Fue muy notable que durante el corto recorrido que hizo antier la gobernadora Maru Campos, en uno de los modernos camiones del sistema de transporte BRT 2, muchos de los funcionarios y algunos representantes de los diferentes sectores de la ciudad que la acompañaron, no portaban cubrebocas.
Las imágenes en poder de Mirone no dejan lugar a duda. La mínima regla de seguridad contra el COVID-19, fue violada también por la propia gobernadora cuando abordó el autobús y atendió a la prensa sin la esencial mascarilla.
Señalamos la omisión, porque esta situación de pasar por alto los protocolos sanitarios básicos de protección contra el Coronavirus, se está haciendo costumbre en los eventos oficiales, donde la autoridad está obligada a poner el ejemplo, por el simple hecho de que la pandemia no se ha ido, ni se irá pronto.
El hecho de que ahora estemos en semáforo verde del control epidemiológico, no exime a nadie de usar el cubrebocas en sitios cerrados y más aún, cuando el espacio es tan reducido como el de un autobús, lugar ideal para la propagación del virus, científicamente comprobado, por la falta de ventilación adecuada, por el flujo de aire reciclado, pero no sanitizado y la proximidad de los usuarios.
Otro de los que se vio mal sin cubrebocas fue Ricardo Tuda, sobre todo por el cargo que desempeña como director de Transporte del Gobierno del Estado y que, por lo mismo, estaba obligado a predicar con el ejemplo en un evento del sector a su cargo.
Si en presencia de su jefa la gobernadora, Tuda no hizo obligatoria la norma, para que todos los que abordaron el autobús usaran cubrebocas, ya nos imaginamos lo que pasa en todas las rutas de transporte de la ciudad, donde no hay supervisión ni monitoreo de los choferes ni de los pasajeros.
Para los que piensan que el peligro de la pandemia pasó, hay que recordarles que el virus sigue evolucionando y continúa siendo una amenaza, sobre todo para los confiados y descuidados que han echado las campanas al vuelo y contagian con el mal ejemplo.
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Cada día cobra más fuerza la versión de que la telenovela de la renuncia “por decencia” de Lilia Merodio, fue plan con maña para abrir las puertas de Morena y tener la posibilidad de colarse en las listas que ya se preparan rumbo al 2024.
A una semana de haber presentado su renuncia a la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado, por supuestas irregularidades a las que no se quiso prestar, según sus declaraciones, Lilia ha intensificado su agenda en medios buscando y aceptando entrevistas, hasta en el canal de desagüe.
La estrepitosa salida de la Beba Merodio del gabinete estatal, se ha mantenido como tendencia en los medios por 7 días, no porque su ausencia desbarate el Plan Estatal de Desarrollo, o sea fundamental para el buen ciclo agrícola del campo chihuahuense, sino porque la política priista se ha empeñado en echarle tierra a la luna de miel de su amiga la gobernadora.
Esa estrategia del ruido y el pataleo que siempre le funcionó en la negociación de posiciones que ocupó gracias al PRI, desde que era funcionaria con Teto, ahora las puso en práctica para congraciarse con los mandamases de Morena en el estado, que ven complacidos que las rabietas de Lilia, han activado las alarmas en Palacio y en el Congreso.
Por lo pronto, las morenistas de origen priista y panista que ocupan curules en la legislatura local y que nunca han sido afines a la Merodio, ya activaron sus radares para cerrarle los accesos y bloquearle las escaleras, por las que todos tratarán de escalar en el 2024, comenzando por el actual delegado del Bienestar.
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Varios actores del círculo rojo del gobierno en la capital del estado sufrieron el ataque cibernético casi de manera simultánea en sus cuentas de Facebook, correo electrónico y WhatsApp, desde el miércoles pasado.
Como si fuera una advertencia de la facilidad con la que pueden acceder a las cuentas personales, de cualquier círculo social, los piratas cibernéticos atacaron y duplicaron cuentas del coordinador de diputados del PAN en el Congreso local, Mario Vázquez Robles; del rector de la UACH, Jesús Villalobos Jion; del jefe de comunicación social de la misma universidad, Luis Rubén Maldonado y del delegado del gobierno federal Juan Carlos Loera.
El más grave de todos fue el del dirigente panista Mario Vázquez, porque al hackearle el teléfono pedían dinero a su nombre y ahora el diputado tendrá que regresarlo a los que cayeron en la trampa. Puras mermas, como dijo el ranchero.
La racha de intervenciones ilícitas en las cuentas personales de políticos y académicos de la capital prendió los focos rojos de la policía cibernética, que ya rastrea la huella digital de los hackers que tiene su origen en la misma ciudad, como ocurrió hace dos años.
En agosto del 2020, delincuentes del ciberespacio hackearon una conferencia virtual de la Universidad Autónoma de Chihuahua, donde el antiguo rector Luis Alberto Fierro, explicaba el nuevo modelo educativo, para insertar videos de contenido sexual denunciando el acoso en la Máxima Casa de Estudios.
Aquel ataque cibernético jamás fue resuelto y se argumentó que las autoridades universitarias de ese entonces, le echaron tierra al asunto porque no pretendían destapar la Caja de Pandora.
En el caso reciente, el ataque simultáneo solamente en el círculo rojo de la ciudad de Chihuahua, sin duda alguna lleva implícito un serio mensaje.