De plano este Don va a tener que proponer que la próxima Mesa de Seguridad que se realice en Juárez, gobernantes y mandos la armen en donde está hoy el refuego de violencia y criminalidad.
Aunque prácticamente no hay área geográfica que escape a la inseguridad y a la captura de territorios por los grupos delincuenciales, sí hay condiciones mucho más dramáticas con el tiradero de cuerpos que, como si fueran basura, se presenta un día sí y el otro también, en el suroriente de la ciudad.
A ver si ahí se sensibilizan un poquito más las autoridades de todos los órdenes de gobierno, para ponerse a hacer algo más que pasar lista, pedir algún sobrevuelo en helicóptero y anunciar que hay operativo conjunto, con todo y retenes para que se termine de encabritar la gente de bien.
Si se instalaran por allá en las zonas más críticas, no sabemos qué les generaría más ñáñara o asquito, si ver cómo se apilan los cuerpos encobijados, los olores de esos cadáveres o de la basura de todo tipo, con el llanterío y desechos industriales y sanitarios que abundan por esos caminos y baldíos.
Ahí están los ejemplos de ayer. El cuerpo de un hombre dejado sobre la calle, en el cruce de Senderos de Pamplona y Oriente XXI de la violenta Senderos de San Isidro. Una vida dejada entre montones de desechos y decenas de llantas viejas, apiladas sobre el asfalto.
Más temprano, otro cuerpo encobijado a la orilla de un predio habilitado como campo llanero, también rodeado de basura y llantas de desecho en la colonia Sor Juana Inés de la Cruz. El sábado pasado fue en Villas de Alcalá, también envuelto el cuerpo en una cobija.
Apenas la semana pasada el hallazgo fue de una fosa con los restos de ocho personas, también en los caminos abandonados, entre Riberas del Bravo Etapa 9 y Portal del Valle.
El tiradero general no puede entenderse más que como sinónimo de falta de autoridad o abulia gubernamental.
Los señores de la mesa que más aplaude tendrían muchos escenarios para escoger y llevar esas mesitas hasta aquellos fraccionamientos y colonias perdidas en el desierto, igual que Sierra Vista, el islote-gueto de la orilla sur de la ciudad con condiciones igualitas a las de Senderos de Oriente o Parajes de San José.
Ah, pero sí presumen los jefes policiacos que los homicidios dolosos siguen a la baja en todo el estado y que las tecnologías son una chulada, con la muy citada Plataforma Centinela.
Por aquellos rumbos no hay alumbrado, ni agua, ni pasa la basura, mucho menos las patrullas o el transporte, pero sí andan colgando ya las camaritas para ver cómo van los malandros a tirar los bultos inertes.
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Aquí dábamos cuenta ayer de los afanes de los políticos morenistas juarenses por mostrar su cercanía (aunque sea de a mentis en algunos casos) con Claudia Sheinbaum, luego de que la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México recibió el bastón de mando por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Pues hoy nos regresamos a la acera de enfrente, con Xóchitl Gálvez, para recordar la cercanía, esa sí bastante real, que tiene una juarense con la coordinadora nacional del Frente Amplio por México y virtual candidata presidencial.
Ya se sabía que la regidora Amparo Beltrán solicitó licencia al cargo para irse a apoyar a Xóchitl, pero ahora nos enteramos que el encargo no es nada menor. La joven política panista es la responsable de la vinculación de todos los comités estatales blanquiazules con la campaña de facto que trae la senadora por todo el país.
En general es el enlace formal de Xóchitl con el PAN, a propósito de que la ganadora adelantada del proceso en el FAM, no tiene siquiera la militancia blanquiazul.
Amparo es una de las nueve personas que integran el primer círculo operativo de la campaña de Xóchitl. La cercanía se generó indirectamente por la amistad que la juarense tiene con la hija de la senadora, Diana Vega, con quien compartió espacios estudiantiles y juveniles en la estructura formal, esa sí, del PAN.
Así que Amparo anda recorriendo el país junto con Xóchitl, igual que lo hace una empresaria de la capital del estado, Cristi Jurado, quien se sumó como secretaria particular y también es amiga de Diana y Amparo.
