Hay muchas formas de ingresar al estudio de la poesía, y si no al estudio, al menos a la apreciación de esta. Uno de los mejores guías que hemos tenido en México ha sido nuestro único Premio Nobel de Literatura en 1990, Octavio Paz (Ciudad de México, 1914-1998). También obtuvo otros premios como el Premio Cervantes en 1981. Paz fue principalmente poeta y ensayista, entre sus muchos libros se pueden mencionar El arco y la lira (1956), Piedra de sol (1957), Libertad bajo palabra. Obra poética (1935-1957) y El mono gramático (1974).
Hoy quiero ocuparme del ensayo “Introducción a la historia de la poesía mexicana”, incluido en el espléndido título Las peras del olmo (1957). Paz dice que casi todos nos hemos enamorado, pero solamente Garcilaso convirtió su amor en églogas y sonetos: “El hombre es el olmo que da siempre peras increíbles”. Las peras son esos poemas de los que habla en este libro y en el primer artículo da un panorama de la poesía mexicana.
Paz inicia explicando que la heterodoxia es nuestra tradición poética desde el inicio de la vida colonial en que los poetas novohispanos se ubican como universales y no ven con recelo otras tradiciones, sino que se las apropian. Del barroco de Bernardo de Balbuena pasa a lo reservado de Juan Ruiz de Alarcón y los poemas religiosos de Miguel de Guevara y de Luis de Sandoval y Zapata. En ese contexto tiene un lugar especial Sor Juana Inés de la Cruz, “En sus mejores momentos la poesía de Sor Juana es algo más que confesión sentimental o ejercicio afortunado de la retórica barroca”.
Luego pasa por los siglos XVIII y XIX con suma rapidez, despacha al modernismo como un periodo poco brillante y muy superficial en la poesía mexicana, no así en figuras como Rubén Darío (nicaragüense, pero latinoamericano), Leopoldo Lugones (Argentina) y José Martí (Cuba). En los primeros años del siglo XX destaca a Enrique González Martínez y a Alfonso Reyes. Y cierra con dos poetas que le dan su mayoría de edad a la poesía mexicana: José Juan Tablada y Ramón López Velarde.
La poesía es importante por varias razones, el poeta afirma: “La poesía transforma radicalmente al lenguaje: las palabras pierden de pronto su movilidad y se vuelven insustituibles. Hay varias maneras de decir una misma cosa en prosa, solo hay una en poesía”. Sirva esta guía de Paz para entrar a la poesía mexicana.
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