Familias y hombres solos, nadaron, retozaron y practicaron sus mejores clavados, además de probar bocadillos como un día normal en el agua del Río Bravo, sólo que impedían las labores de búsqueda de un hombre reportado como ahogado el domingo pasado.
La imagen a los ojos de los rescatistas del Departamento de Bomberos era idílica:
Unos padres de mediana edad, mecían en el aire a una niña, sostenida por sus brazos, que la metían en el agua chocolatosa del Bravo, a la altura del monumento al «Cigarro», que pocos juarenses saben su nombre oficial.
La arena, las piedras afiliadas, los chamizos y otras hierbas, de tonalidades verdes alimentados por el agua abundante del río, eran el escenario perfecta para que los niños chapotearan y nadaran, con la la mirada vigilante de adultos, quienes se refrescaban a media cintura.

Otras personas aprovecharon el remanso de algunos recovecos del río, para practicar el oficio de la pesca y atrapar a algunas truchas, aunque también podría ser un neumático, una bolsa rellena de basura o un animal muerto.
A los bomberos les faltaron pulmones para gritar advertencias: «Es peligroso meterse al río», «no podemos maniobrar, señores», «se pueden contagiar por Covid», «está prohibido, se los puede llevar la patrulla».
La Dirección General de Protección Civil del Municipio, al frente de Efrén Matamoros, emitió un comunicado en el que avisó el ahogamiento de un hombre adulto en el Río Bravo, a la altura del bulevar Ing. Bernardo Norzagaray con cruce en calle Secoya, en la colonia Felipe Ángeles, sector centro, cuadrante 105.
«Al número de emergencias 911 se comunica un masculino de nombre Ricardo Robles mencionando que desde las 0200 AM de esta fecha le realizaron una llamada las personas con las que su hijo iba a cruzar la frontera del lado americano y que su hijo se había caído al río y se lo llevó la corriente», dice literal el boletín, de corridito, sin las molestas comas.
«Informa la unidad que hace contacto con la femenina (madre del adolescente), la cual manifestó que su hijo iba a cruzar la frontera con los Estados Unidos Americanos, desde la noche de ayer y hoy le avisaron que su hijo cayó y se lo llevó la corriente del Rio Bravo, desconoce con quién iba y quién le habló para avisarle», menciona el comunicado.

Esto fue el domingo. No sabe exactamente por dónde iban a cruzar, lo que se sabe es que la víctima se llama Alan Eduardo Marín Ortega, de 15 años, caso por el cual los rescatistas iniciaron la búsqueda, la que continuó este miércoles.
Los rescatistas se tiraron a fondo con lanchas, sabuesos rastreados y cuatrimotos a lo largo del río, desde el museo Casa de Adobe hasta el monumento «Al Cigarro», en la colonia Felipe Ángeles, sin ser localizado hasta las 17:43 horas.
Durante la pesquisa se esbozaron varias conjeturas: «No creemos que se ahogó, no hay un cuerpo que pase las compuertas», y «probablemente lo asesinaron», esto con el desaparecido.
En relación a las familias en el pícnic, que «son gentes de la Felipe, que viven en casas de cartón, que no aguantan el calorón», «personas inconscientes que no saben que pueden enfermar» y el clásico «deja nosotros, sino las creaturas».


VIDEOS: Impide INM cruce a migrantes para llegar a Puerta 36
Llegaron hace unos minutos al río Bravo con la intención de entregarse a las autoridades en Estados Unidos
Por Rey R. Jáuregui

Nominan crónica de Norte de Chihuahua en Premio Estatal de Periodismo José Vasconcelos
Javier Kuramura Rivera logra nominación por trabajo “A un año de la tragedia de Cerocahui”
Por Enrique Lomas/Norte de Chihuahua

GALERÍA: Contaminan migrantes el río Bravo, pero aguas también dañan su salud
Con baterías y otros desechos afectan flora y fauna pero aguas residuales mezcladas afectan a su vez salud de las personas que van a EU a buscar asilo político
Por Teófilo Alvarado

En el limbo o en el purgatorio, transitan por el río
Cientos de migrantes se quedan del lado mexicano del río Bravo, cansados adoloridos y casi sin esperanza, frente a la entrada del paraíso que nunca les fue prometido, a la entrada de la tierra de la Libertad
Por Mauricio Rodríguez