Durante el encuentro que tuvo Maru Campos con los legisladores federales de Chihuahua de todos los partidos, fue evidente la intención del morenista Armando Cabada por estar muy cerca de la gobernadora en los momentos de las fotos.
Por esa razón aparece hombro con hombro con la jefa del Ejecutivo en el salón de Palacio donde se tomó la foto principal, y después en el salón rojo, donde se le ve comiendo a la diestra de Maru.
Una vez publicadas las gráficas, ordenó a sus gurús comentar esa cercanía con Maru, como si se tratara de una señal enviada por la gobernadora a la clase política, al más puro estilo de los tiempos paleolíticos del PRI, cuando los “cuadros” nuevos peleaban un lugar en la foto, al lado de los políticos más influyentes del momento, para simular cercanía con el círculo rojo, con la gente del poder.
Así se vio el exalcalde juarense y fue muy criticado por los legisladores panistas y morenistas, que saben que su posición en el congreso de la Unión no es por méritos propios, ni resultado de su pésima gestión como alcalde, sino producto de una negociación para darle fuero y espantarle las consecuencias penales a sus pillerías.
Su burdo actuar nos recordó al simpático Álvaro Navarro Gárate, quien se colaba a todos los templetes de eventos políticos a donde no era invitado, y no le importaba dejar sin sillas a los que figuraban en el presídium.
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Por cierto, que después de esa reunión en Palacio, varios legisladores comentaron que a Cabada ya se le conoce en San Lázaro como el Walter Mercado de la frontera, por los mensajes que manda en su cuenta de Face, invocando al creador y enviando bendiciones a sus seguidores, como si ello lo limpiara del batidero que dejó con las cuentas de la Presidencia Municipal.
Hay que ser muy cínico para apelar a la fe de los juarenses y tratar de engañarlos con oraciones que no conoce ni profesa, enviando bendiciones que en el camino se convierten en maldiciones, por el negro pasado del remitente.
Se dice que el locutor ya armó un equipo de activistas digitales, defensores de la 4T, encabezados nada menos que por Gerardo Sáenz, para que hagan eco de sus “profundas” reflexiones y de sus “benditos” mensajes.
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Fuentes morenistas bien informadas le contaron a Mirone que el delegado de Bienestar ya trae fuertes broncas con líderes de municipios serranos que lo apoyaron en su campaña a gobernador y siguen en la banca, esperando la llamada que los incorpore al presupuesto de la 4T.
Tal fue el caso del profesor Romel Rascón, quien fue el candidato a síndico de Uruachi y al perder y quedar fuera del presupuesto, enfureció y encaró a Juan Carlos para que les cancele los contratos que se renovarán en enero del 22, a todos los llamados “siervos de la nación”, por no apoyar en las pasadas elecciones a los candidatos de Morena.
Esto ocurrió durante la reunión que en Uruachi tuvo el delegado federal con el personal de los centros integradores, donde el profe Rascón se puso bravo y melancólico, porque es uno de los muchos morenistas que pasaron a engrosar las filas del desempleo después de las elecciones de junio.
Juan Carlos Loera tuvo que calmar los ánimos del profe y de otros que le respondieron en el mismo tono. Esta situación trajo a la memoria los conflictos internos que también enfrentó desde 2018, cuando las tribus amlovistas se sentían con derechos divinos y se canibalizaban las posiciones en el partido rumbo al 2021.
Precisamente fue ese canibalismo el que terminó con los empleos como delegadas federales de Leticia Loredo y la panista-morenista Flor Ayala, en los municipios de Delicias y Uruachi, respectivamente.
Si alguien pensaba que en el PAN la división era irreconciliable y que sus dirigentes se daban hasta con la cubeta por las posiciones de poder, eso es cosa de chiquillos frente a la grilla interna que se ha reactivado en Morena, donde se pegan en serio, pero con la mano del metate, para que no quede duda que se traen ganas.
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En donde ya salió el peine por el trabajo político que el personal realizó durante la pasada campaña electoral, es en la dirección de Desarrollo Social del Municipio, desde donde siguen circulando escritos con reclamos al titular de la dependencia, porque en lugar de reconocerles y premiarles los méritos en la campaña de Cruz, los está despidiendo.
Los inconformes se dirigen al presidente municipal para acusar al titular de Desarrollo Social, Arturo Urquidi, de calificarlos de aviadores y obligarlos a firmar sus renuncias voluntariamente, so pena de cesarlos de manera ruda y boletinarlos para que no puedan conseguir empleo.
En clara alusión a Urquidi, le dicen: “aquellos que usted tacha de aviadores tuvieron participación en cruceros, recorridos, volanteo, con la promesa de permanecer trabajando, aunque fuese un lapso de meses, cosa que por supuesto no se cumplió, y ahora tenemos que aguantar que se nos tache de aviadores, que no nos quieran atender en Presidencia por algo que es nuestro”.
Los empleados de Desarrollo Social cesados se refieren al trabajo que realizaron en la campaña de Cruz Pérez Cuellar por instrucciones de Armando Cabada. De esta manera se confirma lo que era un secreto a voces en la pasada contienda electoral, en el sentido de que personal municipal participaba en la campaña de Morena con cargo al erario del Ayuntamiento, sin que nadie dijera nada.
Ahora que salen los trapitos al sol, los trabajadores se quejan de que no les han entregado su finiquito, a pesar de que los obligaron a firmar “voluntariamente su renuncia”.
Acusan a la Coordinadora Administrativa Nora Rincón, de ser la ejecutora del despido y de haberlo hecho con burlas y celebraciones de triunfo, por deshacerse de ellos, a pesar de las promesas que les hicieron en el sentido de que los mantendrían en sus empleos por lo menos hasta terminar el año y cobrar el aguinaldo.
Así andan las cosas en la dependencia que tiene el vínculo más cercano con la gente en las colonias, desde donde los alcaldes hacen el trabajo político a la vieja usanza priista; con despensas, bonos y dádivas que no resuelven el problema de fondo de miles de familias, que únicamente son utilizadas como clientela electoral.