Debe de calar a cualquier alcalde que ya tenga mucho camino recorrido y piense en futuros proyectos políticos, que el desabrido panista, Marquito Bonilla, se los lleve de calle en aprobación de su gestión.
Pues ahí está el alcalde, cien por ciento chihuahuita, en el primer lugar de todo el país, según la firma Rubrum, una encuestadora que ya se caló en ligas mayores desde hace algunas elecciones y no le ha ido mal en sus proyecciones.
En general, ¿cómo califica usted el trabajo realizado por (nombre del presidente municipal) como presidente municipal de (nombre de municipio)? donde la calificación más alta es 10 y la más baja es 1. Fue la pregunta de la encuestadora, con levantamiento entre el 12 y el 15 de septiembre.
Marquito alcanzó 7.94 de calificación, el mejor evaluado en un listado de 101 alcaldes y alcaldesas de las principales ciudades del país, gobernadas por los distintos partidos políticos.
¿Y al alcalde juarense Cruz Pérez Cuéllar, cómo le fue en el ejercicio?, ¡Lástima Margarito!, pues con su lugar número 27, no tiene nada qué presumir. Pasó de panzazo con una calificación en ese mismo rubro, de 6.06.
Claro, tampoco está tan peor, como dicen en mi rancho. En el sótano de esa misma evaluación se ubica la alcaldesa morenista de Chilpancingo, Guerrero, con 3.08 de calificación o el alcalde de Ecatepec, Fernando Vilchis, con un 3.57.
Desde el número 30 de ese ranking, las calificaciones están debajo del 6. Gachamente reprobados. Y llama la atención que en toda la parte más baja, destaca el color guinda de la 4T.
También es notable que en el top 10, hay siete alcaldes o alcaldesas de origen panista, dos morenos y un tricolor.
En la misma encuesta, pero a la pregunta concreta de qué tan cercano a la población es el alcalde (en la escala de 1 a 10), Bonilla repitió el primer lugar con un 7.51. Ahí Cruz subió un poquito, y con un 6.21 se colocó en el lugar 17 de la lista de 101.
Cuando se preguntó por los servicios municipales, ahí sí que Juárez y su alcalde se fueron casi hasta la mitad de la tabla. Con una calificación de 5.46, la ciudad quedó en el sitio número 45.
También Chihuahua capital cayó, pero nomás un peldaño. Con calificación de 7.47, la capital del estado quedó en segundo sitio, únicamente por debajo de San Nicolás de los Garza, Nuevo León. Aunque la verdad, ya se puso a dudar este Mirone sobre esa calificación. Al parecer ninguna encuesta se aplicó en el centro histórico donde Marquito nomás no ha podido resolver el problema de la basura tirada en la calle.
Otra pregunta de la misma encuesta, pidió a la gente calificar qué tan seguros se sienten en su ciudad. Igual que en los servicios públicos, esta frontera quedó en el lugar 45. Tampoco algo para presumir, menos cuando en la calle continúa el tiradero de cuerpos.
La Chihuahua de Marquito bajó unos escalones, pero no tanto, ya que se ubicó en el quinto sitio, con todo y las matazones vinculadas a la distribución y consumo de drogas.
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Muy buena acalambrada se llevó el secretario de Seguridad Pública Municipal, César Omar Muñoz Morales, con la polémica que desató la circular que pretendía prohibir escotes y minifaldas al personal femenino de esa dependencia.
Como lo señalamos aquí, la jefa de Recursos Humanos, Cristina Pérez Aguirre, había salido con la ocurrencia de pretender normar la forma de vestir y de arreglo personal de trabajadoras y trabajadores, lo que generó quejas principalmente de las mujeres que denunciaron vulneración de derechos y hasta violencia de género.
En el escrito en el cual quedó su firma, la funcionaria notificó que quedaba “estrictamente prohibido” a todas las mujeres el uso excesivo de maquillaje, así como la siguiente vestimenta: “short, blusas con transparencias o escotes pronunciados (NO bodies, tops y ombligueras), ropa deportiva, faldas y vestidos más cortos de lo establecido (4 dedos arriba de la rodilla) con los que se transparente la ropa interior”.
Como la queja llegó hasta las y los regidores del Ayuntamiento, se le pidieron cuentas al secretario Muñoz, quien decidió echarle toda la barra a su colaboradora (Mirone no cree que Cristina se haya aventado la bronca sola) y anunció que la circular quedaba inmediatamente sin efecto.
