El cártel se encuentra detrás de la negativa municipal de entregar el control de las funciones de vialidad al Gobierno del Estado en Nuevo Casas Grandes.
Eso todo mundo lo sabe en ese municipio del noroeste, el más caliente de todos. No es ningún legítimo afán municipalista, es la presión de los malosos para quedarse con la operación de tránsito lo que llevó al revés que en el seno del Ayuntamiento se dio al convenio que ya estaba planchado para hacerse efectivo, con el cual se abría la puerta legal a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal para asumir esas funciones y hasta aplicar las correspondientes multas.
A final de cuentas es el mismo crimen organizado que en su momento empoderó a la alcaldesa Cynthia Ceballos y a su secretaria del Ayuntamiento ahora prófuga de la justicia. El mismo al que se le calentó de más la plaza y por lo mismo dejó de proteger a Ceballos para que la alcaldesa terminara detenida y bajo procesos penales por delitos de corrupción.
El mismo crimen organizado que quiere seguir marcando la línea a quien llegó de suplente de Ceballos, su hermana política Edith Escárcega, quien ahora se niega no únicamente a ceder la operación de tránsito, también a facilitar instalaciones para la Plataforma Centinela.
Tan empoderados están quienes controlan las actividades criminales, que también frenaron la baja que procedía de la nómina a todo el cuerpo policial y de vialidad que fue desarmado e inhabilitado por aquella intervención de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, en el contexto de la operación que terminó con la detención de Ceballos.
El grueso de la corporación no trabaja, pero sí sigue cobrando de la nómina municipal. Cerrar el chorro de ese pago irregular tenía como propósito el oficial mayor, Pablo Lara Chávez, cuando fue asesinado por un comando armado en diciembre del año pasado, ni un mes después de haber sido nombrado por Edith Escárcega.
Así de revueltas y torcidas andan las cosas en Nuevo Casas Grandes, con los mismos agentes inhabilitados que no hace mucho les pusieron tremenda golpiza a elementos estatales, luego de que ocurrió un fatal accidente de tránsito.
Ya lo habíamos dicho aquí. La historia de Nuevo Casas Grandes daría para narcoserie con intriga política de múltiples capítulos en Netflix.
A ver cómo se pone la trama al aproximarse las campañas locales. Edith Escárcega buscará la reelección bajo las siglas de la coalición Sigamos Haciendo Historia, aunque “siglada” por el Partido del Trabajo, no por Morena.
Pedro Pichía García es el valiente para entrarle por la alianza del PRIAN y también ya está anotado por Movimiento Ciudadano, Clary Jones, el expanista que ya fue alcalde de Galeana, otra zona del noroeste también muy conflictiva por la mezcla de intereses políticos y criminales.
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La administración de Cruz Pérez Cuellar salió muy mano suelta con el dinero, porque se sobregiró con más de 200 millones de pesos durante el ejercicio 2023.
Así lo reveló el informe de la Auditoría Súper del Estado, denominado “Atlas Financiero Municipal” con el cual le sacaron una radiografía a los 67 ayuntamientos de la entidad.
Según el informe, el Gobierno crucista durante el 2023 registró un gasto de 8 mil 761 mdp, pero solo ingresó 8 mil 543 mdp.
Es decir, que se quedó corto con 218 millonsotes “del águila”, porque se dio gusto gastando dinero sin ingresar lo necesario.
Por lo demás, la cantidad que gastó en el 2023 superó, y con mucho, el monto que le autorizó el Congreso del Estado para ese ejercicio.
Para darnos una idea del sobregiro en que incurrió el alcalde-candidato: el déficit fue de un 5.8 por ciento, o sea, por cada 100 pesos autorizados, se gastó casi 6 de más.
Tampoco crean que gastó mucho en obra y resolución de problemas. Solo el 27.1 por ciento se aplicó a gasto de inversión, que fueron 2 mil 376 millones de pesos. El resto se fue en gasto de operación, gasto corriente y materiales y suministros.
En promedio, el Gobierno municipal se gastó 5 mil 793 pesos por cada habitante, lo que no ayudó a reducir los índices de pobreza, pues más del 24 por ciento de la población permaneció o cayó a esa condición, según el citado informe.
De bajarle a la deuda, ni hablamos, pues continuó en mil 609.9 millones de pesos, lo cual indica que cada juarense debe, aproximadamente, mil 609 pesos a la banca.
Con esos números se irá Cruz de campaña, a ver si le renuevan el contrato para ejercer otros tres años de presidente del municipio más poblado y más importante del estado.
