¡Vaya calentura la que se está viviendo en el proceso para elegir al nuevo presidente de la Canaco! El actual presidente Rogelio “El Lento” Ramos, cumple su tercer periodo y parece no querer dejar el poder, porque ya está tirando guamazos, literalmente, contra quien esté en su contra.
La víctima de la furia del dirigente empresarial fue nada menos que Gilberto Cueva, a quien Ramos le aplicó el uno-dos para noquearlo, ¡clinc, clanc!, y dejarle un ojo hinchado que lo mandó directo al hospital. ¡Pero qué barbaridad, para qué tanta violencia!
A Mirone le hicieron llegar imágenes y testimonios del acto (in)digno de pelea de campeonato de barrio o mejor dicho de pelea de arrabal, en la que el todavía presidente de Canaco estalló en furia.
Todo ocurrió la tarde del miércoles, luego de que un grupo de agremiados encabezados por Cueva, se presentaron en las instalaciones de la Cámara para ingresar la petición de que se integre la Comisión de Honor y Justicia, instancia encargada de vigilar el proceso de elección interna.
Los inconformes dicen que han visto metida la mano de Rogelio Ramos en el proceso de selección de candidatos.
La petición no le cayó en gracia al dirigente, quien luego de echarles padres y madres, se le lanzó a los trancazos a Cueva, dejándolo como Santo Cristo, con el ojo de cotorra.
No es la primera vez que Ramos se ve metido en el escándalo dentro del gremio empresarial que conforma la Canaco. Le cuentan a Mirone que otros que han padecido en carne propia la furia del bigotón empresario son el llantero Héctor Lozoya y Raymundo Domínguez, quien fuera vicepresidente de Seguridad de dicha agrupación.
Le dicen a Mirone que El Lento Ramos, –quien recibe el mote por su parecido con el primo de Speedy González–, ha tenido otros altercados verbales muy subidos de tono también con autoridades estatales y federales, a quienes prácticamente les dice que nomás sus chicharrones truenan.
Las elecciones de Canaco para renovar su mesa directiva serán el próximo martes. Habrá que echarle un ojo (el de Cueva no, sin duda), eso sí, con mucha precaución, –no se le vaya a soltar otra vez lo “Quirinou Marranou”–, para dar seguimiento y certeza al desarrollo del proceso.
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El exgobernador Pancho Barrio sí que se tomó en serio el tema de trabajar por el Frente Amplio por México en el actual proceso electoral.
Supo este Don que incluso dejó en receso sus negocios privados para entrarle a la coordinación de tareas campañeras en Juárez, principalmente en favor de Xóchitl Gálvez.
Se supone que esa campaña es paraguas respecto a todas las demás: la de diputados y senadores, diputados locales y ayuntamientos, y lo mismo opera para sus trabajos de coordinación política.
En sus afanes, ya reactivó a varios de los más veteranos liderazgos partidistas, como el de los exalcaldes Gustavo Elizondo y Ramón Galindo. ¡Vaya tándem de ganadores! Elizondo provocó la anulación de la elección de ayuntamiento de Juárez en el 20011 y Galindo perdió la de gobernador en 1998.
También trae en encomiendas a otros panistas de viejo cuño que ya estuvieran en varias administraciones municipales y estatales, como Jorge Ostos y Jorge Mena.
Todos se están concentrando para planear sus actividades partidistas en un antiguo edificio que recién ocuparon, exprofeso, en la zona de San Lorenzo.
Otros que se han sumado a ese equipo son el exfuncionario corralista Sergio Madero, y el presidente local de la agrupación “Sí por México”, Federico Delgado.
Eso de las coaliciones sigue generando fórmulas raras para hacer frente a las campañas. Se enteró Mirone que, quien se perfila para coordinar la campaña del panista Rogelio Loya por la alcaldía, es otro veterano priista, José Luis “El Cura” Canales, quien también aspiró a ser el abanderado del Frente Amplio por México. ¡Ah, por cierto! También trabajó en el ayuntamiento de Armando Cabada, que de independiente no tenía nada; ya lo vimos vestido de guinda y blanco.