La inconformidad había escalado durante las últimas semanas porque de acuerdo con lo exigido por Pérez Aguirre, los jefes inmediatos debían de regresar a casita, para cambiarse o “arreglarse”, a los incumplidos con el código de vestir, incluyendo a los hombres a lo que se les pedía acudir “con cabello corto y debidamente rasurados”.
Así es que van pa’tras los fielders. A la coordinadora de la Comisión de Mujer y Equidad de Género, Patricia Mendoza, le tocó informar a sus compañeras y compañeros sobre la respuesta que dio Muñoz, en un asunto que también había llegado hasta el Instituto Municipal de la Mujeres.
El secretario sintió frío y mejor dijo, “ahí muere”, ya que las quejosas habían anunciado otro tipo de protestas si no terminaba el acoso. Definitivamente que hay muchos funcionarios y funcionarias que, a puros trancazos, han entendido que las perspectivas de género y derechos humanos son, esas sí, de aplicación obligada.
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Ahora sí que diputadas y diputados se pusieron ayer en modo de tiradores contra su gobernante en turno.
Primero fue en la ciudad de Chihuahua, donde toda la bancada morenista y algunas otras figuras que han impulsado el movimiento por la educación laica, como Víctor Quintana, dispararon contra la gobernadora Maru Campos, porque ya van tres semanas sin libros de texto en las aulas.
El conflicto parecía que había amainado, pero como el problema sigue y no hay resolución de la Corte sobre la controversia que frenó la entrega, hoy tomará nuevos bríos. Los legisladores se presentarán en Palacio de Gobierno para entregar 100 mil formatos de petición, firmados por responsables de familia, para que sus hijos ya reciben los libros.
La protesta pública podría durar buen tiempo en la Plaza Hidalgo, ya que los morenistas anunciaron que esperarán hasta que se firme cada copia, como acuse de recibo, por cada una de las 100 mil solicitudes que, dijeron, juntaron en todo el estado.
Eso pasó en Chihuahua en conferencia citada en la sede de Morena, mientras que un poco más tarde, los panistas juarenses convocaron a su galerón municipal, para abrir fuego contra el alcalde morenista, Cruz Pérez Cuéllar.
La diputada Marisela Terrazas y el diputado Gabriel García Cantú, acompañaron al presidente estatal del PAN, Gabo Díaz y a la dirigente local, Xóchitl Contreras, para informar que se presentó una denuncia contra el alcalde. Ante autoridades electorales, se le denunció por la presentación del informe fuera del tiempo permitido para promocionar logros, además de presunta promoción personalizada con recursos públicos.
De acuerdo con los panistas, la ley permite la promoción de logros únicamente cinco días después de que se entregó el documento oficial al Ayuntamiento, lo que se habría violentado en el acto masivo del domingo 17 en la Plaza de la X.
Se nota que ya todas y todos andan encampañados. Fueron acusaciones al por mayor y Gabo hasta le pidió a Cruz que deje de lloriquear. “Yo no lo conocía chillón. Cuando estaba en el PAN, no era chillón”, dijo el Gabo sobre las quejas de Cruz por falta de apoyos del Congreso y del Gobierno del Estado.
Total que ya encarrilados en el proceso electoral, la “denuncitis” hacia todos los órdenes de gobierno será cosa cotidiana. Tiradores no faltaran.
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La atención rápida en el 9-1-1 quedó en duda la mañana de ayer, cuando se realizó en la Presidencia Municipal un simulacro de emergencia por sismo, justo en el Día Nacional de Protección Civil, fijado en conmemoración del sismo del 19 de septiembre de 1985.
Prácticamente al inicio de ejercicio, le tocó a una oficial responsable de la seguridad en el edificio administrativo de Francisco Villa y Malecón, hacer el reporte del temblor al 9-1-1.
Lo hizo delante de los medios que seguían el simulacro. Desde su teléfono celular hizo la llamada. El caso es que duró casi un minuto timbrando, sin que nadie contestara del otro lado de la línea central. Y eso que ya todo el personal estaba esperando el simulacro, previamente ensayado.
Hasta nerviosa se puso la agente. Le quitaba y ponía el alta voz, pero nadie respondía. Tampoco fue tanto el tiempo de espera, pero a los ojos de todos los ahí presentes, sonó a una eternidad. Más han de sufrirla quienes en verdad enfrentan una emergencia y nomás escuchan que el teléfono suena una y otra vez.