Así, con ese poco equilibrio presupuestal, enfrentaría tres años cruciales para Juárez, cuando se prevé la llegada de migrantes extranjeros en cantidades nunca antes vistas, y de inversiones de procedencia extranjera que demandarán servicios de una ciudad de primera.
A cuidarle las manos, entonces.
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Y hablando del rey de Roma, ese desaseo en el gasto público y los muchos escándalos que rodearon su primer trienio –si es que no el último– no impidieron que el partido Morena y sus aliados volvieran a postular a Cruz Pérez Cuéllar para la Presidencia Municipal de Juárez.
Hace tres años enfrentó a Javier González Mocken, quien cambiaba por tercera vez de signo partidista, y lo venció.
Ahora va contra un panista histórico, como lo es Rogelio Loya, con el que convivió en otras épocas en la actividad panista de Juárez y del estado.
Pues bien, según la más reciente entrega de la firma Massive Caller, Cruz tiene una amplia ventaja sobre su oponente panista, con un 54.8 por ciento de las intenciones de voto a su favor.
Loya, a su vez, tiene solo el 25.6 por ciento, es decir, que va perdiendo por 2 a uno, cuando el día de inicio de campañas está apenas a la vista.
Si los robots telefónicos de Massive Caller no fallaron, el neomorenista saldrá bien protegido, con una acolchonada ventaja de más de 25 puntos sobre su excompañero de partido y ni qué decir respecto a Esther Mejía, la síndica de Juárez que ahora va por la alcaldía, pero por Movimiento Ciudadano.
La manga que trae Cruz le ha alcanzado para meterse a otros municipios a impulsar candidaturas, como lo hizo en Hidalgo del Parral e incluso en Chihuahua, donde su “amiguis” Miguel La Torre, compañero de funciones de box, le ganó la postulación a su otro excompa blanquiazul, Miguel Riggs, y a una cauda de morenistas de viejo cuño que no querían ver “chapulines” en la boleta electoral.
Por otra parte, morenistas de Juárez nos comentan que, en efecto, Cruz tiene ventaja y que eso podría empujar al resto de las campañas.
O sea, que en una de esas y ayuda a llevar el ansiado “carro completo”, que incluiría la alcaldía, la sindicatura, los nueve distritos locales y los cuatro federales.
Una “marea guinda”, total y absoluta, solo comparable a la marejada azul que se espera en la capital.
Sin embargo, también han expresado preocupación porque los escándalos que precedieron a su postulación tengan caja de resonancia en este proceso y causen un daño de imagen tal que perjudique, en vez de ayudar, al resto de las campañas.
De que trae “galleta”, la trae, pero a qué precio. En una de esas él gana, pero deja tendidos en el terreno a otros de sus compañeros de establo morenista.
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Durante esta semana, la candidata presidencial Claudia Sheinbaum afirmó que, de resultar electa, en su mandato se buscaría retomar los trenes de pasajeros, para lo cual ya tiene entre sus propuestas de campaña, siete proyectos de las rutas que abrían de correr a lo largo y ancho del país.
Anunció que una de las rutas que se implementarían será la de Aguascalientes-Chihuahua-Ciudad Juárez. Hasta aquí todo bien, porque soñar no cuesta nada, pero en lo que Mirone tiene cierta preocupación es si solo llegará el tren a la ciudad o se viene con un proyecto integral que incluso, por fin permita sacarlo de la mancha urbana.
Tal vez el equipo de asesores de la doctora Sheinbaum no le ha informado a fondo del problema que durante décadas ha provocado el ferrocarril al partir prácticamente en dos a Juárez.
Es posible que nadie le haya informado del titipuchal de vidas que se han perdido y de otro tanto más que en el mejor de los casos han quedado mutiladas por el paso de “La Bestia”, principalmente en el centro de la ciudad.
Sacar al tren de la mancha urbana ha sido un sueño imposible de cumplir para los juarenses, porque su presencia ante el crecimiento desmesurado de la urbe y del parque vehicular, ha abonado negativamente al problema de movilidad que tiene nuestra de por sí, mal trazada Juárez.
Gane quien gane las elecciones presidenciales del próximo 2 de junio, el asunto del tren debería tomarse en cuenta y con seriedad, ya sea que llegue el de pasajeros o bien, que por fin se retome el proyecto de sacarlo de una vez por todas, de la ciudad.
A ver si algo bueno dejan para la ciudad las campañas y se concreta una gran obra de infraestructura. Como quiera se puede ajustar el plan, sobre todo si se considera que la otra promesa de implementar un trolebús sobre la avenida Tecnológico ya no sería viable, ante la “inminente” llegada de los camiones del BRT 2.