Como ya no siente lo duro sino lo tupido, por la oleada de homicidios que registra la ciudad, el fiscal de la zona norte, Jesús Manuel “Lord” Carrasco, ha tenido la genial idea de ordenar operativos de revisión en los bares y centros nocturnos de la ciudad, para supuestamente combatir el narcomenudeo y detener a los pistoleros que suelen ir a pistear bien “ensillados”.
Independientemente del malestar que provocará en el vapuleado sector, que no acaba de recuperarse de la crisis que provocó la pandemia, la puntada de Carrasco no va al fondo del problema de la violencia, y sólo trata de taparle el ojo al macho, con una choteada medida que se ha aplicado en varias administraciones y solo ha generado abusos y corrupción de los policías.
Se hizo con Patricio cuando se vigilaba con celo el respeto a las disposiciones de la Ley de Alcoholes, después se aplicó durante el sexenio de José Reyes Baeza con las famosas células mixtas, con César Duarte se hicieron por temporadas y por regiones, con personal que no era de la plaza, y con Javier Corral fue una medida de ocurrencias, es decir, cuando al fiscal César Augusto Peniche se le ocurría.
En todos los casos, los resultados fueron mediocres, con detenciones de simples “grameros” y decomisos de porciones pequeñas de drogas. Nunca se supo, y mucho menos se informó, de la aprehensión de algún capo de la droga o de algún sicario, por la simple razón de que nunca los encontraban en los antros, pues les avisaban antes de que llegaran los operativos.
Ahora que Carrasco quiere repetir las ocurrencias de su exjefe Peniche, en lugar de poner a trabajar a sus agentes en los cientos de homicidios sin resolver que se acumulan en los archivos de la Fiscalía, va a pasar lo mismo, pero el Lord quiere que sus elementos se vean en acción, haciendo como que trabajan, aunque solo vayan a hacer nuevamente el ridículo.
Alguien le debe de decir que a los generadores de violencia y muerte hay que ir a buscarlos a las colonias donde están las tienditas, tiendotas y bodegas, que surten a miles de viciosos de la ciudad.
Ahí es donde están los sicarios y sus patrones, armados hasta los dientes y planeando todos los días la muerte de sus rivales y, de paso, de toda la gente inocente que se atraviesa en sus ejecuciones.
Deje que sus muchachitos se ensucien los zapatos en las polvorientas colonias de la ciudad donde la policía tiene estrictamente prohibido el paso. Ellos saben cuáles son.
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El secretario de Seguridad Pública Estatal Gilberto Loya, sigue socializando muy ufano el proyecto de la Plataforma Centinela, ante empresarios, comerciantes, académicos y hasta funcionarios de El Paso, Texas.
El miércoles lo hizo ante los integrantes del Consejo para el Desarrollo Económico Regional de Ciudad Juárez y algunos invitados de la vecina ciudad, a quienes les platicó largo y tendido de la estrategia tecnológica que estará integrada por más de 7 mil 800 cámaras, mil 700 lectores de placas, 70 drones, tabletas electrónicas y cámaras remotas, además de los sistemas de cámaras ciudadanas y un helicóptero, que serán controladas desde la Torre Centinela.
Hasta ahora, esa socialización del proyecto se ha concretado a mencionar fierros y números, pero no ha dicho, por ejemplo, cuál será el tiempo de respuesta cuando ocurra un atentado en las colonias más apartadas o en el Valle de Juárez.
¿Dónde están los ejercicios de simulacros virtuales que deben mostrar la efectividad de toda esta tecnología, no únicamente con rollo y proyección de maquetas?
No han dicho si habrá cámaras de visión nocturna con capacidad para mostrar placas de los autos con legibilidad y los rostros de los malandros con claridad, o solamente se verán siluetas y sombras, como ocurre con los equipos que actualmente funcionan en los centros de mando, cuando no están apuntando al cielo, buscando ovnis.
Cuando detecten un delito e identifiquen al responsable por las cámaras, ¿van a ser detenidos en caliente o dejarán que venza el término de la flagrancia, para después solicitar a través de la Fiscalía una orden de aprehensión que terminará archivada?
¿Cómo evitarán la infiltración de malandros entre el personal que manejará los sistemas y cómo se protegerán de los hackeos?
Podrán argumentar que por razones de seguridad no se pueden dar mayores detalles de la operación de la plataforma, pero la ciudadanía debe tener la certeza de que el proyecto va a ser efectivo, que garantiza la prevención y seguridad pública, pero, sobre todo, que los bandidos ya no la tendrán tan fácil para cometer sus crímenes.
De otra forma, Gilberto Loya estará cometiendo el mismo error que el secretario de Seguridad Pública durante el sexenio de José Reyes Baeza, Raúl Grajeda, a quien se le conocía como el “Secretario Power Point”, porque se la pasaba socializando en los salones de Cibeles la estrategia de seguridad, que nunca pasó de presentaciones espectaculares con diseños visuales, pero en las calles siguieron mandando los malandros.
Así que, mientras se termina el proyecto ejecutivo de la plataforma en cuestión, don Gilberto debería exigir mejores resultados a su fuerza policiaca, pues hasta ahora son puras promesas y hasta corre el riesgo de que termine con la misma fama de Grajeda, y le conozcan como el “Secretario Centinela”.
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Siguen las aguas muy revueltas en la mini fracción de Morena en el Cabildo de Juárez, donde Mary Adame sigue desilusionada y avergonzada del proceso de selección de consejeros del domingo pasado, mientras que la coordinadora Ana Estrada sigue sumando en su contra a morenistas “pura sangre”, (Mopusa), por su aspiración de ser la nueva dirigente estatal del partido de la 4T.
Esa pretensión está basada en la confianza que le tiene el alcalde Cruz Pérez, pero le ha generado fuego amigo entre las que se sienten pioneras como las hermanas Ruby y Lizzy Guzmán, esta última conocida como la súper delegada en Juárez, del programa federal del Bienestar.
A todo ello súmele que las regidoras sienten que hasta la priista Mayra Chávez les comió el mandado, al ganarles el primer lugar como consejera del primer distrito, dejando fuera a la morenistas de cepa como la misma Mary Adame y la síndica Esther Mejía.
Ahora dicen que la exdirigente del PRI municipal, tan alabada y festejada por el diputado Gustavo “El Pichú”, de la Rosa, les ganó porque utilizó 15 camiones para movilizar a los colonos priistas que llevó a votar por ella.
¿A poco fueron tan ingenuas para creer que la abogada ya había olvidado todos los trucos y mapacherías que aprendió en la alta escuela de la grilla del PRI? Ya les demostró el domingo que lo que bien se aprende no se olvida.
Sin embargo, nos dicen que, a pesar de su tristeza y frustración, Mary Adame sigue buscando los apoyos de las bases y de los consejeros aliados, para llevar a la dirigencia estatal de Morena a una juarense, que obviamente no debe ser Mayra, como han soltado el rumor en lo que queda del PRI municipal.
La desilusionada mujer tiene que buscar en la capital el apoyo que no tiene en su fracción local, donde tanto Ana Estrada como Antonio “El Pañalito” Domínguez no la pelan porque juegan en el equipo de Cruz.