Empleados de la Junta Municipal de Agua confirman que la mano que sigue meciendo la cuna en esa dependencia, es nada más ni nada menos que la exvicegobernadora Leticia Corral, a través de su incondicional Norma Alicia Sepúlveda.
Mirone lo publicó en días pasados, en el sentido de que de última hora Lety había ordenado al presidente de la Junta, Jorge Domínguez, acelerar varias licitaciones de compras de equipo, antes de entregar la dependencia al equipo de Maru Campos.
Lo hicieron fuera de tiempo, cuando esas funciones y autorizaciones correspondían a la nueva administración, pero se aventaron el tiro aprovechando la lentitud de los cambios, pues se trataba de exprimir hasta el último minuto de poder, los jugosos contratos comprometidos con sus amigos y socios.
Ese trabajo lo hicieron por la vía de Norma Sepúlveda, en su calidad de jefa de la Unidad de Adquisiciones de la JMAS, quien afirma y presume a sus allegados que continuará en la dependencia por su amistad con el nuevo titular, que aún no toma posesión, Sergio Nevárez.
Norma Sepúlveda es la misma que junto con su patrona Leticia Corral y la tesorera de la Junta, Martha Adriana Durán, pagó y firmó un desplegado contra Maru Campos el pasado 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer.
Dicho desplegado, con los nombres de 110 mujeres y los de ellas 3, como organizadoras, fue titulado ¡Maru, ten un poco de dignidad!, refiriéndose a los procesos judiciales que mantenía abiertos el gobierno de Javier Corral contra Campos.
Entre otras linduras, Norma Sepúlveda y sus amigas le decían a Maru: “la solicitud de nuevos amparos para evadir la audiencia de formulación de imputación, demuestra tu gran temor a enfrentar la justicia”.
En otro párrafo, donde asumen el papel de fiscal y juez a la vez, le dijeron: “hemos analizado las declaraciones y acciones que se hacen desde el Poder Ejecutivo, encontramos que ellas obedecen estrictamente a procesos abiertos y documentados por actos de corrupción de la nómina secreta y de tu actuar como Presidenta Municipal”.
Luego la rematan en tono más fuerte: “te exhortamos a dejar de lado tu papel de ‘víctima’ con el que pretendes medrar políticamente; que dejes de utilizar el discurso de una supuesta VIOLENCIA POLÍTICA EN RAZON DE GÉNERO en un intento burdo de lucrar personal y políticamente con el trabajo de décadas de mujeres que dieron su vida por nosotras y por el reconocimiento efectivo de nuestros derechos”.
Si después de tales acciones y, a sabiendas de que Norma Alicia sigue siendo la operadora de Leticia Corral en la descentralizada, Sergio Nevárez la sostiene, habrá que sospechar y sacar conclusiones sobre el tipo de compromisos que existen.
Habrá que pensar también que una persona como Sergio Nevárez, que cuenta con una trayectoria limpia en el sector empresarial y en la función pública, no puede exponerse a ser involucrado en las transas que existen en la descentralizada y le dará las gracias a la jefa de compras.
O bien, quizás la amistad que pregona a los 4 vientos doña Norma no existe, y se trata simplemente de un acto desesperado, porque ya tiene los síntomas del síndrome del desempleo.
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Desde el miércoles pasado el junior Víctor Valencia se incorporó a la nómina municipal como asesor personal del alcalde Cruz Pérez Cuéllar, quien no tuvo empacho en darlo a conocer ante los medios durante una conferencia banquetera.
El junior es hijo de Valencia de los Santos, un experimentado político que anduvo en las grandes ligas dentro del priismo local, estatal y nacional. Su experiencia era indiscutible, a diferencia del junior que, como asesor de Cruz, supuestamente tendrá la tarea de darle seguimiento a los compromisos del alcalde.
Aquí sería bueno que el alcalde precisara qué tipo de compromisos atenderá Víctor Valencia junior. Si forma parte de la estructura de Gobierno como asesor personal, recibirá su pago de la presidencia y, por lo tanto, será un empleado del Ayuntamiento con derechos y obligaciones.
Por lo mismo, el término de “asesor personal para el seguimiento de compromisos del alcalde” resulta muy ambiguo, no embona en ningún departamento, ni en la coordinación de asesores que maneja Daniela González y, en honor a la verdad, huele más a miembro distinguido de la real fuerza aérea. O sea, un vil aviador.
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La exdiputada federal juarense, Claudia Lastra, fue nombrada ayer presidenta del capítulo Juárez de la picuda organización de mujeres líderes de México 50+1, que en el estado de Chihuahua dirige la activista Clara Torres.
Claudia Lastra fue diputada federal por el Partido del Trabajo y cuenta con amplia experiencia en temas como los derechos de las mujeres, igualdad y equidad de género.
La agrupación, 50+1 es una organización conformada por 109 mujeres políticas, académicas y empresarias, quienes en septiembre de 2018 se unieron para trabajar a favor de los derechos de las mujeres.
50+1 está integrado por mujeres como la exprocuradora Marisela Morales, o la directora en retiro de la Facultad de Derecho de la UNAM, Leoba Castañeda.
El nombre de 50+1 lo adoptaron porque las mexicanas son el 50 por ciento de la población y “+1” simboliza a un personaje de la vida pública, una entidad o una dependencia con la que hay que trabajar para avanzar en los derechos de las mujeres.
Actualmente tiene presencia en varias entidades de la República como el Estado de México, Aguascalientes, Chihuahua y la Ciudad de México.