Francisco Cervantes de Salazar (Toledo, España, 1514-Ciudad de México, Nueva España, 1575) fue un humanista y escritor español que se avecindó en uno de los virreinatos del Nuevo Mundo. Su obra más importante es México en 1554. Tres diálogos latinos. En este texto, el autor emplea un recurso antiguo como el diálogo para desarrollar una serie de ideas, en este caso, se trata de presentar esa ciudad que lo maravilló al llegar a esa colonia española.
Además de ese recurso, Cervantes de Salazar hace un recorrido por diferentes calles, en la conversación se destacan edificaciones, comercios, usos y costumbres de los habitantes de esos espacios. A pesar de que había pasado poco tiempo desde la conquista (1521), el escritor da cuenta de lo que había antes por donde van caminando los tres personajes. De esta manera, la ciudad se convierte en palimpsesto de discursos nuevos, como el católico e imperial europeo, pero se alcanzan a percibir lo indígena prehispánico, lo mexica y americano. Uno de los personajes, Zamora, responde lo siguiente cuando Alfaro dice que parece Venecia: “El terreno en que ahora está fundada la ciudad, todo era antes agua, y por lo mismo los mexicanos fueron inexpugnables y superiores a todos los demás indios”.
En Ciudad Juárez hay un proyecto llamado Juaritos Literario que tiene como uno de sus objetivos rescatar esta idea de Cervantes de Salazar, escribir y andar sus calles. Este colectivo ha recopilado textos que hablan sobre vialidades y sitios en particular sobre esta frontera y ha trazado rutas para conocer estos textos. Sin embargo, hace falta caminar más nuestra ciudad, más allá de las dificultades que conlleva, ya sea porque no hay banquetas o porque el clima no es propicio, pero una de las formas en las que puede “leerse” la ciudad es esa, a pie.
Hace unas semanas estaba revisando un periódico antiguo porque estaba investigando acerca de un suplemento cultural, el cual no encontré, por cierto, algo que llamó mi atención fueron anuncios de restaurantes que ya desaparecieron, entre otros establecimientos. Los cambios son inevitables, muchas veces están bien, pero de pronto corremos el riesgo de ser ciudadanos desmemoriados que no nos preocupamos por nuestro entorno y olvidamos con facilidad.
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