A ver qué resultados logran en su objetivo de contener la marea guinda que sigue ocupando territorios.
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En el mundo al revés del Gobierno municipal encabezado por Cruz Pérez Cuéllar, se anunció una singular medida relacionada con el operativo de Pascua en el parque El Chamizal.
“Prohibido acampar”, será la tónica. A ver si le entendimos al Gobierno municipal: está prohibido colocar tiendas de campaña, pero no “tiendas” de dólares en El Chamizal.
La celebración del Domingo de Pascua y de los días previos durante la Semana Santa es una de las tradiciones juarenses más arraigadas.
Junto con pegado a ella, va la de cambiar por unos días la rutina y cientos de familias acuden a ese parque público, para pasar la noche bajo las estrellas en esa área natural, que ha estado en el ojo del huracán por los polémicos manejos, uso de espacios, comodatos y proyectos fallidos.
Pues bien, la titular de Atención Ciudadana del Municipio, María Antonieta Mendoza, dijo que nel pastel a los campamentos en El Chami, argumentando que hay vivales que lo hacen para reservar espacios que posteriormente venden a otros visitantes.
Se entiende que la medida vaya para evitar que los gandallas operen, ¿pero acabar con una tradición muy juarense, solo por ser inoperantes con soluciones más efectivas?
Si lo que quieren es regular el buen uso de ese espacio, apersónense y verifiquen que no se están cometiendo arbitrariedades, pero no corten de tajo la escasa diversión sana que tiene la ciudad, échenle tantita chompeta.
Por lo visto, el Municipio ya se aferró y no va a dejar poner casas de acampar, pero, ¿qué tal las casitas de cambio?
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El proceso judicial en contra de Francisco G.A., el exfiscal de Derechos Humanos (¡¿en serio?!) en el Gobierno de Javier Corral, va para largo.
Va para largo o le están dando largas, porque el pasado 11 de marzo volvieron a postergar la audiencia intermedia que tenía programada en el juzgado de distrito adscrito al Centro de Justicia Penal Federal en el Estado de Chihuahua.
No es la primera vez, pues en febrero se tenía programada la celebración de esa audiencia, y eso porque la habían cambiado en enero del mismo año.
Dicho de otra forma: no tienen para cuándo.
El que fuera hombre fuerte en el Gobierno corralista para la ejecución de la “Operación justicia para Chihuahua” está sujeto a proceso penal, acusado de cometer el delito de ejercer tortura psicológica en contra de al menos cinco testigos “protegidos”. ¡Cómo estarían los “desprotegidos”!
Los ahora denunciantes se apegaron al criterio de oportunidad como informantes de las causas penales contra exfuncionarios de la administración del gobernador César Dee Jay, sujeto, a su vez, a otro proceso penal por peculado y asociación delictuosa, por haber desviado, presuntamente, 96 millones de pesos del erario estatal.
El asunto es que un Tribunal Colegiado determinó que había un conflicto competencial y que el caso corresponde a instancias federales y no locales, tal como argumentaba la defensa del exfiscal anticorrupción Francisco González Arredondo.
Como se recordará, “Panchito”, como le dicen sus cuates, perdió la libertad el 21 de noviembre de 2022, cuando la Fiscalía General del Estado ejecutó una orden de aprehensión en su contra por presuntos actos de tortura y tratos crueles en contra de procesados en el marco de la Operación Justicia para Chihuahua.
Entre los “maltratados” estaban, justamente, las cinco personas que ahora lo tienen demandado.
Sin embargo, en diciembre del mismo año, el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Penal y Administrativa del Decimoséptimo Circuito determinó que la juez de Control que llevaba el caso no podía continuar en esa función por un “conflicto competencial”, ya que esa causa correspondía a instancias federales.
El caso está ahora en manos del juez de Distrito adscrito al Centro de Justicia Penal Federal en el Estado de Chihuahua, Vladimir Véjar Gómez, pero no tiene para cuándo.
Así que, si tienen suerte los presuntos afectados, a lo mejor y para Navidad les dan la audiencia, y eso que apenas es la intermedia. ¡Eso es justicia pronta y expedita!