Cómo cambian los escenarios. La regidora panista, que ya se sentía un poco fuera de la jugada porque no es propiamente del equipo que se ha palomeado para tener juego en Juárez desde Palacio de Gobierno, ahora hasta suena como prospecto para el más peleado distrito local que es el único seguro para el PAN, el Distrito 05.
Claro, si es que quiere asegurar algo (ya se reeligió una vez como regidora) y no esperarse a un azaroso triunfo de la coordinadora del FAM.
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En todos lados aplica el acomodo de las calabazas luego de tanto tumbo que da la carreta en las grillas político-partidistas.
Por ejemplo, está el caso de las regidoras Cecilia Reyes Castro y Vanesa Mora, que por más que querían ser tomadas como morenistas en el Ayuntamiento juarense, de plano les habían hecho el fuchi.
La primera llegó a la posición bajo las siglas del PT y la segunda por Nueva Alianza, pero juraron la causa de Morena con el respaldo de la dirigencia estatal de ese partido guinda. Sin embargo, en los hechos, fueron excluidas por el grupo que bajo la coordinación de Ana Estrada le responde al alcalde Cruz Pérez Cuéllar.
Lo que supo Mirone es que las ediles ahora andan bastante contentas porque incluso pueden pensar en la reelección para sus cargos, gracias la relación que han tejido no únicamente con Brighite Granados, la dirigente estatal, sino directamente con Ariadna Montiel, la secretaria de Bienestar a la que ya le gustó eso de querer controlar todas las piezas del ajedrez en Chihuahua. Ya ven que hasta candidatos al Senado quiere hacer a la dupla de expresentadores de televisión, Rosana Díaz y Armando Cabada.
Total que en la grilla morenista de Chihuahua ahora esa parece ser gran pregunta clave. ¿La que hoy tiene el bastón de mando, Claudia Sheinbaum, dejará que la secretaria de Bienestar siga operando aquí como si fuera su feudo?
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Es una verdadera efervescencia al interior de Morena y eso que el proceso electoral apenas inicia. La juarense de toda una vida en el PRI, Adriana Terrazas Porras sigue enfrentando el vendaval por jugar las contras de su propia bancada morenista. Un año se le hizo poquito y dijo quiero más, aunque me castiguen.
Se supo que ayer concluyó el proceso anunciado por el coordinador de la fracción, también juarense, Cuauhtémoc Estrada, para atender la petición de expulsión realizada por el resto de integrantes del grupo.
Se supone que luego de conocer sus respuestas a las acusaciones, que en esencia se resumirían en traición, por no atender los acuerdos y lineamientos de Morena pero sí los del PRIAN, Estrada resolvió (convirtiéndose en juez y parte) que sí procedía la expulsión solicitada, luego de las respuestas que por escrito le habría hecho llegar la acusada.
Claro que Terrazas no es dejada y ya desde ayer salió a decir que ni la han notificado y, sobre todo, que no son sus propios compañeros, ni el coordinador, autoridad alguna para tomarse la atribución de una expulsión de Morena, aunque se trate nada más de la bancada.
Está interesante cómo se resuelve el pleito legal, justo porque no están claramente reglamentadas este tipo de cuestiones. Por eso Adriana insiste en que ella atenderá únicamente a la autoridad partidista.
La juarense asegura que seguirá perteneciendo a Morena y que, de acuerdo con el artículo 40 de la normativa para el Congreso del Estado, es facultad de cualquier diputada o diputado separarse o integrarse a los grupos parlamentarios.
Incluso, destacó que ella fue votada como diputada por Morena y es violatorio a la Constitución y a sus derechos el que sus compañeros aseguren que está fuera de la bancada de ese partido.
El chisme se puso bueno. Con eso de que en el Frente Amplio por México cabe de todo, el coordinador de la bancada del PAN, Alfredo Chávez Madrid, ya le tiró abiertamente el pial a Adriana, por si quiere sumarse formalmente.
Quién sabe si vaya en serio. Al PAN y al PRI les gusta más presumir que logran acuerdos en un Congreso presidido por una diputada de Morena, aunque en verdad Adriana no represente más a los diputados del partido guinda.