Después de haber permanecido alejados de sus tierras de origen durante casi dos años por causa de la pandemia, las caravanas de paisanos volvieron a transitar la carretera Panamericana en sus modernos vehículos, cargados de obsequios para sus familias, alegrando la economía de poblaciones como Villa Ahumada, pero también los bolsillos de los urgidos agentes de Vialidad, de Migración, de la Policía Estatal y hasta de la Guardia Nacional, estacionados en retenes ilegales a lo largo de su ruta.
Fue el viernes pasado, desde las 6 de la mañana, cuando en la carretera Juárez-Chihuahua, se vio el intenso flujo de vehículos de paisanos con placas de California, Nuevo México, Texas, Colorado, Arizona y hasta de Utah, saliendo de Juárez sin problemas y hasta saboreando de antemano los ricos burritos de Villa Ahumada.
La desagradable sorpresa para muchos de ellos, fue que apenas entraban al poblado de los quesos y los burritos, cuando fueron obligados a orillarse por los agentes de Vialidad, que a bordo de tres patrullas hacían como que medían la velocidad con un miniaparatito, que más se parecía a los termómetros digitales que, con la pandemia, se pusieron de moda para tomar la temperatura.
El pretexto para detenerlos fue que iban a exceso de velocidad, pero luego les pidieron toda clase de documentos: licencia de conducir, título del vehículo y hasta permiso de internación temporal, cuando este es solo facultad de la autoridad fiscal, por la que ya habían pasado. Solo les faltó que les pidieran el comprobante de la vacuna anti-Covid y el pasaporte.
A Mirone no se lo contaron, lo constató personalmente, en el punto donde estaban cometiendo los atracos, únicamente a vehículos con placas extranjeras. Fue así como este humilde tundemáquinas pudo ver que hasta 6 vehículos de paisanos fueron orillados por los asaltantes uniformados, en menos de 20 minutos, a los que los dejaron ir después de vacunarlos con sus respectivos dólares.
Sin duda alguna, los atracadores viales de Villa Ahumada juntaron en una horas lo suficiente para pasar una Navidad de lujo, y eso que apenas fue el primer día de atraco. Les quedan todavía 13 días, en los que pasarán por sus garras muchos paisanos cargados de dólares que, por no perder tiempo en su travesía, tendrán que aligerar la cartera con lo que les pidan.
En las estaciones de venta de los tradicionales burritos, los expendedores también expresaron su molestia y muchas mentadas de progenitora para los mañosos agentes de Vialidad.
Lo cierto es que, mordidos y no mordidos, los paisanos saturaron este viernes todos los establecimientos de comida, porque al final de cuentas, con la panza llena el coraje se digiere mejor. Sin embargo, a la entrada a Chihuahua, les esperaba otra pesadilla igual o peor. Antes de la caseta de peaje de Sacramento, había un retén con agentes del Instituto Nacional de Migración y de la Policía Estatal.
Igual procedimiento que los abusones agentes viales de Villa Ahumada. Primero el interrogatorio de la procedencia y destino que llevan, luego la petición de los documentos. Hasta bobos se veían porque, si sabían de antemano que se trataba de paisanos, con placas de algún estado de la Unión Americana, es obvio que no iban de Chinconcuac.
Aquí es donde Mirone se preguntó: ¿dónde están los observadores del programa Paisano y los derechohumanistas, que son muy efectivos para defender malandrines, pero no a la gente inocente que es víctima de los abusos y atropellos de cualquier aprovechado que porta uniforme?
Ni en Villa Ahumada, menos en el retén de Sacramento estaban. Probablemente andaban defendiendo los derechos de algún delincuente que no quiere pasar en chirona la Navidad.
Quien sí puso el ejemplo de lo que se debe hacer con este tipo de retenes de extorsionadores uniformados, fue el alcalde de Ojinaga, Andrés Ramos de Anda, quien un día antes encaró a varios agentes ministeriales, que por sus pistolas instalaron un “puesto de revisión y vigilancia,” en la entrada y salida de la ciudad, sin haberle notificado a la autoridad municipal.
