Marquito Bonilla: el tiro por la culata o el cazador cazado
Cómo se extrañarán los buenos oficios políticos del ahora fiscal César Jáuregui, porque ya no habrá manera de frenar los afanes del acomedido Marco Bonilla Mendoza.
Mal, muy mal le resultó al edil capitalino ordenar al recién estrenado como secretario del Ayuntamiento de Chihuahua, Roberto Fuentes, la clausura del nuevo emprendimiento del exgobernador Javier Corral.
A Roberto Fuentes, hasta ahora encargado del despacho de la Secretaría del Ayuntamiento de Chihuahua, también le dio por quedar bien con su nuevo jefe y, olvidando la atención de las múltiples denuncias de giros negros en los que se dan trata de blancas, se expenden sustancias prohibidas y se sirven bebidas adulteradas, decidió enfocarse en su antiguo patrón y le clausuró su librería, por incumplir con reglamentación de Protección Civil.
Si la intención era darle difusión, publicidad, foco y poner en la picota nacional e internacional la modesta y hasta ahora discreta apertura de una librería privada, ¡felicidades! Pero no, no creemos que se tratara de eso.
Ahora hasta en boca de la primera dama Beatriz Gutiérrez Müller está el tema, que quedó en la proporción de pena ajena de ser atacado un recinto enfocado a la lectura, que tanta falta hace a nuestro país.
Y sí, radio pasillo, las benditas redes sociales y hasta el Juan que anda por toda casa apunta el terrible yerro a Marquitos, el cazador que siempre resulta cazado por usar las malas armas políticas. El evento tuvo que ser trasladado al emblemático parque Revolución, donde el general Francisco Villa construyó un monumento funerario que nunca ocupó su cuerpo.
Quizá ahí deban sepultar el futuro político de Bonilla cuyo epitafio podría ser “Aquí quedó el cazador cazado que solía disparar por la culata”.