les sudan todo el día por el estrés que les provocó esta redefinición del escenario electoral, en el que tendrán que elegir si se van con melón o con sandía.
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Después de un hermoso espectáculo celeste como lo fue ayer el eclipse solar, que motivó a la suspensión de clases el lunes para protección del alumnado, este martes regresan casi 300 mil a las aulas en Ciudad Juárez.
Siendo precisos, según las cifras de la Secretaría de Educación y Deporte, son poquito más de 292 mil alumnos que van desde preescolar hasta nivel medio superior, además de 10 mil maestros y personal administrativo y operativo de los planteles, los que vuelven a las escuelas después del periodo vacacional de Semana Santa.
Si usted es un automovilista en la frontera, sabe lo que esto significa, el parque vehicular de cerca de 800 mil vehículos se reactiva en su totalidad y con ello vuelve el caos nuestro de cada día.
La Coordinación General de Seguridad Vial anunció que se encuentra lista para llevar a cabo el operativo especial de regreso a clases, en las escuelas que así lo pidieron y en los cruceros de mayor tráfico, para mantener el correcto flujo vehicular en las llamadas horas pico.
El problema es que en Ciudad Juárez las horas de mayor circulación se han extendido prácticamente a todo el día, debido a la mala urbanización y obras en progreso. Paradójicamente, en este año electoral, han venido a incrementar el problema de movilidad en nuestras calles.
Desde esta mañana, vaya a donde vaya, deberá salir con tiempo de su casa y sobre todo con mucha paciencia, porque los accidentes vehiculares en nuestras calles derivados de la imprudencia, el exceso de velocidad y la falta de cortesía, están a la orden del día.