El pantalonudo alcalde les tronó los dedos e hizo que retiraran el retén, después de decirles a los policías estatales que nadie se los había autorizado, por la simple razón de que no hubo solicitud previa y mucho menos coordinación con la Policía Municipal de ese municipio.
Ramos de Anda les informó a los medios de la región, que este tipo de retenes solo sirven para extorsionar a los paisanos que cruzan por Ojinaga rumbo a sus hogares de origen.
Por lo mismo, los mañosos ministeriales se quedaron con las ganas de la pollita de Navidad, que también suele ser jugosa en aquella región, por donde cruzan muchos paisanos.
Ojalá que los alcaldes de Villa Ahumada y Chihuahua sigan su ejemplo y les caiga el veinte, para que metan en cintura a los gandallas agentes que están asaltando descaradamente en despoblado y hasta en poblado.
Por lo pronto, Mirone les pondrá la cazadora, para documentar que gobiernos van y gobiernos vienen y los paisanos siguen siendo una mina de oro cada vez que regresan a su tierra, mientras los programas oficiales creados para cuidarlos, son puro jarabe de pico.
Qué bueno sería que los chihuahuenses que transitarán la carretera Juárez-Chihuahua en estos días, se conviertan también en observadores, que graben con sus celulares los abusos de los uniformados contra los paisanos y las redes se saturen de denuncias gráficas.
Si sus jefes no los paran ni los meten en cintura, cuando menos que sus caras de roedores de cola larga, sirvan para el repudio de la opinión pública, porque todos debemos defender los derechos de nuestros hermanos paisanos.
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El Programa Paisano se estableció en 1989 y su objetivo era apoyar a los mexicanos residentes en los Estados Unidos, en su retorno temporal a México para visitar sus familias, en vacaciones de verano y en la temporada decembrina, principalmente.
Con el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, únicamente se le cambió el nombre por el de programa Héroes Paisanos, en 2019, con el mismo objetivo de evitar abusos de las autoridades aduaneras, migratorias y corporaciones policiacas, en su tránsito por territorio nacional.
El término “héroes paisanos” se impuso como una forma de reconocer la contribución que hacen los connacionales al país, así como refrendar el compromiso de brindarles una atención eficaz y de calidad, cuando vienen de visita a su tierra”, indica el sitio web del programa en cuestión.
Sin embargo, lo que Mirone pudo constatar el viernes, demuestra que ni los tratan como héroes y mucho menos como paisanos, sino como simples paganos de la voracidad de los uniformados, que ven en ellos la oportunidad de aumentar los ingresos y pasar una linda Navidad.
El programa Héroes Paisanos 2021, de la temporada de invierno, comenzó el 29 de diciembre y termina el 31 del mismo mes. O sea que, antes o después de esas fechas, cualquier connacional que venga del extranjero tiene que rifársela con sus propias uñas.
Absurdo pero cierto, no solamente para los que no estén circulando en suelo nacional en esas fechas, sino también para los que se internaron en este periodo, lo hemos visto y comprobado con ojos mironianos. A ver quién se atreve a desmentirlo.
En el rollo oficial del programa, se establece que coordina el trabajo de más de 40 dependencias de todos los niveles de gobierno, pero no dice nada de que les limaron las uñas y los colmillos a los voraces agentes de vialidad, Migración, Policía Ministerial ni a la Guardia Nacional. Entonces, ¿dónde está la supervisión para que nuestros paisanos no sean víctimas de la extorsión?
Los famosos operativos de apoyo realmente son puro cuento, porque los paisanos transitan por las carreteras de Chihuahua únicamente con la bendición de sus mamás y la cartera lista para aflojar lo que les pidan, para no perder sus vehículos, ni sus regalos, ni su libertad.
El programa pide que se reporte cualquier abuso o irregularidad durante su viaje a través de esta página, y Mirone tendrá el gusto de enviarles esta columna, para que se enteren que con simples intenciones redactadas en una plataforma digital, no se pueden defender los derechos de nuestros mexicanos, que todos los años se parten el lomo en los Estados Unidos, para mandar anualmente nada menos y nada más que 50 mil millones de dólares en remesas al país, en promedio. ¿Cómo la ven?